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Política Barrio Chalet | Río Salado | Ciudad de Santa Fe

A 21 años de la inundación que tapó de agua un tercio de la ciudad de Santa Fe: "Fue una trampa que hicieron con una obra corrupta"

El 29 de abril de 2003, un tercio de la ciudad de Santa Fe quedó tapada de agua. Una obra inconclusa permitió que el Río Salado entre a los barrios.

Entre el 28 y el 29 de abril de 2003, un tercio de la ciudad de Santa Fe quedó completamente bajo agua, debido a que el río Salado se coló por una obra inconclusa ubicada en el borde oeste. Más de 150.000 personas perdieron todas sus pertenencias y sus viviendas sufrieron daños que llevó años solucionar.

A 21 años de una tragedia evitable, AIRE habló con Claudia “Negra” Albornoz, sobreviviente de la inundación e integrante de la Carpa Negra de la Memoria –que se instaló a modo de protesta durante meses frente a la Casa Gris-, sobre los recuerdos de aquellos días, la sensación de desprotección, las responsabilidades políticas y la impunidad.

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La “Negra” aseguró que lo primero que se le viene a la cabeza cuando se menciona la inundación de 2003 es “desesperación y no entender mucho qué estaba pasando”.

“Después, año a año, le fui agregando un montón de cosas, como bronca, sentir desidia, saber quiénes eran los responsables, conocer una justicia que tiene que ver más con los poderosos, se me viene Reutemann, el crimen hídrico, vecinas y vecinos muertos, las familias y el barrio sufriendo por tratar de recuperar algo delo que teníamos antes de ese 29 de abril”, comentó.

Al hacer referencia al momento en que el agua comenzó a entrar a Barrio Chalet, Albornoz contó que “nosotros sabíamos. Se corría el rumor de que el agua ya estaba en Santa Rosa de Lima el 28 a la noche. Nos fuimos organizando para bolsear para que el agua no cruce por el Mitre y la noche previa nos estuvimos organizando. Toda la madrugada del 29 estuvimos tratando de juntar mis cosas. Teníamos en la vecinal una biblioteca, asique estuvimos tratando de juntar los libros y la computadora. Fue una madrugada agitada. Sacamos a mi hijo y a mi mamá. No sabíamos qué iba a pasar, pero sabíamos que algo iba a pasar”.

“El agua empezó a hacer al revés de como hace siempre. Se empezó a llenar la zanja, subió a la vereda y entró a las casas. En cuatro horas el barrio desapareció. Más de cuatro metros de agua. Esta casa quedó absolutamente tapada. Desde el frente de la cancha de Colón, por la bajada de J.J. Paso, apenas se veían los techitos de las casas y las canoas que venían saliendo”, recordó.

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La “Negra” aseguró que lo primero que se le viene a la cabeza cuando se menciona la inundación de 2003 es “desesperación y no entender mucho qué estaba pasando”.

La “Negra” aseguró que lo primero que se le viene a la cabeza cuando se menciona la inundación de 2003 es “desesperación y no entender mucho qué estaba pasando”.

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Claudia y su familia pasaron un tiempo en la casa de un familiar y luego alquiló una pequeña vivienda más cerca de su barrio. “Estuvimos un año. No quería que mi mamá vuelva y vea cómo estaba la casa. Hubo vecinas se murieron del espanto de ver cómo había quedado su casa”, reconoció, a la vez que agregó: “Volvimos con la familia entera un año después. Yo seguí trabajando en el barrio cuando el agua estaba alta, cuando iba bajando y cuando se fue. Organizamos la cuestión sanitaria porque había vecinos que se habían quedado arriba de los techos y nosotros les acercábamos medicamentos. Hicimos un mapeo de las personas con dificultades de salud”.

Como toda tragedia que afecta a una sociedad, quedan marcas y generan cambios, a nivel personas, pero también a nivel social. Al respecto, la “Negra” explicó que “en mí, particularmente, fue un despertar a ver cómo los gobiernos nos tratan muy mal. Las políticas no llegan a los barrios populares. Como que no les importamos nada a los que gobiernan. En ese momento gobernaba Reutemann. Se lo consideraba un austero y ya nos había hecho pasarla muy mal en 2001. Los barrios del oeste recién veníamos levantando un poco la cabeza, con trabajo popular. La inundación fue un cachetazo de realidad. Entendiendo que no les importa lo que pasaba por estos lados. Si los pobres se morían, se morían. Se metieron con mi familia y con mi barrio. Eso activó algo en mí que tiene que ver con luchar por la justicia”.

