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Los crímenes de Daiana y Agostina, venganzas furiosas que dejan a flor de piel la guerra narco en la zona norte de Rosario

El lunes a la noche las jóvenes fueron acribilladas a balazos con diferencia de pocas horas, en hechos y escenarios distintos. Pero sus muertes dejan al descubierto la encarnizada guerra narco en la zona donde el dominio se atribuía al asesinado Ema Pimpi Sandoval.

Esta semana Rosario vivió varios hechos violentos, pero sin dudas que los asesinatos a sangre fría de dos mujeres jóvenes dejó al descubierto la encarnizada guerra narco en algunos barrios del norte cuyo dominio se atribuía al asesinado Ema Pimpi Sandoval. En estos tiempos ese lábil poder muta hacia otros actores que parecen no tener límites a la hora de medir fuerzas y sembrar cadáveres.

El lunes a la noche Daiana Romina Paiva, de 26 años, y Agostina Thomson, de 22, fueron acribilladas a balazos con diferencia de pocas horas, en hechos y escenarios distintos de la zona norte de Rosario. La Fiscalía de Homicidios no descarta que ambos episodios se vinculen. Según algunos cabos sueltos que se fueron hilvanando con el correr de los días, el ataque a Paiva podría haber generado una venganza y la reacción armada contra Thomson en un contexto de narcocriminalidad.

Ellas no se conocían, incluso se estableció que eran de bandas antagónicas que buscan dominar las calles de los barrios Parque Casas, Cristalería, La Cerámica, La Florida. Pero finalmente las unió la muerte, la mecánica de los ajustes mafiosos y con olor a venganza de los que fueron víctimas.

El lunes a las 20.30 Paiva iba como acompañante de una moto que conducía Luciano R., de 22 años. No está claro si el rodado tuvo un desperfecto que obligó a la pareja a caminar, o estaban parados esperando a alguien en Olivé y Gallini, el corazón del barrio Sarmiento. Lo concreto es que en un momento se acercaron dos hombres armados y sin mediar palabras comenzaron a gatillar.

Luciano olfateó la muerte en un segundo antes y corrió en dirección a una calle lateral, pero Daina quedó a merced de los sicarios y recibió al menos seis impactos de bala calibre 9 milímetros, uno de los cuales se le incrustó en la cabeza y la mató en el acto. La manchas de sangre coagulada dejaron su sello en el pavimento y los vecinos quedaron azorados. Otro crimen violento que sacudió a la sociedad.

Según registros oficiales la víctima tenía domicilio legal en Cavia y Ghiraldo, pleno Parque Casas e histórico territorio del asesinado Ema Pimpi Sandoval. En el lugar del ataque los vecinos no aportaron demasiado, pero el hecho de que Daiana tuviera casi 13.000 pesos en efectivo entre sus prendas y la cercanía con una boca de expendio de droga anclada en Corazzi y Olivé, orientó la mirada de los investigadores.

Rosario 1 Lugar donde asesinaron a Daiana Romina Paiva, en el corazón del barrio Sarmiento.jpg

Golpe por golpe

Enseguida saltó otro dato: el acompañante de Paiva figuraba como uno de los sospechosos de haber protagonizado un furibunda balacera el 7 de febrero pasado en Casiano Casas y Washington, territorio dominado por la familia Sandoval, donde tres personas resultaron heridas. El fiscal Spelta no descartó que el homicidio de Daiana fuera un vuelto a ese ataque. En realidad, el blanco de la venganza era Luciano R., que a las pocas horas quedó detenido. En diciembre ya habían atentado contra los hermanos de Ema Pimpi, asesinado el 24 de octubre de 2019 junto a otras dos personas en una casa de Pago Largo al 600, barrio La Florida.

Daiana tampoco era ajena a la trama narco. Los pesquisas la conectaron con una joven identificada como “La Tania” R., de apenas 24 años, que tras la muerte de Ema Pimpi, tomó envión y buscó ampliar su zona de influencia, se la vinculó a hechos de robos y como parte de una peligrosa gavilla que distribuye droga en un amplio territorio del extremo norte.

