En la tercera jornada del juicio al contador César Pérez declararon varios peritos que investigaron el hecho, y el médico que realizó la autopsia del cuerpo de Marcela. Cuáles son las pistas que involucran a Pérez.
Marcela Maydana fue asesinada en la vivienda de su expareja en Recreo
Manchas de sangre en diferentes lugares de la vivienda, un arma de fuego, cartuchos, celulares secuestrados, marcas en los brazos del acusado son algunas de las pistas que orientaron la investigación por el femicidio de Marcela Maydana al único acusado, César Pérez. En esta tercera jornada de debate, varios policías y peritos que fueron parte de los primeros días de la investigación precisaron cuáles fueron las pistas que permitieron colocar las sospechas en cabeza de Pérez.
El juicio oral y público comenzó este miércoles y se desarrolla en la sala 1 de los tribunales santafesinos ante el tribunal conformado por los jueces Cecilia Labanca (presidenta), José Luis García Troiano y Rosana Carrara. La acusación es sostenida por los fiscales de Homicidios Carlos Lacuadra y Estanislao Giavedoni, y el abogado querellante Carlos Sánchez Lecumberri, que representa a tres hermanas de Maydana; Pérez es asistido por los abogados defensores Federico Scarinci y Ezequiel Gramois.
Marcela Maydana fue asesinada de un disparo en la cabeza entre la noche del sábado 3 y la madrugada del domingo 4 de abril de 2021. Su cuerpo fue encontrado el miércoles 7 de abril en un zanjón cuneta. Tras la declaración de los policías y los peritos, el juicio se reanudará el lunes con más testimonios.
La declaración de una testigo que en abril de 2021 se desempeñaba como responsable de investigación en la comisaría de Recreo recordó varias tareas realizadas mientras aún se buscaba a Marcela. La policía se refirió a varias entrevistas que tomó en marco de la investigación a familiares y allegados a Marcela, y a Pérez.
En el marco de estas entrevistas, declaró un hombre que había mantenido una relación con Marcela y otro hombre con el que mantenía un vínculo en ese momento. Los dos hombres entregaron sus teléfonos celulares para ser peritados, y el último de ellos entregó un ticket que lo ubicaba en el casino de Rosario el fin de semana que Marcela desapareció. También secuestraron el teléfono celular del remisero que todos los días trasladaba a Marcela a su trabajo.
Al momento de entrevistar a Pérez, la policía advirtió marcas en los brazos, rayones y moretones, que ya habían advertido familiares de Marcela cuando fueron a hablar con él. Ante la policía, Pérez justificó que se había lastimado mientras pintaba una reja.
Luego, la testigo refirió a lo que le había manifestado Pérez en un momento en que iban a requisar un terreno mientras buscaban a Marcela: “No sé por qué la buscan tanto, es una mujer de mal vivir”; luego, Pérez agregó que Marcela había ejercido la prostitución, que él le pagaba el remís, que la había ayudado mucho y que “la perdone Dios, porque yo no puedo”.
Luego declararon peritos de huellas y rastros que detallaron donde habían encontrado rastros de aparente sangre en la vivienda de Pérez, que luego fueron remitidos a pericias en el laboratorio: estas muestras fueron detectadas en el dormitorio de Pérez, en la puerta de entrada, en un colchón que se encontraba en un cuartito en el patio de la vivienda, en un sommier y en una mesita de luz. También se encontraron muestras en uno de los vehículos de Pérez y se secuestraron cabellos.
Finalmente declararon dos peritos balísticos: uno de ellos precisó los secuestros realizados en la vivienda de Pérez (cartuchos de diferente calibre y una pistolera), y el otro testigo realizó la pericia para determinar si una pistola calibre 22 secuestrada en la vivienda de Pérez funcionaba, y el resultado fue que la pistola era apta para funcionar.
Este viernes también declaró el médico forense que realizó la autopsia en el cadáver de Marcela. El galeno detalló que la autopsia se realizó el 8 de abril a la mañana, al día siguiente del hallazgo del cuerpo; para entonces, la data de muerte se precisó de tres a cinco días.
Luego explicó las heridas que Marcela presentaba en la cabeza: una en el oído derecho y otra en la mejilla izquierda. El testigo precisó que las heridas fueron realizadas con “un objeto romo”, y que ese objeto había lesionado el cerebro, siendo esa la causa de muerte.
A los pocos días, el 11 de mayo, el entonces fiscal interviniente Martín Torres solicitó exhumar el cadáver de Marcela, porque nuevas evidencias permitían sospechar que las heridas habían sido provocadas por un disparo y necesitaban corroborar esa hipótesis y precisar la trayectoria del disparo.
Ante preguntas del abogado defensor, el médico forense explicó que una bala “es un objeto romo”, tal como se había concluido al realizar la autopsia, y agregó que, para corroborar esta hipótesis, se realizó una prueba sobre el maxilar que no es habitual en el protocolo de autopsia, por eso no se había realizado antes. Esto permitió determinar que el proyectil ingresó por el oído y salió por la mejilla: de derecha a izquierda, de atrás a adelante y de arriba hacia abajo; sin embargo, no se pudo determinar la distancia del disparo debido al mal estado del cuerpo.
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