Con la llegada del otoño y el comienzo del ciclo lectivo, el escenario se vuelve ideal para la circulación de virus respiratorios. Las temperaturas bajan, las actividades vuelven a espacios cerrados y el contacto entre personas aumenta, lo que facilita la transmisión de enfermedades como la gripe, el COVID-19 y el virus sincicial respiratorio.
Sin embargo, en medio de este panorama también aparecen las alergias, que pueden presentar síntomas similares y generar confusión. Para entender las diferencias y saber cuándo acudir al médico, el doctor Martín Maillo, neumólogo y alergista, brindó una serie de pautas en una entrevista con el programa Algo que decir.
Según Maillo, no se trata solo de una cuestión estacional. Más allá del clima, son nuestros hábitos los que favorecen la propagación de virus. Compartir espacios comunes, no abrigarse adecuadamente o no respetar las distancias personales en contextos cerrados amplifica las posibilidades de contagio. A esto se suma la circulación anual de nuevas cepas, frente a las cuales muchas personas no tienen anticuerpos.
El especialista aclaró que los virus no “atacan” simplemente cuando alguien tiene las defensas bajas, sino cuando existe una predisposición, ya sea por una enfermedad preexistente mal controlada o por un estado general de salud deficiente.
Una de las claves para distinguir una infección viral de una alergia es la aparición de fiebre. En general, las alergias no provocan fiebre ni malestar general. Tampoco suelen aparecer de forma repentina, sino que tienen un patrón que se repite, especialmente en personas con antecedentes respiratorios.
En cambio, los virus generan síntomas más bruscos, como fiebre, dolor corporal y agotamiento. Maillo fue tajante en este punto: si hay falta de aire, hay que ir al médico sin demora.
“Ningún resfrío común debería causar dificultad para respirar”, advirtió. También recomendó consultar si la fiebre no baja o si la tos se vuelve intensa o persistente. Para quienes tienen enfermedades como insuficiencia cardíaca, obesidad o asma, estos síntomas pueden ser más graves y deben tratarse con rapidez.
Cómo afrontar las alergias
Respecto a las alergias, el médico explicó que es frecuente que los síntomas se presenten al despertar. Esto se debe a que muchas de las causas están dentro del hogar, como los ácaros, que se alojan en colchones, almohadas y alfombras. La congestión, los estornudos y el picor en la nariz a primera hora del día son signos típicos de una rinitis alérgica.
Maillo hizo una distinción importante entre causas y desencadenantes. Las causas son las que producen la inflamación alérgica, como el polvo o el polen. Los desencadenantes, como el cambio de clima, el humo de tabaco, el estrés o incluso el ejercicio físico, agravan los síntomas, pero no los provocan por sí solos. Por eso, cuando se habla del clima como responsable de una alergia, en realidad se está hablando de un factor que empeora una condición preexistente.
En cuanto a la prevención, Maillo insistió en la importancia de mantener las enfermedades crónicas controladas y en cuidar las vías respiratorias. “Todos vamos a entrar en contacto con virus en algún momento, lo que marca la diferencia es el estado de salud de cada uno”, sostuvo. Estar bien de salud, conocer y tratar las causas de la alergia, y protegerse correctamente frente a los cambios de clima son medidas fundamentales para evitar complicaciones.
Reconocer si estamos frente a una alergia o un virus, y saber cuándo buscar ayuda médica, es clave para evitar que un malestar pasajero se convierta en un problema serio.