Este miércoles se realizaron los alegatos defensivos en el juicio que se les sigue a cuatro personas por abusos sexuales infantiles reiterados en Rincón.
Los abogados defensores realizaron el alegato de cierre y pidieron que los acusados sean absueltos.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
Los tres abogados defensores del juicio que se les sigue a Walter Sales Rubio, las hermanas Sheila y Solange Arteriza y su madre Alicia Rubio realizaron este miércoles los alegatos de clausura ante el tribunal conformado por los jueces Sebastián Zseifert, Leandro Lazzarini y Pablo Busaniche.
Ignacio Alfonso Garrone sostuvo que las hermanas Arteriza también fueron víctimas de Sales Rubio y solicitó que sean absueltas. La misma petición hizo Sebastián Oroño en relación a Reina; según el defensor, Reina fue víctima de violencia de género durante toda su vida, lo que la vuelve inimputable.
En tanto, Juan Bautista Fossa, abogado de Walter Sales Rubio, realizó una exposición un tanto confusa en la cual planteó que los hechos fueron realizados con consentimiento de los denunciantes, o que no habían sido bien acusados ni probados por la Fiscalía.
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La situación de las hermanas Arteriza en la causa es sostenida por el abogado defensor desde el comienzo, y avalado por una serie de informes psicológicos que fueron sostenidos y ampliados por los profesionales durante el juicio. Alfonso Garrone comenzó su alegato refiriendo a las palabras que una de las denunciantes le dijo al psicólogo que declaró en el juicio: “Yo no soy cómplice, soy víctima”, “me tuve que convencer que no era culpable de nada porque Sales Rubio lo hacía todo muy natural”. Algo similar había relatado Sheila Arteriza en su declaración ante los jueces, en la última jornada de juicio previo a los alegatos.
Para el defensor, los acusadores, tanto públicos -Fiscalía- como privados -las querellas- analizaron el caso de manera “sesgada”, con “víctimas buenas” -los denunciantes- y “víctimas malas” - las acusadas-. En este punto, Alfonso Garrone se encargó de aclarar que no eran descripciones despectivas, sino para remarcar este “sesgo de análisis” que atribuye a los acusadores. Para el abogado, la única diferencia entre las hermanas Arteriza y los denunciantes es que Sheila y Solange vivían en la misma casa que Walter Sales Rubio; por todo lo demás, eran pares.
Luego, Alfonso Garrone repasó la importancia de la figura de Sales Rubio tanto en la comunidad rinconera, con los padres de los chicos que entrenaban con él, y en la familia de las hermanas Arteriza, donde comenzó a ocupar un lugar de “liderazgo” desde que las acusadas eran muy pequeñas. Sales Rubio “formaba un círculo de lealtades y secreto, donde ya no se podía salir y esto literalmente funcionaba de esa manera. Los chicos lo idealizaban, entraban en esta situación y después no podían salirse”.
El defensor repasó declaraciones de los denunciantes que explicaron cómo les había costado entender que lo que había sucedido estaba mal, porque habían naturalizado las situaciones sexuales a los que los exponía y sometía Sales Rubio. Nadie cuestionó lo que pasó durante años, hasta que se presentó la primera denuncia.
Además de lo naturalizados que estaban los hechos, Alfonso comparó que los abusos terminaban cuando los chicos dejaban los entrenamientos, o se iban a sus casas. situaciones que no pasaba con las hermanas Arteriza ya que vivían con él; incluso a una de ellas ya le había dicho desde chiquita que iba a ser su novia, era “la elegida”, explicó Alfonso.
El abogado remarcó que Sheila y Solange estaban dentro de ese mismo grupo que había naturalizado los abusos, y que la figura idealizada de Sales Rubio era transversal a todos los chicos y chicas que lo componían, incluidas las Arteriza.
Luego, Alfonso Garrone repasó la particular historia familiar de Sheila y Solange, con las diferentes parejas que tuvo su madre hasta que llegó Sales Rubio y su padre abandonó el hogar. Cuando la familia conoció al acusado, Sheila tenía cuatro años y Solange era recién nacida. El abogado recordó que las situaciones de abuso sexual de Sales Rubio con las hermanas Arteriza comenzaron cuando tenían 8 años, y que también ejerció violencia física, psicológica y económica sobre ellas.
