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Política UNL | Universidad Nacional del Litoral | Javier Milei

La UNL y un 2024 remando en dulce de leche: sin presupuesto, sin obras y con el uso de ahorro para gastos corrientes

Culmina un año atravesado por paros, conflictos y un fuerte ajuste. “Fue un año complicado para nosotros”, le resumió a AIRE el rector de la UNL, Enrique Mammarella. La problemática de la deuda y los efectos de las marchas.

En el mundo universitario hay una coincidencia prácticamente total de que termina uno de los años más complejos de las últimas décadas. La motosierra de Javier Milei pasó sus dientes sobre el presupuesto educativo y generó múltiples inconvenientes para las casas de estudios en materia de obra pública, continuidad de programas y hasta obligó a que se usen ahorros para gastos corrientes.

“Claramente, este año fue un año complicado para nosotros”, le resumió a AIRE el rector de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), Enrique Mammarella.

La hoja de ruta planteada por la universidad santafesina se vio totalmente afectada por las políticas que ejecutó el gobierno nacional. El panorama en el 2023 había sido difícil, pero según el rector, en el 2024 “nos encontramos en un año sin presupuesto universitario” y que los créditos de ese presupuesto “se distribuyeron mes a mes, a mes vencido, con lo cual resultó muy difícil poder planificar y proyectar las actividades que una universidad como la nuestra tiene que desarrollar a lo largo de todo el año”.

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23 de abril de 2024. Primera y masiva marcha a nivel nacional en defensa de la universidad pública.

23 de abril de 2024. Primera y masiva marcha a nivel nacional en defensa de la universidad pública.

Obras congeladas y deudas

La Libertad Avanza tomó la medida de frenar la mayoría de las obras que el Estado Nacional tenía en marcha y esa decisión también afectó a las casas de estudio. “Respecto de las planificaciones que teníamos proyectadas en el año, no pudimos avanzar con obra pública que estaba con financiamiento nacional. La obra pública se detuvo y no pudo ser retomada”, indicó Mammarella.

El rector explicó que los fondos de dos obras que se iban a realizar y se licitaron, pero que no pudieron desarrollarse por falta de oferta o montos excesivos, se destinaron al “funcionamiento” de la UNL. “Fueron necesarios y para poder mantener muchas de las actividades que tenía la universidad, fundamentalmente de investigación y de extensión, en las cuales no hemos recibido fondos este año", detalló.

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Enrique Mammarella, rector de la Universidad Nacional del Litoral.

Enrique Mammarella, rector de la Universidad Nacional del Litoral.

La deuda por la compra de diferentes tipos de equipamiento, obra pública y proyectos asciende, aproximadamente a 600 o 700 millones de pesos. Se trata de un número que no está actualizado en términos reales y en algunos casos son montos del 2023. “Lo mismo ocurrió con compras de equipamientos con fines científicos, que se concretaron, pero que no se pagaron”, indicó el rector.

Marchas, gastos y ahorros para mantenerse a flote

La falta de partidas para gastos de funcionamiento fue uno de los temas que generó más repercusión a nivel social, a tal punto que encendió la mecha para que se concreten masivas marchas universitarias. “Después de una primera marcha conseguimos un aumento y luego de la segunda logramos una actualización a valores del 2023”, detalló.

Con los montos logrados a partir de las movilizaciones “ajustamos nuestro presupuesto para poder llegar al día de la fecha, para ello también tuvimos que poner algunos ahorros que estaban proyectados en inversión para obras dentro del mantenimiento. Por ejemplo, una nueva etapa de recuperación del edificio del rectorado que no la pudimos hacer”, describió el funcionario.

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El rector le dijo a AIRE que “en general, todo lo que ha sido docencia y todo lo que han sido los programas más grandes lo hemos logrado sostener, salvo obra pública”. Sin embargo, explicó que “en investigación tuvimos un mal año, prácticamente la función de ciencia y tecnología no ha recibido ejecución presupuestaria”. En esa línea, reconoció y lamentó “la falta de acompañamiento de los sueldos docentes y no docentes a lo que fue el ritmo inflacionario”.