La vida de Starcevic acarrea historias que podrían servir para varias temporadas de una serie de ficción. Está acusado de acribillar a Goran Radoman, un jefe de la mafia que derivó en una guerra entre clanes narcos en esa parte de Europa. Luego montó la fachada de su propia muerte en España para, en realidad, huir hacia Brasil, donde está acusado de matar a tres personas, pero logró quedar en libertad por un “error” administrativo en la justicia de ese país. El último capítulo de su ajetreada vida lo expuso en ese remoto paso fronterizo entre Paraguay y Bolivia, donde se movía con un documento argentino.
En Argentina, tanto el Ministerio de Seguridad Nacional como los órganos de investigación consultados por AIRE no tenían información de que Luka Starcevic haya estado en el país, ni que haya tenido algún tipo de actividad criminal.
Mafias de ultramar
El DNI que portaba Starcevic en el momento en que fue detenido en el límite entre Paraguay y Bolivia, figuraba a nombre de Lisandro Emanuel Larre. Es probable, según apuntaron fuentes de PROCUNAR, que ese DNI fuera falso, porque no posee ningún registro con ese nombre en ningún otro ente fiscalizador, como ARCA o ANSES. Ese DNI figura que fue expedido el 5 de junio de 2019.
Que este hombre, nacido en Belgrado, no figure en la Argentina apuntado como miembro de una organización criminal no garantiza absolutamente nada. Estos eslabones del crimen organizado trasnacional se mueven en las sombras de manera permanente.
Algo similar ocurrió en Argentina con Bozidar Ratkovic, conocido en el país como “Bozo”, que era un narcotraficante de peso, que se encargaba de preparar la logística para enviar cargamentos de cocaína a Europa por el puerto de Zárate.
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Según publicó el periodista Agustín Ceruse en el sitio Encriptada, Ratkovic tenía vínculos con el colombiano Gabriel Jaime Londoño Rojas, que fue detenido en Abu Dabi en 2022, y fue uno de los responsables de los cargamentos de cocaína que salieron por el puerto de Rosario, y otro de 1.650 kilos de esa droga que fue incautado por la Policía Federal en un galpón abandonado en el barrio Empalme Graneros, en la zona noroeste de Rosario.
Otro capítulo de la llamada mafia de los Balcanes en la región fue lo que dejó al descubierto en Uruguay la llamada “operación Virtus”, que consistía que un grupo criminal conformado por montenegrinos, argentinos, uruguayos y colombianos lograba introducir cocaína, que provenía de Buenos Aires, en los buques de ultramar, cuando se encontraban en el Atlántico, cerca de las costas orientales, a la altura de Rocha.
Una alta fuente del Ministerio de Seguridad Nacional consideró que probablemente Starcevic podría haber estado involucrado en esta saga que terminó con 18 personas detenidas en Uruguay, entre ellos, dos hombres oriundos de Montenegro y un argentino.
Múltiples identidades
Starcevic es desconocido en Argentina, pero no en la región. En Brasil estuvo detenido por un crimen, pero logró salir de la cárcel por una supuesta falla del sistema, una maniobra que generó un escándalo en ese país.
En Belgrado, este serbio aparece relacionado con uno de los crímenes que conmocionaron a ese país en 2015, como fue el asesinato del capo mafioso Goran Radoman, que desató una guerra entre los clanes Kava y Škaljari. El conflicto entre estos dos grupos criminales fue sangriento.
La saga de Starcevic en este caso es digno de una pieza de ficción. La policía montenegrina lo convirtió en uno de los principales sospechosos del crimen, a partir de una geolocalización con un GPS. El serbio había colocado un localizador satelital en el BMW de Radoman para seguirlo y asesinarlo de más de 20 disparos con un fusil AK47 en la cochera de un edificio. Días después, Starcevic desapareció ante los indicios que lo ligaban a ese asesinato y luego de que se ordenara su captura en Belgrado.
Luka Starcevic 2
Luka Starcevic se movía con un DNI argentino, bajo la identidad de Lisandro Emanuel Larre. Lo buscaban en varios países.
Los medios de Montenegro publicaron en su momento que Starcevic reapareció luego en España, pero a partir de una noticia que señalaba que había muerto. En el programa periodístico serbio Sluaj revelaron que este hombre, que fue detenido el miércoles pasado en Paraguay con un DNI argentino, había logrado huir a Brasil, y que en realidad la noticia de su muerte era una simulación para que se olvidaran de él.
