La posibilidad de reelección de los gobernadores en ejercicio fue, históricamente, el principal escollo para avanzar en la reforma constitucional en Santa Fe.
La única categoría que no cuenta con la posibilidad de reelección en Santa Fe es la de gobernador y vice.
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Sesenta y dos años después de que la provincia de Santa Fe sancionara la Constitución actualmente vigente, todos y cada uno de los sectores de la política se declaran reformistas y hacen hincapié en la imperiosa necesidad de modificar o sumar normas esenciales, para adaptarla a una sociedad que se transformó de manera incuestionable.
No es la primera vez que el tema se pone en agenda. De hecho, el exgobernador Miguel Lifschitz hizo todo lo que tuvo a su alcance para avanzar en el proceso de reforma, pero no logró su objetivo. Aquel fracaso generó, incluso, roces dentro de su partido.
Hace dos años, cuando la Constitución cumplió nada menos que seis décadas, se presentaron nueve proyectos diferentes que terminaron naufragando entre la apatía del peronismo gobernante para avanzar en la cuestión, y la negativa de parte de la oposición.
Para decirlo sin vueltas: a la hora de los discursos, la política hace hincapié en la necesidad de reformar la Constitución de Santa Fe; pero a la hora de los hechos, el principal motivo de tantos fracasos surgió históricamente por la falta de acuerdos sobre la posibilidad de que el gobernador en ejercicio tuviera, o no, la oportunidad de ser reelecto.
La actual Constitución permite la reelección para todos los cargos provinciales y locales. Pero la prohíbe para la fórmula de gobernador y vice.
La pregunta clave a estas alturas de las circunstancias es muy sencilla: si se avanza en la posible reelección del gobernador de Santa Fe -todo indica que así será-, ¿Maximiliano Pullaro debería contar con la posibilidad de presentarse en las elecciones de 2027, para competir por un segundo mandato consecutivo?
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AIRE realizó esta pregunta puntual a referentes de los principales sectores políticos en la Legislatura: radicalismo, peronismo, socialismo y Frente Amplio. Desde el bloque que lidera Amalia Granata, dijeron que analizan este y otros temas relacionados con la reforma y que aún no tienen una posición tomada.
"Nosotros tenemos la posición que hemos tenido siempre. Si bien la reforma no se limita en la reelección o no del gobernador, termina siendo una cuestión a decidir porque es la única categoría electoral en la que no se permite ser reelecto", dijo el senador y actual presidente del radicalismo provincial, Felipe Michlig.
Y agregó: "En ese marco, después se sabrá si el actual gobernador pretende o no ir por la reelección. Pero entiendo que se debe habilitar esa posibilidad porque tiene el derecho a presentarse en una elección como cualquier otro ciudadano".
La posición de Michlig resulta particularmente relevante. No solo porque representa al principal partido de la coalición gobernante, sino porque a partir de su trabajo político se construyó, en gran medida, el Frente Unidos para Cambiar Santa Fe que llevó a Pullaro a la Casa Gris.
De todos modos, advirtió: "Es una decisión que se tomará políticamente como partido, como Frente, y en definitiva lo resolverá el pueblo en las urnas. Si nos empantanamos en este tema, flaco favor le estaremos haciendo a la necesidad de la reforma. Y los cambios son esenciales para mejorar la institucionalidad de la provincia".
Desde el bloque de diputados provinciales que encabeza el exgobernador Omar Perotti, la exministra de Gobierno, Celia Arena, respondió a la misma pregunta: "Nosotros, como bloque, consideramos que la reelección del gobernador debe ser a partir del próximo período. El próximo gobernador, que tenga la posibilidad de reelección".
Según Arena, "el gobernador actual, ya sea Maximiliano Pullaro o cualquier otro, no debería ser habilitado a la reelección porque juró por la Constitución del 62, que dice que el gobernador y su vice no pueden ser reelectos".
Sin embargo, y al igual que el radical Felipe Michlig, la actual diputada aclaró: "No queremos que esto no sea un escollo para avanzar en la reforma, porque hay otros puntos que son muy importantes. Aunque es verdad que se trata de una cuestión que trabó los otros procesos reformistas".
El diputado provincial Joaquín Blanco, del socialismo, es uno de los legisladores más comprometidos con el proceso de reforma constitucional durante los últimos tiempos. De hecho, a principios de año impulsó el mismo proyecto que ya se había presentado durante las gestiones de Miguel Lifschitz y de Omar Perotti.
El PS constituyó una comisión de estudio y redacción de un texto de reforma, integrada por más de 20 especialistas del partido.
De todos modos, para Blanco es fundamental alcanzan acuerdos esenciales antes de avanzar: "Nadie quiere entrar a una Convención Constituyente sin saber cómo va a salir. Para evitar los fracasos del pasado, creemos que se debe consolidar un acuerdo político sobre el texto constitucional, ya sea con el peronismo, con el sector de Amalia Granata, con el bloque de Carlos Del Frade y con otros espacios con representación parlamentaria".
"A partir de esos diálogos -insistió- la idea es tener a fines de septiembre un panorama claro del nivel de acuerdos que existe en la politica santafesina, para después abordar el tema".
Blanco recordó que el 23 de julio pasado, en la reunión de Unidos, se propuso una hoja de ruta del proceso, para contar entre agosto y septiembre con una propuesta del texto e ir al diálogo formal con la oposición, comenzando con el PJ.
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"No creemos en un proceso como el chileno, en el que la política fue dividida a una reforma y fracasaron dos veces. Vamos a tratar de empujar el proceso sin pisar minas que puedan desestabilizarlo, porque este es el momento propicio para la reforma", finalizó.
Desde el Frente Amplio de la Soberanía, el diputado Fabián Palo Oliver manifestó una mirada diametralmente opuesta a la de Joaquín Blanco.
"Por convicción y por practicidad, no creemos que estas cuestiones deban debatirse en la Legislatura, sino en la Convención Constituyente. Los diputados y senadores debemos limitarnos a aprobar una ley que estipule la necesidad de la reforma", resaltó.
Según Palo Oliver, "algunos que plantean buscar acuerdos previos, pero después se ingresa en atajos que terminan produciendo el fracaso de todo. Entendemos que la reforma debe ser total y abierta. Y que sean los convencionales los que discutan los diferentes temas".
El Frente Amplio sostiene la necesidad de reformar la Constitución, a partir de elecciones de convencionales con las mismas características que las generales, en las que se elijan 69 convencionales, el mismo número de integrantes de la Asamblea Legislativa.
"La distribución de las bancas debe ser por sistema Don't, desde el primer convencional constituyente, hasta el último. No adherimos a que haya una mayoría automática, como establece la Constitución actual, para elegir diputados", agregó.
Y remarcó: "Si se empieza a discutir una cláusula transitoria para que el gobernador sea reelecto o a buscar un núcleo de coincidencias, vamos a trabarnos nuevamente y se trabará otra vez la posibilidad de avanzar en una reforma".
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