Claudia, además, recordó porqué instalaron la Carpa Negra de la Memoria en la plaza 25 de Mayo. “Después de un tiempo querían volver a la normalidad, como que había una normalidad posible. Querían sacar a la gente de las escuelas (lugares donde se establecieron refugios para inundados) que estaban llenas de gente. Esa normalidad nos parecía un espanto. Por eso pusimos la Carpa. Ahí contábamos lo que había pasado, diciendo que había responsables y visibilizando la situación”, dijo.

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“El agua empezó a hacer al revés de como hace siempre. Se empezó a llenar la zanja, subió a la vereda y entró a las casas. En cuatro horas el barrio desapareció. Más de cuatro metros de agua

“El agua empezó a hacer al revés de como hace siempre. Se empezó a llenar la zanja, subió a la vereda y entró a las casas. En cuatro horas el barrio desapareció. Más de cuatro metros de agua", recordó la "Negra".

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“Nosotros vivíamos en comunidad y nos cuidábamos. Pero ahí entendimos que nosotros nos salvamos a nosotros mismos. El pueblo salva al pueblo. Es una frase hecha pero real”, remarcó Claudia.

Una obra inconclusa, una trampa mortal para la ciudad de Santa Fe

El agua del Salado logró ingresar a la ciudad de Santa Fe porque, pese a que había sido inaugurada en 1997, una obra de defensa en el borde oeste no estaba terminada. En la zona del hipódromo, por calle Gorostiaga, la defensa se resumía a un muro de contención. El gran caudal de agua –producto de las intensas lluvias que azotaban a la región- no lograba superar el tramo de defensa que sí estaba terminado, pero pudo ingresar por donde estaba inconclusa. Desde ese momento, el agua comenzó a bajar por el borde oeste hacia el sur de Santa Fe, inundando todos los barrios.

Tampoco hubo un plan de contingencia

Al respecto, la “Negra” remarcó que “encima no teníamos un plan de contingencia. No sabíamos bien qué hacer. No sacaron a la gente. Ni siquiera dieron la voz de alerta. Marcelo Álvarez –el entonces intendente de Santa Fe- se murió sin decir nada. El responsable de evacuar, de dar la voz de alerta nos terminó diciendo que no íbamos a tener problemas porque la casa bomba N° 1 funcionaba perfectamente. Cuando escuché eso, dije que nos teníamos que ir porque la casa bomba no funcionó nunca. Nos estaban mintiendo. Era una trampa que habían hecho con una obra corrupta”.

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El agua del Salado logró ingresar a la ciudad de Santa Fe porque, pese a que había sido inaugurada en 1997, una obra de defensa en el borde oeste no estaba terminada.

El agua del Salado logró ingresar a la ciudad de Santa Fe porque, pese a que había sido inaugurada en 1997, una obra de defensa en el borde oeste no estaba terminada.

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“El pueblo se queda con la memoria, la verdad y la justicia”

Por último, Claudia Albornoz se refirió a la decisión del gobierno de Santa Fe –encabezado por Maximiliano Pullaro- de no volver a apelar el fallo judicial que establece responsabilidades en el Estado santafesino y pagar las reparaciones. “Es una estafa. No hay justicia ahí. Nosotros mantuvimos la lucha del pueblo inundado, mantuvimos la memoria y la verdad. Dijimos desde un principio quiénes eran los responsables. Después que se murieron casi todos, dicen que el gobierno fue responsable y piden perdón”, dijo y añadió: “La canallada es que van a indemnizar a quienes no hicieron juicio y los que no cobraron la reparación. No existe la persona que no haya cobrado nada”.

“Más allá de pagar o no pagar, esto desnuda la gran estafa para el pueblo inundado. Se desnuda quien es la Corte, los que dicen perseguir la justicia. Lo del gobierno es perverso porque dice que no va a apelar. Claro que no va a apelar porque no le conviene. Le conviene que salga así porque no va a reparar a nadie”, afirmó.

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Más de 150.000 personas perdieron todas sus pertenencias y sus viviendas sufrieron daños que llevó años solucionar.

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Y destacó: “Entender la política de Santa Fe después de la causa inundaciones es entender la desidia y la impunidad. El pueblo se queda con la memoria, la verdad y la justicia”.