En principio, la sesión está convocada para el próximo jueves y, hasta entonces, ambas partes acelerarán las conversaciones para saldar los puntos más conflictivos: la restitución del impuesto a las Ganancias –que fue rechazado por el Senado– y las privatizaciones de Aerolíneas Argentinas, Correo Argentino y Radio y Televisión Argentina (RTA).
Si bien los delegados de la Casa Rosada y de la oposición dialoguista avanzaron sobre qué modificaciones se aceptarían del Senado y cuáles, por el contrario, se desecharían para insistir con la media sanción original de Diputados, todavía hay puntos no resueltos: los más espinosos son la restitución de Ganancias y las privatizaciones, capítulo este último que genera tensiones internas en los bloques.
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Sobre el debate del impuesto a las Ganancias, el grueso de los opositores dialoguistas está de acuerdo con que sea restituido por considerarlo uno de los tributos más progresivos del sistema, además de redundar en más recursos a las provincias por tratarse de un impuesto coparticipable. Por eso lo avalaron en la media sanción del paquete fiscal.
Pero ahora, tras el rechazo del Senado, algunos de ellos retacean sus votos e incluso lo condicionan. La votación final se prevé mucho más ajustada que cuando se aprobó la media sanción el pasado 30 de abril.
Mientras tanto, el kirchnerismo sigue de cerca las diferencias en los bloques dialoguistas y espera agazapado. Montados sobre los fundamentos constitucionales que esgrimieron un conjunto de juristas, los kirchneristas objetarán la restitución de Ganancias y la rebaja en Bienes Personales con una interpretación propia del artículo 81 de la Constitución Nacional, que versa sobre el trámite y la sanción de las leyes: sostendrán que, al haber sido ambos rechazados por el Senado, el oficialismo no tiene atribuciones constitucionales para insistir con la media sanción de Diputados.
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El diputado santafesino Mario Barletta se diferenció del jefe del bloque de la UCR, Rodrigo De Loredo, respecto a las privatizaciones que pretende el gobierno de Javier Milei.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
En los bloques dialoguistas, en tanto, predomina cierto fastidio con el Gobierno. No les convence la idea de ser ellos los únicos que paguen –otra vez– el costo político de afectar a casi un millón de trabajadores mientras el presidente Javier Milei se hace el desentendido.
Si bien es cierto que se trata de una demanda de los gobernadores –como se excusa el Gobierno nacional–, también lo es que el Tesoro se vería harto beneficiado con un aumento de la recaudación.
Sobre el futuro de Aerolíneas, Correo Argentino y RTA, el Gobierno fue claro al desconocer un acuerdo con la oposición en el Senado para excluir de la lista de empresas a ser privatizadas y, en la voz de Guillermo Francos, ratificó su interés en que pasen a manos privadas.
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Este giro del Gobierno tensionó la relación entre los bloques de diputados y senadores de la UCR. “Desde el bloque de senadores radicales logramos modificaciones de relevancia, como las que se hicieron al capítulo de privatizaciones, para resguardar organismos de importancia estratégica federal”, clamaron desde la Cámara alta.
En Diputados, el jefe del bloque radical Rodrigo De Loredo tiene otra mirada. “Nuestro bloque por amplia mayoría se expresó al respecto. Es inconcebible que una empresa aérea que tiene un déficit diario de 1.400.000 dólares sea sustentada por los sectores más humildes”, expresó.
Empero, la postura del cordobés no es unánime en su bancada. “Deberíamos respetar lo votado en el Senado en este punto. Si el Gobierno quiere privatizar Aerolíneas, que presente un proyecto de ley puntual al respecto”, sostuvo el santafesino Mario Barletta.