El sedentarismo engloba todas las actividades realizadas en posición sentada o reclinada. Permanecer inactivo durante largos períodos aumenta significativamente el riesgo de enfermedades graves. Un estudio de la Universidad de Harvard reveló que la falta de actividad física está directamente relacionada con una mayor tasa de mortalidad, especialmente por enfermedades cardiovasculares y cáncer.
Además, el sedentarismo afecta la salud metabólica. Pasar más de cuatro horas sentado por día incrementa el riesgo de padecer obesidad, diabetes tipo 2 y problemas circulatorios. Según un informe publicado en Archives of Internal Medicine, quienes pasan largas jornadas sin moverse tienen hasta un 40% más de probabilidades de sufrir enfermedades crónicas.
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Consecuencias del sedentarismo en el cuerpo
- Problemas cardiovasculares: El corazón trabaja con menos eficiencia, lo que puede derivar en hipertensión, ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
- Aumento de peso y obesidad: La falta de movimiento reduce el gasto calórico y favorece la acumulación de grasa.
- Deterioro muscular y óseo: La inactividad provoca pérdida de masa muscular y debilita los huesos, aumentando el riesgo de osteoporosis.
- Alteraciones metabólicas: La resistencia a la insulina y el aumento del colesterol están vinculados con una vida sedentaria.
- Impacto en la salud mental: Estudios en Journal of Clinical Psychiatry demostraron que la inactividad prolongada contribuye a la ansiedad, la depresión y la fatiga crónica.
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Cómo combatir el sedentarismo
Incorporar actividad física a la rutina diaria es fundamental. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda al menos 150 minutos de ejercicio moderado por semana. Además, es clave reducir el tiempo sentado y tomar pausas activas. Investigaciones de la American Journal of Preventive Medicine indicaron que pequeñas caminatas y estiramientos durante la jornada laboral ayudan a mejorar la circulación y el bienestar general.