Argumentaron que "Guille" Cantero sea sentenciado a 50 años de cárcel, y para otros miembros de la organización, como Leandro “Pollo” Vinardi solicitaron 25 años de prisión. El líder de Los Monos podría llegar al récord de enfrentar 163 años sumadas todas sus condenas.
La dureza del pedido que hicieron los fiscales Federico Reynares Solari y Matías Scilabra tuvo que ver que en este caso esta organización no solo tramó un secuestro, sino que además desde la cárcel de Marcos Paz mantenía una serie de negocios criminales vinculados a la venta y distribución de drogas, con un uso de una violencia extrema, un rasgo característico de esta banda.
LEER MÁS ► El crimen de un miembro de Los Monos sacudió el ambiente mafioso de Rosario
La provincia de Santa Fe estuvo siempre “alambrada” contra los secuestros extorsivos, un tipo de delito muy grave, con alto impacto social, que en otras provincias, como Buenos Aires e incluso, Córdoba, desató en las últimas dos décadas crisis de seguridad profundas. El secuestro de un joven en Arroyo Seco en julio de 2021 provocó en ese momento extrema preocupación en el gobierno del entonces gobernador Omar Perotti.
Uno de los casos más resonantes y que provocó intensos cambios en la policía bonaerense hace una década fue el secuestro seguido de muerte de la niña de once años Candela Rodríguez, que fue raptada el 22 de agosto de 2011 cerca de su casa en Hurlingham. La investigación destapó una trama sucia en la que se mezclaban piratas del asfalto, narcos, policías corruptos y funcionarios ineficientes de la provincia de Buenos Aires.
penal marcos paz edit.jpg
Desde la cárcel de Marcos Paz, Cantero mantenía una serie de negocios criminales vinculados a la venta y distribución de drogas.
Los sectores oscuros de la policía de Santa Fe han participado en todo tipo de delitos, entre ellos, el de narcotráfico, formando parte de bandas como Los Monos o la que lideraba Esteban Alvarado. Pero nunca se detectó hasta ahora que hayan formado parte o ser cómplices en este tipo de delito, para el que se necesita una logística y un nivel de inteligencia criminal elevado.
Hasta ahora los casos de secuestro que se concretaron en Santa Fe se llevaron adelante dentro de la geografía narco. Cantero intentó iniciar un emprendimiento de ese tipo hace un tiempo, al tramar raptos de personas ligadas al mundo narcocriminal, a los que podía extorsionar sin tener complicaciones con la justicia, debido a que se aseguraba que nadie iba a denunciar. Ese es un rasgo de Cantero: siempre se mueve en esa zona oscura donde la ilegalidad genera garantías de impunidad, como ocurrió con muchas de las extorsiones.
El primer intento de Guille de meterse en esta rama criminal de los secuestros extorsivos le salió muy mal. Se equivocaron al capturar a la víctima. Por este hecho, en octubre de 2019 Cantero fue condenado a 10 años de prisión por el secuestro extorsivo de un joven, a quien los cómplices del jefe narco se equivocaron cuando lo raptaron en el barrio Triángulo, en el sur de Rosario. Era el hijo de un carnicero que nada tenía que ver con el narcotráfico.
LEER MÁS ► Condenaron a una mujer de Rosario que formaba parte de la banda liderada por Ariel "Viejo" Cantero
En las escuchas telefónicas Guille habló de conseguir “plata fácil”, “por lo menos tres palos”, con este tipo de operaciones, recordó el fiscal federal Santiago Marquevich, jefe de la Unidad Antisecuestros de la Nación. En ese momento la justicia federal de Rosario buscó “cortar” rápidamente este tipo de emprendimiento para evitar el posible efecto contagio.
Los secuestradores que recibían órdenes de Cantero desde la cárcel de Coronda, donde estaba preso en ese momento, eran los hermanos Ezequiel y José Fernández, que encontraron rápido la muerte. Fueron acribillados junto a Gerardo Abregú dentro de un auto en Granadero Baigorria. El sicario que los ejecutó fue Mauricio Laferrara, conocido como Caníbal, un asesino a sueldo del narco Esteban Alvarado, que presumía que Cantero quería hacerle daño a su hijo. Laferrara logró huir de la cárcel de Devoto y fue recapturado en una casa en Andino en junio pasado.