El primer indicio de que Starcevic estaba vivo surgió cuando fue detenido en julio de 2020 en una ruta cercana a San Pablo, donde a los policías les entregó documentación que indicaba que su nombre era Luka Maric, un ciudadano croata que tenía pedido de captura de Interpol. En el auto, marca Nissan en el que se movía llevaba una gran suma de dinero, con la que intentó sobornar a los agentes. Pero en realidad el nombre verdadero era Starcevic.
Había contratado a un chofer para que lo llevara a la ciudad de Santos, cuyo puerto es uno de los principales puntos de envío de cocaína a Europa. Logró salir al poco tiempo de la cárcel, porque no había pedido de extradición ni tampoco causas en su contra en Brasil, pero en 2021 lo acusaron del asesinato de un policía y el de un portero de un edificio. También por el crimen de otro colega serbio.
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Ocurrió un “error” que favoreció inesperadamente a Starcevic. A pesar de que el Supremo Tribunal Federal (STF) ordenó su prisión preventiva, este serbio quedó en libertad debido a que el Departamento Penitenciario del estado de Paraná alegó que esa orden no estaba registrada en el Banco Nacional de Medidas Penales y Penitenciarias (BNMP-CNJ), lo cual es un requisito legal para que pueda ejecutarse la orden de prisión preventiva. Como resultado, Starcevic fue liberado por orden judicial, y además fue absuelto en uno de los casos de homicidio y asociación ilícita en el estado de Paraná.
La última vez que lo vieron a Starcevic fue cuando salió de la cárcel de São José dos Pinhais, en la región metropolitana de Curitiba, el 23 de junio de 2023. En Brasil, aparecieron luego varios informes de inteligencia que ligaban a este serbio con Primer Comando de la Capital (PCC) y la mafia italiana, la 'Ndrangheta, con quienes hacía negocios para enviar y distribuir drogas en Europa.
Detenido con un documento falso
Starcevic, quien se había transformado en un fantasma para la justicia y las fuerzas de seguridad brasileñas, tras el escándalo que lo dejó en libertad, reapareció de forma inesperada el miércoles pasado en un remoto lugar del Chaco paraguayo: en el paso fronterizo Mayor Infante Rivarola. Starcevic intentó cruzar ese punto limítrofe para ingresar a Bolivia. Cuando entregó su documentación para entrar a ese país, los funcionarios de Migraciones de Paraguay notaron algo raro. Porque su documento estaba a nombre de un ciudadano argentino llamado Emanuel Larre, pero su acento serbio no coincidía con ese nombre.
Después de analizar la documentación que llevaba este hombre con acento raro, y una consulta internacional a través de la Red Atenas –que es un programa de cooperación internacional con Europol–, las autoridades migratorias paraguayas confirmaron que el hombre que intentaba cruzar hacia Bolivia con documentación argentina falsa era Luka Starevi, ciudadano serbio buscado por homicidio y crimen organizado en Brasil y en Europa. Fue retenido con apoyo de la Policía Nacional y, esa misma noche, expulsado por el Puente de la Amistad, en Ciudad del Este, donde fue entregado a la Policía Federal de Brasil.
Las sospechas de este último movimiento de Starcevic podría responder, según altas fuentes de la justicia paraguaya, a una “guerra” entre bandas serbias y montenegrinas que se está librando en Bolivia por el control de terminales para el tráfico de drogas.
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La tensión subió en Bolivia en torno a los carteles narcos, luego de que el 13 de agosto pasado fueron encontrados en Santa Cruz de la Sierra tres cuerpos embalados en una vivienda. Las víctimas eran presuntos miembros de la mafia balcánica. Los cadáveres pertenecían a los serbios Miljan Gjekic, de 38 años, Vanja Milosevic, de 41 y Dejanco Lazarevski, de 43 años, oriundo de Macedonia del Norte. Se presume que los cuerpos embalados iban a ser arrojados a un río.
El ministro de Gobierno boliviano, Roberto Ríos, reconoció públicamente que las mafias europeas intentan asentarse en Bolivia, aprovechando el vacío dejado por la fuga del narco uruguayo Sebastián Marset, líder del Primer Comando Uruguayo.
