La cantidad de camas en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) con pacientes internados por coronavirus en todo el país pasó de 256 el 30 de mayo a 1.076 el 30 de julio, según los datos oficiales, que indican que la ocupación actual total -independientemente de la patología- es de 55,3% a nivel nacional, en tanto que en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) supera el 64%.
“La dinámica de crecimiento es preocupante porque en un mes se duplicó la demanda de camas de terapia intensiva por una sola patología, lo que a su vez, tiene relación con el aumento de casos que también es prácticamente el doble en ese tiempo e incluso un poco más”, dijo hoy a Télam el científico de datos Santiago Olszevicki.
El analista indicó que “este incremento de la demanda está siendo absorbido por la ampliación de camas", aunque advirtió que "esto tiene un límite, por un lado físico y por el otro lado en cuanto al personal especializado, que no es posible duplicar en tiempos cortos”.
En su reporte diario, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires notificó hoy que la ocupación de camas en el sistema de salud para los casos graves alcanza al 59,1%, con 266 plazas ocupadas sobre un total 450 disponibles.
No obstante, según un relevamiento realizado por la regional de la Ciudad de la Sociedad Argentina de Terapia Intensiva (SATI), que incluye 28 centros de salud (8 públicos y 20 privados) que aportan datos en forma voluntaria, al martes pasado sobre un total de 591 camas de terapia intensiva, 86% estabab ocupadas, de las cuales 56% con pacientes Covid-19.
El informe, que aclara que se trata de una muestra y no representa la totalidad de la situación de la jurisdicción porteña, se encuentra publicado en las redes de la SATI y señala que de las 8 instituciones públicas que reportaron sus datos, seis son hospitales que dependen del Gobierno de la Ciudad y dos son Hospitales Universitarios.
En estos hospitales, la tasa de camas libres es de 14,5% con 74% de pacientes Covid-19 positivos, de los cuales 62% estaba bajo asistencia respiratoria mecánica (ARM). El informe señala además que la capacidad de expansión de camas es del 5%.
En tanto que el sector privado, representado por 398 camas de UTI, el porcentaje de camas libres es de 13,3% con un 47% de los pacientes Covid-19, de los cuales 61% estaban bajo ARM; en tanto que la posibilidad de expansión de camas es de 21%.
El informe aclara que “la asistencia respiratoria mecánica en pacientes con Covid-19 es menor al 65% por lo que no se evidencia hasta la fecha un déficit de ventiladores mecánicos en el sistema”.
En referencia al resto de AMBA, esta semana el ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollan, dijo en declaraciones a El Destape radio que "estamos tratando de relacionar la velocidad de ascenso de casos y el impacto que esto va teniendo sobre el sistema sanitario”.
“Siempre es la misma ecuación; si se disparan muchos los casos el sistema va a saturar, si la curva crece exponencialmente a un (ritmo de) 30% por semana como observamos, probablemente en algún momento de agosto, si esta es la situación, tenemos riesgo de saturación del sistema".
Ayer, el Ministerio de Salud bonaerense informó que un 61% de las camas de cuidados intensivos en hospitales municipales, provinciales y nacionales del sector público y privado del área del Gran Buenos Aires están ocupadas.
Gollan informó en la red social Twitter que "en una semana, incorporamos 1.207 nuevas camas, que nos permiten mantener estable la ocupación, a pesar del aumento de la cantidad de pacientes" de coronavirus.
En un informe al que accedió Télam, la cartera sanitaria precisó que de las 32.549 camas totales que hay en el sector público y privado están ocupadas unas 15.796 (48,5%): 2.612 por Covid-19 confirmado y 1.977 por coronavirus sospechoso.
“Otro tema que alerta es el contagio del personal de salud, que si bien representa un porcentaje bajo en relación a la cantidad de infectados (del 7,3% a nivel nacional ), en la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, según los datos oficiales hay un promedio de 100 casos por día en trabajadores de la salud infectados”, sostuvo Olszevicki.
"Esto hace que lejos de poder duplicar el personal, como se hace con las camas, los trabajadores de la salud disminuyan eventualmente si se considera la cantidad de personas que se tienen que aislar por cada infectado, pudiendo generar servicios enteros que corren riesgo de tener que cerrarse”, completó.
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