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Policiales Pañuelos Amarillos | Rincón | Justicia

Rincón: un relato y una organización, las claves en la visibilización de tres casos de abuso infantil silenciados por años

A dos meses del Caso M, el relato no solo incentivó a las víctimas de los otros dos casos a hablar y denunciar los delitos, sino que le dio fuerza a la organización Pañuelos Amarillos, hoy clave en la contención de los denunciantes de abuso infantil en Rincón. 

El jueves 8 de julio, mientras en los Tribunales de Santa Fe Jorge Ulises Pereyra, era imputado por abusar sexualmente de su sobrina durante once años (entre 1998 y 2009), una mujer caminaba sola por las calles de San José del Rincón con un cartel que pedía Justicia. Es la mamá de la joven que denunció al marido de su tía y quien cinco días más tarde quiso contar su historia en vivo en Aire de Santa Fe. Luego de la entrevista, esa misma tarde, otra joven de Rincón se acercó a su casa a contarle que ella había pasado por lo mismo, que el entrenador de la escuela de Triatlón de la ciudad había abusado de ella cuando era menor. También esa misma noche nació la agrupación Pañuelos Amarillos, de la mano de la familia de la joven denunciante del Caso M y de un grupo de hermanas que habían denunciado a su progenitor por abusos reiterados.

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Los entrenadores de Rincón ya recibieron 15 denuncias de abuso sexual infantíl.

Los entrenadores de Rincón ya recibieron 15 denuncias de abuso sexual infantíl.

Macarena, Nadia, Virginia, Lucía, Micaela, Jocelyn, Daniela, Claudia y Yésica. Son nueve las mujeres que fundaron y trabajan en el servicio que brinda Pañuelos Amarillos, una organización clave en materia de género en Rincón durante los dos meses que pasaron desde su creación. Entre ellas hay víctimas de abusos sexuales y familiares de denunciantes. Hoy estas mujeres son la primera línea en el camino de la denuncia de abuso sexual en la localidad y, posiblemente, en la región. Cada vez más víctimas recurren a ellas y, por medio de ellas, ya se visibilizaron dos casos de múltiples abusos a menores en Rincón, uno con 15 denuncias y otro con cuatro.

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“Estamos haciendo historia”, confesó Nadia a AIRE dos meses después de aquella primera denuncia. “El nacimiento del grupo se da la misma tarde en que se hace pública la denuncia del Caso M”, indicó la cofundadora de Pañuelos y hermana de la denunciante de este primer caso. “Mucha gente se comunicó con nosotros dándonos fuerza pero también pidiéndonos ayuda”, destacó. Esa misma tarde, Micaela se reunió con M, le contó sobre los abusos de los entrenadores y le pidió ayuda.

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Una semana más tarde, el lunes 19 de junio, Micaela se convirtió en la primera denunciante de los entrenadores. Para el viernes 23 de agosto ya eran cuatro las denuncias por el mismo caso. Ese día, se organizó una de las movilizaciones más importantes en la historia de la ciudad. Cientos de habitantes se manifestaron en contra del abuso infantil, pidiendo Justicia por las víctimas. “La movilización tras las denuncias de los entrenadores fue un detonante porque el caso provocó una catástrofe en todo Rincón, lo atravesó de norte a sur”, explicó Nadia.

“Lo primero que le preguntamos a las víctimas es que quieren o necesitan hacer, porque nadie nunca pregunta eso”, contó Nadia.

Nadia y su hermana se contactaron esa noche con las otras hermanas que, junto a más mujeres de su grupo familiar, denunciaron a su progenitor. En abril de este año el hombre fue condenado por medio de un juicio abreviado. “Nadie conocía el caso, en Rincón no se hablaba de eso”, explicó la joven.

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La madre de Nadia fue clave para el comienzo del grupo. “Cómo ayudar a mi hija que sufrió un abuso”, fue lo que escribió en el buscador de Google la misma noche en que la joven realizó la denuncia. En la búsqueda, se encontró con a fundación de Tucumán y se atrevió a escribirle a la presidenta, Colomba Nasca, quien le dio las instrucciones para comenzar.

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Tras el Caso M y las primeras denuncias a los entrenadores, cientos de habitantes de Rincón se movilizaron para pedir Justicia por las víctimas de abuso sexual infantil.

Tras el Caso M y las primeras denuncias a los entrenadores, cientos de habitantes de Rincón se movilizaron para pedir Justicia por las víctimas de abuso sexual infantil.

