El juez de Investigación Penal Preparatoria (IPP), Gustavo Urdiales, ordenó este martes que la imputada en la causa que investiga el homicidio de Beatriz Ramos, ocurrido en 2018 en inmediaciones del barrio Santa Rosa de Lima, permanezca detenida con prisión preventiva.
Se trata de Rosinela Ayelén Benítez, conocida como “Magui”, de 23 años quien fue detenida el pasado 31 de diciembre del 2021 luego de un allanamiento en Estrada al 4400 realizado por la División de Capturas de la Agencia de Investigación Criminal. La misma fue imputada por “homicidio calificado por el empleo de arma de fuego y tentativa de homicidio calificada por el empleo de arma de fuego”.
La resolución del magistrado se dio después de una audiencia de medidas cautelares en la que el fiscal, Estanilao Giavedoni de la Unidad Especial de Homicidios, junto a la querellante de la causa, María Dolores Robledo, expusieron una serie de evidencias que vinculan a Benítez con el homicidio de la militante justicialista, la cual falleció en el hospital José María Cullen tras recibir una serie de disparos provenientes de un arma de fuego calibre 9 milímetros en la puerta de su casa.
El fallo de Urdiales rechazó el pedido de la abogada de la imputada, Magalí Mazza, del Servicio Público Provincial de Defensa Penal (SPPDP), que solicitó que su defendida permanezca con medidas alternativas a la cárcel: la fijación de un domicilio y que permaneciera con prisión domiciliaria porque es madre de dos niños menores de edad. Ninguna de ellas fue aceptada por el juez penal.
El crimen ocurrió el 15 de octubre del 2018 y por el mismo ya fue condenado, dos años después, Kevin Basualdo, quien el momento de los hechos habría sido pareja de la hoy imputada. El mismo, mediante un juicio abreviado, cerró una condena de 14 años de prisión efectiva tras asumir que cometió el asesinato de Ramos.
Evidencias trascendentales
En el transcurso de la audiencia de este martes, el fiscal Giavedoni destacó que en la causa fueron valoradas una gran cantidad de testimonios que permitieron establecer la participación de Benítez en el crimen de Ramos. La mayoría de ellos fueron de familiares y vecinos quienes hicieron hincapié en la vestimenta del condenado Kevin Basualdo que al momento del ataque estaba de “remera blanca y short verde“ y se encontraba acompañado de "una chica de pelo suelto hasta los hombros”.
La Fiscalía indicó además que la investigación cuenta con un registro fílmico de uno de los vecinos que acreditó la presencia de Basualdo en la escena del homicidio. No obstante, remarcó las coincidencias de los relatos donde se dijo que “Magui” y su pareja, Basualdo, pasaron en moto varias veces por el frente de la casa de la víctima hasta que abrieron fuego contra la entonces dirigente barrial.
Según relató el fiscal, Ramos luego de ser herida le dijo a su hija que “Magui y el novio le volvieron a tirar” haciendo referencia a que se volvió a repetir la escena que había ocurrido hacía pocos días en la cual también la habían intentado matar a balazos.
Desde la otra vereda, la defensa a cargo de Magalí Mazza puso en jaque lo dicho por Giavedoni y cuestionó que los testigos propuestos por el fiscal tras calificarlos como subjetivos -ya que la mayoría de ellos eran familiares de la víctima- por lo que mencionó a otros testigos diciendo que eran vecinos y que ninguno de ellos “escuchó que la víctima diera el apellido de la imputada y el condenado”. Por otra parte, hizo referencia a que la acompañante de Basualdo que iba en la moto "era rubia".
En la audiencia de este martes, también se ventiló que posiblemente el crimen de Ramos tiene un trasfondo vinculado a un homicidio ocurrido el 20 de febrero del 2018 y que tuvo como víctima a un hombre de 65 años identificado como Alejandro Benítez, quien en vida fue el abuelo de la hoy imputada. El mismo fue acribillado a balazos a tan solo dos cuadras del lugar de donde mataron a Ramos unos meses después. Se estima que aquel homicidio fue el origen de una bronca barrial que terminó con el asesinato de la mujer.
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