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Policiales

Siete balas y una mujer muerta: ¿venganza narco?

Beatriz Ramos murió en la noche del jueves, luego de haber sido acribillada por siete balazos en la espalda. La ferocidad del crimen acrecentó las dudas: ¿había quedado en medio de una balacera?, ¿los disparos estaban dirigidos hacia ella?.

El homicidio número 79 del departamento La Capital tuvo lugar en barrio Santa Rosa de Lima. Una zona caliente de la ciudad disputada por la delincuencia y los grupos narcos.

Precisamente en Padre Quiroga y Salta fue que Beatriz recibió la lluvia de disparos en su cuerpo. Pese a la urgencia del traslado y la atención de los profesionales del Hospital Cullen, las heridas provocaron el deceso de la mujer.

A las pocas horas, vecinos del barrio del oeste comenzaron a hablar de ella: sus actividades, su labor social y su familia. Fue entonces cuando los rumores sobre la implicancia de grupos narco tomaron fuerza. Incluso su propia hija lo denunció en redes sociales.

Según testimonios a los que pudo acceder Aire de Santa Fe, el homicidio de Beatriz estaría relacionado con el de un hombre de 65 años que murió el 20 de febrero último. Su nombre era Alejandro Benítez, y fue ultimado a balazos a tan solo dos cuadras del lugar donde mataron a Beatriz.

Aquel día, la hija del propio Benítez denunció en Aire de Santa Fe: A mi papá le pegaron tres tiros, la banda de los P. se enfrentan con la otra banda. Andaban en siete u ocho motos, tienen problemas con la gente de todos los barrios”.

Los P” sería la familia de Beatríz Ramos, de apellido Porucznik. Hijos de la mujer asesinada, estarían vinculados al negocio del narcotráfico y enfrentados a ‘la banda de los Benítez‘. Así, éstos habrían buscado venganza y la encontraron en la mujer de 60 años.

Los vecinos del histórico Santa Rosa de Lima, aseguran que Beatriz tenía vocación social y política. Incluso, que militaba junto a su hija, ex candidata a diputada nacional por Unidad Ciudadana.

Norma Porucznik, ex candidata a diputada nacional por Santa Fe.

¿Es este el final de un ‘ajuste de cuentas‘ o solo el comienzo de una sangrienta disputa entre familias?. Lo que está claro es que, lejos de desenraizar al narcotráfico, la epidemia pisa fuerte en los barrios más humildes de la ciudad.

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