“El delivery de «La Tania» lo hacen pibes en bicicleta con un canastito adelante de manubrio. Parecen inocentes, pero son todos re zarpados y andan enfierrados”, comentó algo perplejo a Aire de Santa Fe un conocedor de las calles de Nuevo Alberdi y la Zona Cero.

Tania está bajo proceso judicial desde marzo del año pasado por el robo calificado y en banda de un auto, y de atracar la casa del dueño, a quien secuestró y privó de la libertad en una vivienda de la Zona Cero, el complejo social pegado al comienzo de la autopista a Santa Fe. También quedó sujeta a una causa federal por comercialización de droga.

En los allanamientos donde fueron detenidos los integrantes de la banda de La Tania (muchos de ellos en prisión domiciliaria desde donde siguen gerenciando delitos) se secuestraron elementos robados a la víctima, varias armas con alto poder de fuego y suculentas sumas de dinero. Voceros judiciales y policiales aportaron que La Tania, que fue madre hace poco meses, no se mueve sola y tiene el concurso de otra mujer peligrosísima apodada La Gitana. En algún momento sellaron alianzas con Sandoval, pero tras su muerte ese pacto sufrió alteraciones.

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Puja, tensiones, pactos

Un punto de tensión en esta trama también surge a partir de los rencores entre Tania y Marcelo Coto Medrano. Según algunos informes reservados, la joven se negó a vender droga para Coto, un hombre que siempre hizo pata ancha en la zona norte. Se trata de un barra de Newell's Old Boys que en 2018 acordó en un procedimiento abreviado una condena a dos años de prisión condicional por balaceras. Su hermano, Matías Ezequiel, también paga siete años de prisión efectiva por cuatro tiroteos cometidos entre 2015 y 2017.

La historia y los vínculos de distintas líneas investigativas indica que a los hermanos Medrano los empoderó un ex jefe de la policía provincial del departamento de Drogas, que estuvo citado en causas federales por conexiones con bandas que comercializaban estupefacientes, y cuyos cargamentos de marihuana viajan de Paraguay con destino a Rosario.

Los Medrano también tenían vínculos con Marcelo F., alias “Frentudo”, de 35 años, acusado de copar la comisaría 30ª de Parque Casas en el marco del cortejo fúnebre de Alexis Berti, asesinado en un supuesto enfrentamiento policial el 13 de mayo de 2017. Frentudo se ufanaba en redes sociales de tener el coraje suficiente para matar a policías. Las alianzas se van tejiendo como una telaraña imposible de abarcar. “La zona norte es compleja y está mutado todo el tiempo”, describió un investigador.

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Agostina, y la noche como referencia

A menos de las dos horas del crimen de Daiana Paiva, el blanco de los sicarios fue Agostina Thomson, de apenas 22 años, atacada en la puerta de un casa de dos plantas ubicada en Maestro Massa al 400, barrio La Florida, frente a la conexión vial Rosario-Victoria. Había alquilado la planta alta donde vivía con una hermana. Luego se constató que el titular de esa propiedad es el padre de los hermanos Medrano, citados más arriba.

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Maestro Mazza al 400, el lugar donde asesinaron a la joven Agustina Thomson

Maestro Mazza al 400, el lugar donde asesinaron a la joven Agustina Thomson

Según algunos testimonios, Agostina estaba a las 22.30 en la puerta hablando por teléfono cuando pasó una camioneta desde la cual gatillaron a mansalva. La víctima recibió tres impactos de bala en el pecho, se desplomó y no se pudo hacer más nada, murió en el lugar.

El fiscal Adrián Spelta solicitó el relevamiento de las cámaras de videovigilancia de la zona para obtener evidencias. En la escena del crimen los miembros de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) colectaron seis vainas servidas calibre 9 milímetros. Mismo calibre que el utilizado para matar a Paiva.

