Las autoridades de los Centros Científicos Tecnológicos (CCT) del CONICET de todo el país expresaron su profunda preocupación por las medidas que se vienen tomando respecto al Estado y que afectan al sistema científico tecnológico y que están incluidas en el DNU y la ley ómnibus que es debatida por el Congreso.
“Principalmente, queremos hacer notar nuestro desacuerdo ante la suspensión de los contratos de más de 50 agentes distribuidos por todo el país que afectan no solo el normal desenvolvimiento de las tareas de gestión y administración de la actividad científica, sino que representan la pérdida de puestos trabajo, salarios y afectan las vidas y subsistencia de los agentes despedidos. Cabe destacar que los trabajadores y trabajadoras encuadradas en la calificación de Artículo 9 representan el sostén administrativo y funcional para todas las unidades de gestión e investigación del país. Su desvinculación implica la destrucción de parte de las capacidades operativas del CONICET”, sostienen.
En el mismo sentido, señalan su preocupación “por los cambios operados en las condiciones de contratación de los restantes agentes de planta transitoria. El acortamiento del plazo de la relación laboral por medio de una adenda a los contratos firmados ha profundizado una realidad de enorme precariedad. Entendemos que es un proceso de retroceso que pone en grave riesgo al CONICET”.
“También expresamos consternación ante la decisión emitida por el Decreto 88/2023 de prorrogar el presupuesto 2023 para el año 2024 en un marco de altísima inflación. Asimismo, nos preocupa la decisión de postergar la difusión de los resultados de las convocatorias a becas y promociones sujeto a la falta de información sobre cuánto presupuesto se contará para poder sostener las becas. En los hechos, ello significa limitaciones evidentes en el funcionamiento del CONICET”, agregaron.
Según el CONICET las consecuencias son la interrupción de la obtención de las metas de las investigaciones, el deterioro de las condiciones de ingreso, permanencia y progreso de recursos humanos. “Es el desarme de un organismo de ciencia y tecnología”, remarcan.
“La imposibilidad de sostener a nuestra institución, si no se reciben refuerzos presupuestarios, implicaría graves consecuencias para el futuro del sistema científico nacional, ya que la desinversión en ciencia generará un retroceso que costará muchos años revertir”, advierten los científicos e investigadores.
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Los integrantes del CONICET precisaron que es una institución con una planta de trabajadores y trabajadoras altamente calificada -que rinde informes anuales, concursa para ascender y es absolutamente auditada-, comprometida y profesional, acorde a las diversas tareas que involucran el quehacer científico en todas las áreas disciplinares y cuyo principal objetivo es impulsar al desarrollo productivo del país y mejorar la calidad de vida de todas y todos sus habitantes.
“Somos una comunidad de trabajadores y trabajadoras con diversas opiniones que cumplimos nuestra tarea diariamente con esfuerzo y profundo compromiso con el futuro de la sociedad, siempre tratando de dar lo mejor por nuestra patria. Por eso queremos continuar acompañando aquellos proyectos que se realicen para salir de la crisis”, señalaron, y subrayaron que “el CONICET es parte sustancial de un proyecto de país en crecimiento, un país desarrollado, que trabaja para reducir la pobreza, para curar enfermedades, para aportar a la innumerable cantidad de desarrollos productivos, para reducir conflictos sociales, para producir mejoras en un sinnúmero de esferas económicas, ambientales, sociales y culturales. Es ciencia argentina conectada con el mundo, que trabaja y asiste en suelo nacional, y se proyecta en redes internacionales de legitimación científica, educativa, social y productiva”.
Por último, resaltaron que "los recursos destinados a la ciencia, tecnología e innovación para atender temas de interés nacional, no representan un gasto, sino una inversión. En el CONICET nadie sobra”.
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