Las denuncias contra José Luis Espert, cabeza de lista de La Libertad Avanza en el principal distrito del país –la provincia de Buenos Aires–, explotaron en un momento crítico del Gobierno. El mercado cambiario sigue sin darle muestras claras de confianza pese al salvataje anunciado por los Estados Unidos y, en el terreno político, el oficialismo parece empecinado en cometer errores no forzados que, al final, impactan negativamente en su credibilidad, un activo electoral clave para todo gobierno.
Las explicaciones tardías y hasta contradictorias de Espert sobre sus vínculos oscuros con Federico “Fred” Machado, investigado en los Estados Unidos por pertenecer a una estructura dedicada al narcotráfico y al lavado de activos, forman parte del largo listado de chapucerías de la campaña electoral oficialista.
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A ello se suman los fuertes cortocircuitos que este tema desató puertas adentro del Gobierno, con una ministra de Seguridad –Patricia Bullrich– reclamándole a Espert explicaciones y un presidente –Javier Milei– sosteniéndolo hasta el final.
En el medio, la oposición aprovechó para disparar artillería pesada contra Espert y el Gobierno. Este miércoles, en la Cámara de Diputados, intentarán desplazarlo de la presidencia de la Comisión de Presupuesto luego de que le reclamara, sin éxito, que diera voluntariamente un paso al costado.
Los opositores convocaron a una sesión especial para discutir un largo temario por demás incómodo para el Gobierno: como primer punto incluyeron la reforma de la ley que regula los decretos de necesidad y urgencia (DNU), una herramienta de gestión clave para Milei.
Patricia Bullrich y Espert en Diputados.jpg
Fuego amigo: en la última semana, la ministra Patricia Bullrich salió públicamente a pedirle "explicaciones" a José Luis Espert sobre su vínculo con Fred Machado.
La oposición busca limitarle el uso de esta facultad con este proyecto que establece, entre otros puntos, que, si una de las cámaras del Congreso rechaza un decreto presidencial, éste queda automáticamente derogado. La ley actual exige el rechazo de las dos cámaras.
Mientras Milei intenta surfear en el mar embravecido de la política, el ministro de Economía Luis Caputo y su equipo buscan calmar las agitadas aguas de la economía con una visita relámpago a los Estados Unidos. El objetivo es destrabar el auxilio del Tesoro de los Estados Unidos.
Según adelantó su titular, Scott Bessent, la idea es darle a la Argentina una línea de crédito –swap, en la jerga financiera– por US$20.000 millones. El anuncio, de concretarse, oxigenaría al mercado, que está cada vez más ansioso por la falta de dólares.
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El Tesoro se desprendió el miércoles de US$500 millones y de otros US$200 millones el jueves, para abastecer la demanda del mercado y contener las presiones al alza del tipo de cambio.
El gobierno norteamericano y el FMI anticiparon las condiciones para este salvataje. Lo hizo la vocera del Fondo, Julie Kozac. “Seguimos enfatizando la necesidad de generar un amplio apoyo político para asegurar la implementación de la ambiciosa agenda de reformas de la autoridad y fortalecer la confianza”, sostuvo Kozac en tono diplomático. En buen romance, lo que el FMI y el gobierno de los Estados Unidos le exigirán a Milei es que modere su discurso político y que, además, amplíe su base de alianzas.
Esto implicaría que el presidente deponga sus armas, acceda a incorporar a la tropa de Mauricio Macri en una renovación de su gabinete e inicie un diálogo sincero con los gobernadores, al menos los más cercanos, que redunde en más fondos para las provincias, que es lo que los mandatarios reclaman. Habrá que ver si Milei accede y depone su dogmatismo fiscal ante la urgencia de un mayor pragmatismo político.