Por el caso, los fiscales Ana Laura Gioria y Estanislao Giavedoni, junto con los querellantes Mariana Oroño y Daniel Recamán, pidieron que Kunz sea condenado a prisión perpetua y se lo declare autor penalmente responsable de homicidio criminis causa (matar para asegurar); cuatro intentos de homicidio; y la privación ilegítima de la libertad de siete liceístas.
En tanto, la defensa del imputado, a cargo de la abogada del Servicio Público de la Defensa Penal, Virginia Balanda, solicitó la absolución de su asistido o, en su defensa, que le aplique una pena menos gravosa a la pretendida por Fiscalía y querella.
MARTIN KUNZ
Martín Kunz, junto con su abogada Virginia Balanda en el inicio del juicio.
El cierre del juicio contó además con la declaración del hijo de Rubén “Bigote” Walesberg, el chofer de la combi que, para Fiscalía, Kunz mató para poder atacar a los cadetes que trasladaba en el transporte Tío Mario por ruta 1, rumbo a San Javier.
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También habló uno de los cadetes que iba en la camioneta y que ahora es mayor de edad, ya que al momento del hecho, el 19 de agosto del 2022, tenía 14 años de edad. A su vez, fueron escuchadas por el tribunal dos madres de dos chicas que iban a bordo de la combi que manejaba Walesberg y que presenciaron los dramaticos hechos.
Aprender a vivir con el dolor
El primero en declarar fue Diego Walesberg, el hijo de Rubén, quien recordó a su padre y los valores que le dejó. “Mis padres no eran malas personas, nos inculcaron grandes valores, que el trabajo dignifica”, dijo.
“Este dolor no se supera, se logra convivir con él. Cada 19 de agosto nos desgarra como familia”, aseguró.
Ya entre lágrimas y muy conmovido, pidió justicia por Bigote. “En memoria de él, queremos una pena ejemplar”, solicitó. “Rubén Isidro Walesberg, presente”, concluyó.
Heridas y secuelas
Noelia, una de las madres de las niñas que iba en el transporte, también pidió declarar y ante el tribunal sostuvo que el acto criminal de Kunz dejó a muchas familias rotas. No obstante, recalcó que al día de la fecha se pregunta por qué el excadete hizo lo que hizo.
El mismo interrogante se hizo Yanina, la madre de otra de las niñas que iban a bordo del transporte y la cual quedó con secuelas psicológicas tras el demencial ataque.
Destacó que tanto la niña como su familia tienen acompañamiento psicológico desde hace tres años; que su hija tuvo que dejar el Liceo Militar, ya que no soportaba ir al mismo colegio en el que iba la novia de Kunz; y que el autor del hecho no puede estar afuera.
Por último, declaró Lorenzo, uno de los chicos que al momento del hecho era menor de edad y que en la actualidad sigue cursando en el Liceo. Entre lágrimas y con mucha entereza, el joven liceísta recordó que el ataque cambió totalmente su vida. “Me destruyó por dentro y a toda mi familia”, dijo y concluyó con que el dolor nunca se supera, se aprende a convivir con él.