Durante noviembre, la tarjeta SUBE sigue siendo el eje del transporte público en Argentina, y mantiene vigente el mecanismo de “saldo negativo”, que permite a los usuarios completar un viaje aunque no tengan crédito suficiente cargado en la tarjeta.
Este sistema funciona como un margen de descubierto para evitar que los pasajeros queden imposibilitados de viajar y sigue aplicando diferentes topes según el tipo de transporte.
Topes de saldo negativo
Actualmente, los límites máximos de saldo negativo son los siguientes:
Colectivos de todo el país, subte porteño y transporte fluvial del Delta bonaerense: hasta $1.200.
Trenes del Área Metropolitana de Buenos Aires (Mitre, Sarmiento, Roca, San Martín, Belgrano Norte y Sur) y Tren del Valle en Neuquén: hasta $650.
Estos valores no registran cambios desde mediados de 2025.
Si el costo del boleto está dentro del margen negativo permitido, el viaje se valida normalmente.
Al realizar una nueva carga de saldo, el sistema descuenta primero la deuda acumulada para asegurarse de que el pasajero pueda viajar aunque se quede sin crédito momentáneamente.
De esta manera, la SUBE garantiza continuidad del servicio y seguridad para los usuarios, especialmente en trayectos frecuentes.
El Gobierno nacional extiende los beneficios sociales con la tarjeta SUBE
Topes de $1.200 para colectivos, subtes y fluvial, y $650 para trenes metropolitanos.
Nuevas formas de pago digital
En paralelo, el sistema SUBE está avanzando en un proceso de modernización tecnológica para diversificar los medios de pago:
Pago con celular mediante tecnología NFC, apoyando el dispositivo sobre el lector.
Generación de códigos QR para validador, para celulares que no cuentan con NFC.
La app oficial de SUBE permite cargar saldo con tarjeta de débito o billeteras electrónicas, verificar el crédito en tiempo real y decidir si se aplican beneficios como la Tarifa Social o descuentos por combinaciones sobre la tarjeta física o digital.
En la red de subte de la Ciudad de Buenos Aires también se incorporó el pago con tarjetas bancarias y billeteras virtuales, siguiendo una tendencia global hacia la reducción del uso de tarjetas físicas.
El mecanismo de descubierto no se limita al Área Metropolitana de Buenos Aires, sino que también está activo en varias ciudades del interior que adoptaron la tecnología SUBE.
Sin embargo, en localidades donde la tarifa mínima supera los $1.200 debido a ajustes recientes, el saldo negativo puede no cubrir un viaje completo. Aun así, la política oficial mantiene criterios uniformes en todo el país para garantizar que la mayoría de los usuarios pueda seguir viajando sin interrupciones.