En junio de 2021 ocurrió un secuestro que se originó en la localidad de Arroyo Seco, que provocó preocupación en las autoridades de Santa Fe. En la historia del secuestro de un joven de 21 años se mezclaron delincuentes improvisados, una víctima con presuntas deudas por drogas y una investigación que casi naufraga porque la familia difundió audios que intercambiaba con los captores en un canal de televisión de Buenos Aires, antes de hacer la denuncia. El padre de la víctima confió más en un antiguo amigo que tiene en TN que en un fiscal.
Carcel de Coronda_DSC03791_MTH.jpg
Cantero daba órdenes a los secuestradores desde la cárcel de Coronda.
Maiquel Torcatt / Aire Digital
Las declaraciones de los familiares y de la víctima se extendieron varias horas durante dos días en la fiscalía federal Nº2 de Rosario. Se necesitó ese tiempo para poder desentrañar una historia que por momentos parecía confusa. El muchacho que fue secuestrado debía dinero a los narcos a los que les compraba los estupefacientes en Arroyo Seco. Para obligar a su familia a cobrar las deudas secuestraron y lo llevaron a Rosario al hijo de un empresario, dueño de una estación de servicio.
Durante las horas en que el joven estuvo cautivo, los raptores exigían a la familia del joven 50.000 dólares para liberarlo, aunque una confusión por parte de los delincuentes, en un primer momento mencionaron 50 millones de dólares, generó confusión. El rescate se pagó, pero fue por mucha menos plata de la exigida. La duda que persiste es si el secuestro sólo quedó reducido a una deuda por drogas o había una intención de fondo de extorsionar al empresario.
LEER MÁS ► Una bandera en la cancha de Rosario Central que esconde un mensaje encriptado
Otro problema que hubo en las alocadas negociaciones fue que la madre de la víctima bloqueó en un primer momento el número del que le hablaban los secuestradores al pensar que se trataba de una estafa telefónica.
La situación se puso más tensa con el correr de los minutos. Los diálogos telefónicos mostraron la desesperación de los secuestradores para que la madre desbloquee el número. Luego, los captores empezaron a usar el teléfono de la víctima. “Desbloquee a los pibes que le mandaron primero (un mensaje) porque si no a tu hijo no lo vas a ver más. Así, corta la bocha”, advirtieron.
Para lograr que la familia pagara el rescate llamaron por el teléfono de la víctima e hicieron hablar al joven retenido. “Papi podés entregar la plata, los dólares, y todas las joyas por favor. Todo papi, entregá todo lo que te piden por favor ya. O no valgo nada pa?”, afirmó el muchacho.
LEER MÁS ► Acribillaron a balazos al yerno de Guille Cantero, el líder de la banda de Los Monos
En ese plan para demostrar que el secuestro iba en serio, los secuestradores le arrancaron un pedazo de uña. La situación llegó a ese nivel de violencia que desembocó en el pago de una suma de dinero y joyas que la familia entregó a los raptores, que liberaron al muchacho en Villa Gobernador Gálvez. Luego fue hospitalizado por las heridas en un brazo y la mano que había sufrido. Todo se difundió por TN mientras en la justicia no sabían de qué se trataba el hecho. La irresponsabilidad de la familia pudo costarle caro.
En el juicio, los fiscales pidieron 50 años de cárcel para Guille Cantero y 25 para Vinardi. Pero además solicitaron fuertes penas para otros miembros de la banda, como Cristian Nicolás “Pupito” Avalle (18 años), a Jonatan Leonardo Lencina (15 años), Axel Aldo Nahuel Vilches (14 años), Mayra Belén Mansilla (12 años), Virginia Malvestiti (12 años), Pablo Javier Pascua (14 años), a Gregorio Agustín Núñez, Laureano Aznarez Espeche, y Alexander Daniel Alcaraz (11 años); a Sabrina Ivana Barrías (6 años) y Marina Liliana Núñez (6 años).