La conmoción por la violencia extrema en Río de Janeiro no disminuye tras el operativo antinarco realizado este martes. Además de las repercusiones políticas —con el presidente Luiz Inácio “Lula” da Silva pidiendo un plan coordinado— comenzaron a emerger testimonios que muestran la magnitud del horror. Uno de los más crudos es el del fotoperiodista Bruno Itan.
Itan, conocido por documentar la vida en las favelas de Brasil y con más de 120 mil seguidores en Instagram, fue uno de los pocos reporteros gráficos que pudo acceder a zonas afectadas. En diálogo con BBC Mundo, describió escenas estremecedoras: “(Los cuerpos) estaban decapitados, completamente desfigurados, (...) sin rostro, sin media cara, sin brazos, sin piernas”.
El fotoperiodista relató que la prensa no tuvo acceso a los sectores donde se produjo el enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y el Comando Vermelho, una de las facciones criminales más poderosas del país. En ese contexto, fueron los propios vecinos quienes cargaron con la tarea más dura.
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Fotógrafo cubrió el operativo de Río de Janeiro y reveló macabros detalles de los cadáveres
“Las familias fueron por su cuenta a recuperar los cuerpos. (...) Usaron sábanas para cubrirlos y traerlos aquí, a la plaza del Complexo da Penha. Inicialmente, llegaron unos 20 cuerpos. Y luego, ¡uf!, no paró. Llegaron 25, 30, 35, 40, 45… Son vidas, independientemente de lo que hayan hecho”.
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Sigue la conmoción en Brasil por la violencia extrema en Río de Janeiro.
Para Itan, lo vivido es inédito: “Esto no es normal. Probablemente, sea la mayor operación en la historia de Brasil”.
“Realmente me impactó la cantidad de cuerpos con heridas de arma blanca; hay muchas fotos donde se ve que fue un arma, el efecto de un arma blanca, ¿entendés? (...) Me impactó profundamente la brutalidad. El dolor de las familias, las madres desmayándose, las mujeres embarazadas llorando, los padres indignados… Podría haber sido uno de ellos”.
El fotógrafo ya había cubierto hechos violentos, como el operativo en Jacarezinho en 2021, donde murieron 28 personas. Sin embargo, esta vez la cifra fue mucho mayor: se estima que al menos 120 personas fallecieron. “Pensé que había presenciado el peor operativo de mi vida. Nada se compara con lo que vi hoy aquí”, contó Itan.
El operativo abrió un debate urgente en Brasil: la seguridad estatal frente al crimen organizado, y el costo humano que pagan las comunidades más vulnerables.