Este jueves 28 de septiembre se cumplen 40 años de la caída del Puente Colgante, uno de los símbolos más importantes de la ciudad de Santa Fe. Esa tarde de 1983, a las 16.25, la inundación que destrozó dos aliviadores en la Ruta Nacional 168, anegó la Costanera, la zona de la terminal y hasta los alrededores de la Plaza España, y provocó la caída del Puente Colgante.
La reconstrucción demandó más trámites burocráticos que tiempo, ya que el proceso que comenzó en abril de 2000 y finalizó en septiembre de 2002.
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“La caída del Puente Colgante se vivió como una amputación de un símbolo de la identidad de los santafesinos”, sostuvo en diálogo con AIRE, el arquitecto Luis Muller, autor junto a la arquitecta Adriana Collado de "El Puente Colgante de Santa Fe". Historia, materia y símbolo".
En la obra se puede encontrar la historia detallada del Puente Colgante y un análisis sobre su instalación en el imaginario colectivo como símbolo de la ciudad.
“El Puente Colgante era un ícono reconocible y bien distinguible. Además, la posición que tiene es central en lo que son los recorridos de la ciudad, porque es el eje este-oeste. Hay un tránsito incluso internacional en ese corrido y, por otro lado, es la unión de dos paseos característicos que son Bulevar y la Costanera, es casi imposible no verlo en una visita a Santa Fe”, enumeró Muller.
La caída del puente implicó una amputación del símbolo que se agravó por el paso del tiempo y las dilaciones que su reconstrucción trajo aparejadas. “Fueron casi dos décadas de ver el puente por la mitad. Creo que eso afectó muchísimo el sentido de la ciudadanía, porque era la imagen del abandono y causaba un efecto muy negativo en el imaginario social”, enumeró, al tiempo que recalcó que su reconstrucción se vivió como una celebración en Santa Fe.
La obra comenzó en abril del 2000 en el marco de una obra de ingeniería compleja y de gran escala que se llevaba adelante en un punto de máxima visibilidad de la ciudad.
"Por eso fue tan celebrada su construcción, creo que el hecho de volver a reponer esa imagen fue fundamental para el sentido de pertenencia de la ciudadanía con el objeto simbólico", expresó.
En tanto, dijo que "es un objeto que lo podemos visualizar casi como una marca registrada de la ciudad, en la iconografía, en las publicidades, en toda referencia a Santa Fe, la imagen del puente aparece como distintivo".
La reconstrucción del Puente Colgante
Hoy el Puente Colgante tiene una longitud de 295 metros y una altura máxima de aproximadamente 30 metros en cada antena. El profesional sostuvo que hay tres aspectos que hacen gran diferencia con respecto al original: la calzada, el perante y el cambio tecnológico del roblonado a la soldadura.
En principio la calzada del puente era de tableros, tablones de madera, que además le daban un ruido característico al traspasar el puente por el ruido que generaban. Esto se cambió por una calzada de hormigón armado. "Esa es una primera diferencia", explicó el arquitecto.
"Esa misma calzada aumentó considerablemente el peralte hacia el centro del puente que hoy tiene una curvatura muy evidente que originalmente no tenía. "Si uno compara fotos previas a la caída y las fotos actuales, sobre todo en el perfil se nota esa curvatura que tiene la calzada hacia el centro", destacó Muller.
"Lo otro que hubo que reponer fueron dos elementos estructurales muy importantes que son dos torres: una mayor y otra menor, en las que se ancla el sistema de suspensión de cables en vertical. Estos son elementos que llevan a considerar un cambio de tecnología muy importante", dijo.
En este sentido amplió: "Se pasa de una tecnología más propia del siglo XIX, que es la que vemos del lado oeste de la Costanera, que son las torres originales y tienen el sistema de ensambles de las partes metálicas mediante remaches o roblones".
La antena del lado oeste que sostiene la estructura es original, visual y técnicamente se aprecia sin mayor inconveniente si se presta atención. "Si uno circula con atención o caminando, encuentra las placas de hierro que están punteadas por esos remaches que asoman", señaló.
Las torres que se reconstruyeron, respetando la forma, las proporciones, son réplicas exactas de las originales, pero carecen del remachado porque fueron soldadas y no ofrece ese detalle.
"Eso sí es evidente y de algún modo una decisión correcta por varios motivos. Porque sabemos que el puente es de la década del siglo XX, pero había una tecnología que venía siendo muy utilizada en la metalurgia desde el siglo anterior”, explicó el arquitecto.
Por qué se creó el Puente Colgante
La función original del puente en sí era ser un acueducto, su construcción se origina a partir de la necesidad de traer agua desde la toma de Colastiné a la planta potabilizadora de obras sanitarias Mariano Candioti, para lo cual había que cruzar la boca de las lagunas donde se estrecha.
Allí recordó Muller, hubo una cantidad de intentos previos con estructuras de madera, de hierro, pero las sucesivas inundaciones se fueron llevando desde los encofrados hasta las estructuras. Por esto se resolvió hacer un puente para uso también vial, pero con un sistema que tuviera la menor cantidad de apoyo posible dentro del lecho de la laguna.
“El hecho de apoyar muchas patas en la laguna impide el paso de las corrientes de agua, que ahí se aceleran además por el estrechamiento”, describió el arquitecto. El puente colgante tiene dos apoyos solamente, lo que permite un escurrimiento mucho más fluido.
Qué estudios son necesarios para el correcto mantenimiento del Puente Colgante
El arquitecto manifestó que uno de los aspectos más importantes a evaluar para un correcto mantenimiento de la estructura son las bases o fundaciones. “Cuando no se protegieron adecuadamente las fundaciones se ocasionó el colapso del 83. Eso es lo que hace que sin duda se socave”, explicó Muller.
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