Si bien existe una ley que desde 2006 prohíbe el uso de celulares en los colegios, la norma nunca se reglamentó, nunca se aplicó y los avances tecnológicos obligan a pensar en un nuevo enfoque a este tema.
En el programa Creo, que se emite cada mañana en AIRE, el ministro de Educación de Santa Fe, José Goity, dejó en claro la intención de generar un marco normativo que deje defina en qué situaciones específicas, y con fines pedagógicos, los dispositivos podrán ser utilizados en las escuelas y terciarios: "Es verdad que el celular hoy es un elemento de la vida cotidiana, pero en el contexto escolar tiene otras características y hay que asumir que existe una tensión muy fuerte en el uso indiscriminado".
Celulares en la escuela.jpg
Si bien ya existe una ley que prohíbe el uso de celulares en horario escolar, nunca se aplicó de manera general, ni tampoco fue reglamentada.
"Está demostrado en muchos estudios que hay una dispersión de atención, falta de foco y que no es bueno el uso del celular en contexto escolar en términos de aprendizajes, que en definitiva es lo que a nosotros nos importa. La ley que existe desde 2006 tiene un cumplimiento prácticamente nulo, porque se sancionó de una manera muy taxativa, nunca fue reglamentada y los contextos han cambiado en este tipo de tecnología", agregó.
En estos momentos, existen establecimientos escolares en los que ya rige la prohibición del uso de celulares en horarios de clases. Sin embargo, en la mayoría de los casos no hay restricciones.
Esta vez, la idea del Gobierno es definir protocolos claros, que se pongan en práctica no solo en escuelas primarias, sino también en secundarias e institutos terciarios.
Un dato más: la prohibición del uso libre de celulares durante la jornada escolar no solo afectará a los alumnos, sino que también abarcará al personal docente.
- ¿A los docentes también les van a prohibir el uso del celular durante los horarios de trabajo?
- El docente también está en ese mismo marco normado. Y un docente, durante la hora de clase, no puede usar el celular, claramente. Y en los momentos que está llevando adelante su tarea, tampoco lo puede hacer.
Esto es por dos motivos. Primero, porque si interfiere en la tarea del alumno, también interfiere en la tarea del docente. Y segundo, si nosotros educamos con el ejemplo, educamos con lo que hacemos, no solamente con lo que decimos.
Por lo tanto, hay que definir reglas muy claras y muy taxativas hacia el interior del sistema educativo, al interior del aula y al interior de la escuela. Y sobre esa conciencia y sobre esa regla, sostenerlo en el tiempo.
Ese es el desafío. Lo difícil será internalizar la norma, poder tomarla como propia, sostenerla y que tenga sentido. La norma tiene que tener sentido.
Cómo aplicarán la prohibición de teléfonos celulares en las escuelas de Santa Fe
Goity insistió en que "la escuela es un espacio normado, un espacio regulado. Nosotros creemos que, por la intensidad que tiene el celular en la interferencia y en nuestra vida, tenemos que ir hacia un esquema que define una prohibición de base. Y luego, en todo caso, sobre esa prohibición de base, trabajar sobre las excepciones en contextos muy concretos y pautados".
- ¿Y la idea cuál sería? ¿Que lleguen los chicos y que dejen su celular en un locker, en un lugar puntual mientras estén en la escuela?
- Lo primero que tenemos que hacer, que hoy no tenemos, es definir una norma clara y aplicable, que sea de carácter general para respaldar luego las decisiones que tome cada uno de los establecimientos.
Una vez que tengamos en claro esto, tenemos que generar estrategias para que esto sea efectivo en cada uno de los establecimientos de acuerdo a las diferentes características y dinámicas.
Una posibilidad es colocar los teléfonos en un locker. Otra, que los chicos no lleven celular a la escuela y, en caso de llevarlo, lo tengan guardado en su mochila y no lo saquen durante todo el horario escolar.
Para mí, lo lógico es que los chicos no lleven los celulares a la escuela.
AV Jose Goity_DSC04850_MTH_1200.jpg
José Goity, ministro de Educación de la Provincia de Santa Fe.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
- Pero si no lo llevan, ¿qué harán cuando lo necesiten con algún fin pedagógico?
- Yo sé que es difícil que los chicos no lleven porque, sobre todo en secundaria, tienen mucha autonomía.
Aun así, si el docente pauta una tarea educativa pedagógica, la tiene planificada y está dentro de una planificación. Además, el dispositivo celular es un dispositivo individual.
Nosotros no podemos planificar nuestra tarea educativa sobre dispositivos que son individuales y que no son regulares. Entonces, excepcionalmente lo podemos hacer, pero claramente tiene que estar planificado.
Por lo tanto, eso no sería una dificultad. Yo creo que la principal dificultad que tenemos es generar los acuerdos, definir la norma, hacerla explícita, que tenga consenso, y después definir los acuerdos institucionales para lograr que ese uso sea responsable, sea cuidado y adecuado.
Una nueva ley, para aplicar desde 2026
Si bien la provincia de Santa Fe ya cuenta con la ley 12.686, que prohíbe el uso de celulares durante el dictado de clases, la idea del Gobierno es avanza hacia una nueva norma, que se adapte a las nuevas tecnologías y que, esta vez, sí se aplique de manera efectiva en todas las escuelas.
"La escuela es el lugar común, donde no tiene que primar la opinión personal o individual de cada familia, porque si no la escuela es inviable y no podría funcionar. Por más que alguna familia considere que el niño tiene que utilizar el celular con regularidad, cuando está en la escuela no está en su casa. Justamente la escuela diferencia eso, el ámbito familiar, del ámbito escolar", remarcó Goity.
- ¿Existe un plazo para la aplicación del nuevo esquema?
- Nosotros ya tenemos desarrollada la idea como un programa específico, también para la formación en contextos digitales. De hecho, hay propuestas presentadas a la Legislatura. Una presentada por el senador Paco Garibaldi y otra por el diputado Germán Scavuzzo.
Nosotros lo vamos a presentar ya, pero tenemos todo un proceso y un proyecto de capacitación para implementarlo. Y el año que viene, esto tendría que ser de carácter regular en todos los establecimientos y que todos tengan criterios similares, aunque después puedan adaptar las estrategias de uso.
Vamos a establecer protocolos para que todas las escuelas sepan qué tienen que hacer, y lo puedan hacer. El año que viene, esto tiene que ser la aplicación efectiva y completa para todo el sistema educativo.