Actualmente las mujeres fundadoras del grupo se reúnen los sábados con todas las personas víctimas o familiares de víctimas que necesiten ayuda, acompañamiento o simplemente poder hablar de lo que pasó. Diariamente reciben mensajes de personas que diferentes partes de Santa Fe y provincias vecinas. Muchas de las víctimas que se conectan con ellas eligen enviarles su testimonio para que lo hagan público en redes sociales, sin nombre. Otras deciden solo charlar con ellas sin dar a conocer públicamente la situación. “Lo primero que le preguntamos a las víctimas es que quieren o necesitan hacer, porque nadie nunca pregunta eso”, indicó y señaló que tratan de evitar revinctimizar a las personas que se conectan con ellas y tratar de que puedan relatar su historia una sola vez sin buscar que la repitan varias veces.

En el caso de los entrenadores, la primera denunciante fue a pedirles ayuda para denunciar. Juntas fueron a la comisaría y allí comenzó el proceso. En todas las audiencias e instancias de la investigación, las Pañuelos Amarillos estuvieron presentes, aunque eso implique tiempo, trabajo y gastos, por ejemplo para viajar desde Rincón hasta los Tribunales de la ciudad de Santa Fe.

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Con el último caso de abuso que salió a la luz en Rincón ocurrió algo similar. El 22 de agosto, una de las víctimas de Maximiliano D. -quien fue imputado por abusar sexualmente de tres menores más otro caso que se tramita en la Justicia de Menores- se comunicó con las chicas por redes sociales y les contó su historia. Luego, decidió que el testimonio se publicara y una noche llamó a Nadia para que la acompañara a hacer la denuncia. Luego, se sumaron los otros tres testimonios que denunciaron a la misma persona por el mismo delito.

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El grupo Pañuelos Amarillos acompañó a las víctimas de los tres casos en las movilizaciones en los Tribunales de Santa Fe mientras se desarrollaban las audiencias judiciales.

El grupo Pañuelos Amarillos acompañó a las víctimas de los tres casos en las movilizaciones en los Tribunales de Santa Fe mientras se desarrollaban las audiencias judiciales.

“Seguimos la lógica de trabajo de los Pañuelos de Tucumán: hacemos reuniones los sábados con psicólogos y asistentes sociales y todas las personas que quieren hacer denuncias, mostrar relatos o simplemente hablar se pueden comunicar con nosotras por diferentes vías”, contó Nadia. Muchas personas de localidades cercanas que denunciaron abusos se pusieron en contacto con ellas, como son dos casos resonantes y recientes que ocurrieron en Santa Rosa de Calchines y el barrio Los Cipreses de la capital provincial.

En todos los casos en que estuvo presente el grupo, además de la contención a las víctimas, se logró una visibilización mayor. “La gente del caso de Los Cipreses nos pidió ayuda y les aconsejamos seguir los pasos de la organización, pero cuando no tenían respuesta por parte de la Justicia los contactamos con los medios de comunicación”, reflexionó Nadia.

"Hacemos lo que nadie hizo y siento que nos tocó ser responsables de llevar adelante este proceso", reflexionó Nadia.

Desde hace tiempo que trabajan en contacto constante con el área de Género y Niñez de Rincón y con la abogada Carolina Walker que las asesora. Nadia asegura que Pañuelos Amarillos hace “lo que nadie hacía antes” y que les tocó “ser responsable de llevar adelante este proceso”. En el principio del grupo eran menos, pero con el tiempo se fueron sumando colaboradores. “La foto que nos sacamos en el final de la última audiencia en la que el imputado quedó en prisión preventiva, me llena de orgullo porque me di cuenta que ya somos un montón”, confesó Nadia y agregó que antes, durante y después de ese día todas las fundadoras de la organización recibieron amenazas, algunas de ellas graves. Sin embargo, Nadia destacó: “No tenemos miedo porque Pañuelos Amarillos te ayuda a perderlo”.

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Con empatía, trabajo en red, esfuerzo y mucho compromiso, Pañuelos Amarillos de Rincón va ganando su lugar en la sociedad y logra transformar el dolor en lucha. Es cierto que su aparición tiene que ver en parte con la impunidad y la falta de Justicia a tiempo en muchos casos, pero también tiene que ver con un impulso por dejar de permitir que tanto los delitos como el accionar inadecuado de los organismos policiales y judiciales sigan pasando desapercibidos.

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