Las semillas ganaron espacio en las cocinas porque aportan grasas saludables, minerales, proteínas y fibra. Sin embargo, muchas personas las consumen sin conocer la mejor forma de incorporarlas.
Para aclarar dudas, la coach en Salud Integral y Nutrición, Nati Ovieczka, compartió una guía práctica sobre cómo activar cada tipo de semilla para que el cuerpo las aproveche al máximo.
Cómo activar cada semilla para aprovechar mejor sus nutrientes
Chía
Ovieczka recomienda hidratar la chía en agua o en una leche vegetal. La semilla libera un gel llamado mucílago, que aporta omega-3, energía limpia, fibra soluble y un efecto antiinflamatorio. También regula el tránsito, da saciedad y mejora la digestión.
Lino
La especialista insiste en que las personas deben moler el lino justo antes de consumirlo, porque su aceite se oxida rápido. Esta semilla funciona como un fitoestrógeno, regula hormonas, mejora la digestión, cuida el intestino y aporta ácidos grasos beneficiosos.
lino
El lino recién molido conserva sus aceites y funciona como un fitoestrógeno que regula hormonas y mejora la digestión.
Sésamo
El sésamo desarrolla su aroma y libera antioxidantes cuando se tuesta. De esta forma, aporta calcio biodisponible, grasas saludables y compuestos que fortalecen el sistema nervioso y protegen las células.
Zapallo, girasol y sarraceno
Las semillas de zapallo, girasol y sarraceno necesitan un remojo previo, porque el agua elimina los antinutrientes que se adhieren a minerales como el calcio, el magnesio y el zinc, e impiden su correcta absorción.
Las semillas de zapallo aportan triptófano, un precursor natural de la serotonina que mejora el descanso y el estado de ánimo. También suman magnesio y zinc que fortalecen el sistema inmunitario y la fertilidad.
El sarraceno, aunque parece un cereal, pertenece al grupo de las semillas y no tiene gluten. Si se deja brotar, suma clorofila, que oxigena las células. También aporta proteínas vegetales y fortalece el sistema cardiovascular.
El girasol, después del remojo, se puede tostar o consumir natural. Aporta vitamina E, fundamental para la piel, las defensas y la concentración, además de magnesio y zinc.
Elegir, activar y consumir
Ovieczka remarca que no se trata de “comer semillas todo el día como un pájaro”, sino de elegir las adecuadas y saber cómo activarlas. Cada una requiere un método distinto: hidratar, moler, tostar o brotar. De esta forma, el cuerpo absorbe mejor sus nutrientes y recibe sus beneficios reales.