El juez Pablo Busaniche dio lectura a la decisión unánime arribada con sus pares, Gustavo Urdiales y Rosana Carrara, por la que condenaron a Oscar Meynet, un empleado policial de 30 años, a cumplir 12 años en prisión por varios delitos cometidos en perjuicio de su sobrina adolescente.
La condena se dio en el marco de un juicio oral y público que culminó este viernes en los tribunales santafesinos, y en el que se expusieron las pruebas por las que la Fiscalía acusó a Meynet como autor de los delitos de acoso cibernético (grooming), abuso sexual con acceso carnal calificado por ocasionar grave daño en la salud mental de la víctima y amenazas coactivas. Meynet también fue acusado como autor de falsificación de documento público, pero fue absuelto por el tribunal por el beneficio de la duda.
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Al finalizar la lectura de la sentencia, la fiscal Rosana Marcolín expresó su conformidad desde el móvil de la radio, y destacó especialmente que los jueces dieran por acreditado el delito de grooming, como un hecho separado del abuso sexual: “sin las redes sociales, seguramente el abuso no se hubiera podido concretar”, sostuvo.
A pesar de que la Fiscalía había solicitado una pena de 20 años de prisión para Meynet, la fiscal entendió que la condena de 12 años de prisión es justa en el caso, y que la familia de la víctima, presente en la sala, también se mostró conforme con la decisión del tribunal. Marcolín sostuvo que se había evaluado la posibilidad de lograr una condena a través de un procedimiento abreviado, para evitar el desarrollo de un juicio y lo que esto implica para una víctima de abuso sexual, pero que finalmente no prosperó. “La condena lograda hoy es mucho mayor a lo que habíamos hablado en caso de firmar un abreviado”, manifestó la fiscal.
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El caso
La causa data de abril del 2017, cuando una adolescente de 14 años debió ser asistida primero en el SAMCO de San Javier y luego en el hospital de niños Orlando Alassia por las graves lesiones que le ocasionó la violación. Tras una recuperación que le llevó varias semanas, finalmente la víctima pudo sindicar a su abusador, un joven policía de 27 años, con quien mantenía un vínculo familiar cercano. La fiscal Rosana Marcolín dispuso la detención de Meynet en el mes de mayo y le atribuyó los delitos de abuso sexual con acceso carnal; acoso sexual cibernético (grooming); y amenazas coactivas; todo en concurso real. Pero el juez Nicolás Falkenberg, que asistió en la audiencia de prisión preventiva, no dio por acreditados los delitos y otorgó la libertad al imputado.
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La titular de la acusación apeló el fallo, y el camarista Jorge Andrés revocó la resolución del magistrado de primera instancia. A diferencia de Falkenberg, Andrés entendió que las evidencias presentadas por la fiscalía acreditaban firmemente que las lesiones de la menor fueron producto de una violación. La fiscal Marcolín entonces solicitó una nueva audiencia para tratar la prisión preventiva del imputado y además le agravó la imputación: el delito de abuso fue agravado por ocasionar grave daño en la salud mental de la víctima, y además se le atribuyó el delito de falsificar un documento público, ya que el policía Meynet había fraguado un libro de guardia para contar con una coartada al momento que se producía en abuso de la menor.
Finalmente, tras casi un año de las primeras audiencias, el juez Sergio Carraro dio por acreditados todos los delitos atribuidos por Marcolín y la existencia de riesgos procesales si el imputado seguía en libertad, e impuso la prisión preventiva en mayo de 2018.
Video ► El juez Busaniche da lectura a la sentencia
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