Luego, Alfonso citó una serie de fallos en los que fueron acusadas mujeres víctimas de violencia y resultaron absueltas (Tejerina, Cion), y sostuvo que en mujeres sometidas se da ausencia de dolo, porque las situaciones de violencia sexual desde tan chicas habrían generado una normalización y/o naturalización de las conductas; y ausencia de culpabilidad por la imposibilidad de obrar de otro modo, todo esto a la luz de situaciones de vulnerabilidad, miedo, violencia, aislamiento, sumisión.
Finalmente, el defensor comparó la situación de las dos hermanas: Solange nació en un contexto disfuncional, que habilitó el ingreso de Sales Rubio quien que instalo un funcionamiento de la “horda primitiva de la endogamia”: era el macho alfa de la manada que tenía dominio sobre todas las mujeres; no había limites para los vínculos y las relaciones.
A Solange Arteriza se le atribuyeron cinco hechos de abuso sexual: “¿Qué posibilidad tenía Solange de actuar de otro modo? ¿Qué posibilidad tenía de irse? ¿A dónde? Se quiso suicidar dos veces y no pudo… ¿Qué grado de naturalización de las conductas se le puede negar, cuando a los demás se les habilita? se preguntó el defensor.
Para ejemplificar la situación de Solange, recordó la frase de una de las víctimas de los hechos, al momento de su declaración en el juicio: “Le dije que había encontrado otro lugar para entrenar y le dije porque no entrenábamos juntas. Ella me dijo que se la alegraba por mi pero ella sabía que no iba a poder salir nunca de ese lugar”.
En cuanto a la situación de Sheila, se le atribuyeron 15 hechos de abuso; Alfonso sostuvo que el cuadro es similar al de su hermana: “Ella no tenía anulada su capacidad de decisión, lo que pasa que su decisión estaba limitada por la presión y amenaza de Sales Rubio. El le decía que si no hacia eso conllevaba un comportamiento negativo. Manipulación basada en el miedo. No se admitía la discusión (estás de acuerdo, no estás de acuerdo), si vos no haces lo que te ordeno vas a ser castigada. No hay una libre decisión. Este hombre se ha aprovechado de la vulnerabilidad de Sheila”.
Y concluyó con que Walter Sales Rubio formó a Sheila Arteriza a su imagen y semejanza.
“Señores jueces tienen una oportunidad histórica. Las vidas de Sheila y de Solange fue arruinada durante 28 y 33 años. Primero por Sales Rubio, luego por los acusadores. Tienen la oportunidad histórica de poner fin a ese padecimiento”, culminó Alfonso, quien pidió que sean absueltas de culpa y cargo.
Luego, el abogado defensor de Alicia Reina, Sebastián Oroño, cuestionó los hechos atribuidos y recordó que originalmente fue acusada por un solo hecho, y luego se amplió la acusación en su contra en base a la declaración de una de las víctimas: “declaración que no fue corroborada con ninguna otra prueba”, cuestionó, y sostuvo “no se puede condenar en base a un testimonio que no fue corroborado”.
En relación al hecho acusado originalmente, según la declaración del denunciante en el juicio ocurrió cuando la víctima tenía 17 años. Para el defensor, del propio testimonio surgió que todo fue orquestado por Sales Rubio, que Reina no lo forzó y que a ella no le correspondería ni siquiera una acusación por estupro.
Luego, el defensor cuestionó el trabajo de la Fiscalía, remarcó que hubo errores en la investigación y en la acusación de los hechos, y que los jueces deberían absolver a la acusada: “El problema en este caso no es de ustedes, es del MPA, y los bombos que están en la plaza van a tener que ir a reclamar a la Fiscalía”, manifestó, ofuscado.
Por último, Oroño sostuvo que existen circunstancias extraordinarias de atenuación de pena, en caso de condena: Reina también fue víctima de violencia por parte de Sales Rubio, y no se puede considerar que actuó con voluntad cuando vivía amenazada por Sales Rubio.
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Finalmente, el abogado defensor de Sales Rubio, Juan Fossa, cuestionó que no fue probado el daño ocasionado por los abusos, que los hechos eran cometidos con voluntad y consentimiento de todos los involucrados, o que la Fiscalía no logró comprobar los hechos de manera circunstanciada, con precisiones de tiempo y lugar.
Fossa sostuvo que los 50 años de condena que piden los acusadores son excesivos ya que no cumpliría con la función de rehabilitación y reinserción de la pena, y que además, los hechos fueron cometidos por cuatro personas por lo que su pena no puede ser mayor a lo que se pretende para las otras tres acusadas.
Al finalizar los alegatos no se realizaron réplicas por parte de los acusadores, por lo que los jueces dieron por terminada la jornada; la sentencia será dada a conocer el 26 junio en horario a determinar.
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