Aunque se le había perdido el rastro, Thomson no era desconocida para los investigadores. Su nombre primero se inscribió en un resonante procedimiento por drogas en pleno microcentro de Rosario el 12 de marzo de 2019, cuando la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) la detuvo en el bar de una estación de servicio de Rioja y España luego de recibir una encomienda del Correo Argentino con 13 kilos de marihuana disimulados en una caja de galletitas.

La joven quedó ligada a una causa que instruyó el juez federal Carlos Vera Barros. A las 72 horas la defensa pagó una fianza de 50 mil pesos y Agostina salió en libertad.

En medio de una serie de ataques a balazos a bares de Pichincha asistió a un hecho criminal. Ocurrió el 19 de julio del año pasado, cuando acribillaron a balazos a su novio, Carlos Ariel Señuque, de 41 años, en la puerta de un edificio ubicado en Brown al 2800. El hombre fue sorprendido al salir de la cochera con un Renault Megane gris, donde lo atacaron dos personas en moto que le efectuaron al menos ocho disparos. Agostina no vio nada porque quedó encerrada en el 5º piso del edificio luego de discutir con Señuque.

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Daiana Romina Paiva, de 26 años, y Agostina Thomson, de 22.

Daiana Romina Paiva, de 26 años, y Agostina Thomson, de 22.

Algunos personas que en ese momento entrevistaron Agostina dijeron que parecía estar a la deriva, sin referencias familiares concretas y cercanas, con madre y madre ausentes. A su corta edad se metió de lleno en la turbia psicodelia y de la noche: distribución pastillas de éxtasis y servicios de prostitución vip. Y en ese camino se dijo que frecuentaba en la cárcel a Alejandro Isaias Nuñez, de 24 años, alias “Chuqui”, o “Monedita”, peligroso tiratiros sospechado de participar del asesinato de Javier Barquilla en Felipe Moré y Rueda el 4 de febrero de 2015. Por ese hecho fue condenado a 16 años de cárcel, Nelson Alexis Aguirre, alias Pandu, líder de una peligrosa banda que metió miedo en Villa Banana.

Señuque tuvo su anotación en un legajo judicial en 2016, cuando se le murió en los brazos una joven de 17 años por sobredosis. Pero fue desvinculado de cualquier acción delictiva porque las otras dos chicas que estaban con él declararon en Fiscalía que no les había suministrado la droga. Luego reapareció el día de su muerte. En ese momento se constató que trabajaba en relaciones públicas de un boliche, rol con el que disimulaba una tarea más rentable: la de dealer de droga para la banda de Los Monos. La sospecha es que fue ejecutado por gente de confianza de Esteban Lindor Alvarado, detenido como líder de una asociación ilícita e histórico rival de Los Monos.

Con la muerte de Ema Pimpi Sandoval y la persecución penal a otros actores de peso, el poder en Parque Casas, La Cerámica, Nuevo Alberdi, Rucci, Cristalería, por citar algunos territorios complejos del norte rosarino, está en permanente tensión y diseminado entre actores peligrosos cuyos nombres surgen por primera vez, y otros ya se conocen. Mutan, buscan alianzas, y a veces se generan traiciones que se pagan con sangre. Se diluyeron otras instancias previas, parece que no hay negociaciones. Las armas las balas, y los sicarios baratos están disponibles de un rato para el otro.

El fiscal Spelta dejó claro en conferencia de prensa que hay pistas concretas para asociar los crímenes de Daiana y Agostina. Atribuyó el asesinato de Thomson a “un vuelto” por lo ocurrido con Paiva, ya que “pertenecían a grupos antagónicos. Tienen vinculación con el tipo de víctimas que pertenecen a un grupo particular de la zona norte”, explicó el funcionario sin dar más detalles. La investigación ahora quedó en manos de fiscal Miguel Moreno por redistribución de legajos, el mismo que intervino en el crimen de Señuque.

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