A pesar de la fuertísima presión ciudadana, el gobierno y el Congreso le dieron la espalda a la Ley de Humedales.
Télam
La Ley de Humedales quedó guardada en el estante de los deseos no cumplidos, una vez más. La falta de decisión política para avanzar en el Congreso de la Nación con un proyecto unificado y que había sido muy trabajado por las organizaciones y la academia terminó pesando más que la inédita y fuertísima presión ciudadana, que en los dos últimos años adoptó la defensa de este ecosistema que cubre casi a la cuarta parte del territorio nacional como uno de los mayores reclamos de su agenda pública.
La no sanción de esta ley, que busca preservar los humedales y fijar criterios para un uso productivo sustentable, se explica sobre todo por las presiones en contra de tres sectores económicos: el inmobiliario, el ganadero y el minero, que ven con temor que una nueva normativa no les permita avanzar con proyectos en esos territorios.
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¿Qué puede pasar a partir de ahora? Algunas claves en esta serie de testimonios que recogen la opinión y las expectativas de diputados, académicos y ambientalistas.
Rubén Quintana (Fundación Humedales)
“La Ley de Humedales ha sido cajoneada nuevamente porque no hubo decisión política para que salga, hay muchas presiones de muchos sectores productivos que la ven con temor porque piensan que se van a ver coartadas sus actividad. Eso es totalmente falso, la ley no plantea eso, pero si ciertos cánones de manejo para que no se pueda degradar un humedal. En la actualidad no es que todos los productores hagan estas acciones negativas, hay gente que tiene consciencia, pero a muchos les resulta más fácil hacer lo que les parece y buscar un máximo rédito económico en el menor tiempo. Lamentablemente el lobby en contra del proyecto es muy fuerte y viene desde distintos sectores. Yo pensé que esta vez iba a cambiar la situación porque hubo una concientización muy fuerte de la ciudadanía a partir de los incendios en el Delta. Hoy está fuertemente instalada la idea de proteger los humedales y pensé que bajo esa presión ciudadana los legisladores iban a avanzar, pero no fue así”.
Andrés Nápoli (Fundación Ambiente y Recursos Naturales, FARN)
“El proyecto de Ley de Humedales ha caído nuevamente en el 2021. Ya había sido presentado en dos oportunidades, en 2013 y en 2016, pero en ambos casos, pese a tener media sanción del Senado, no prosperó en la cámara de Diputados. Lamentablemente la falta de interés y compromiso político con el tema y los efectos de los lobbies del agro, los sectores inmobiliarios y de algunas provincias siguen pesando más que las necesidades de protección y preservación a la hora de dar paso a su tratamiento parlamentario”.
Germán Martínez (diputado nacional santafesino por el Frente de Todos)
“El año pasado no fue un año fácil, no solo por lo electoral sino también porque durante meses hubo bloqueos por los protocolos para funcionar de manera remota y muchos otros temas importantes no pudieron avanzar como la ley de VIH o la de promoción del cannabis industrial. Segundo: no logramos sostener el impulso en el tratamiento que hubo en la comisión de Recursos Naturales para generar el mismo debate en las otras comisiones, que están presididas por diputados de distintos bloques. No se le puede endilgar a un bloque u a otro toda la responsabilidad. En temas como este para tener mayorías se necesita construir un escenario con más votos a favor que en contra y tal vez la caracterización que se hizo de humedal, que afecta a una gran parte del territorio nacional, planteó muchas dudas en muchas provincias. Yo creo que el tema se va a sostener y que el dictamen que tuvimos en Recursos Naturales será el nuevo piso de consenso, por eso tengo expectativas de que se ordene esto”.
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Guillermo Montero (secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo de la Universidad Nacional de Rosario)
“La ley pretende un marco legal general para regular, proteger y preservar los humedales, no tener una ley que proteja a estos ecosistemas muchas veces más endebles que los bosques es extraño, ridículo e indignante. Hubo proyecto en 2013 cuando gobernaba Cristina, también durante 2015-2019 y a partir de 2019 hasta ahora: pasaron distintas administraciones, pero siempre terminó perdiendo estado parlamentario en Diputados. El último proyecto unificado se basa en cuatro ejes centrales: un inventario nacional de humedales, la creación de un fondo nacional de humedales, un programa de conservación y un concejo consultivo. Pero se enfrentan muchos intereses que se resumen en tres grandes lobbys: el inmobiliario, que es clarísimo y potente en Buenos Aires, sobre todo, el ganadero en la zona de Islas que es el que más conocemos acá, y un tercero que a mi juicio es el más importante que es el minero. Creo que ahí está el gran nudo porque operan en los humedales de altura ricos en litio”.
Enrique Estévez (Diputado nacional santafesino por el Frente Progresista)
“El Poder Ejecutivo no tomó el tema con la seriedad que requiere y no existen los acuerdos para tener al menos una media sanción en Diputados. En el caso de los Humedales sabemos que hay que empezar con tener una ley para luego seguir con una reconversión de los sectores productivos y con un trabajo de fondo en las provincias, pero eso es algo que no se hace. Veremos si antes que termine el gobierno de Alberto Fernández se puede plasmar un plan real de cuidado del ambiente y no esos compromisos de los que se habla en los foros internacionales pero que luego en día a día no se llevan a la práctica”.
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Romina Araguas (abogada ambientalista de El Paraná No Se Toca)
“Hay una ceguera ambiental de la clase política que tiene una visión cortoplacista del aprovechamiento de los territorios que son humedales y pretende seguir realizando actividades extractivistas a expensas de estos territorios, no a través de un aprovechamiento sustentable. Existen muchos lobbys como el agropecuario, el inmobiliario y ni hablar del minero que no ven la importancia ambiental de estos ecosistemas, si no que sólo se enfocan en la necesidad de generar divisas y exportar aún a expensas de la degradación de estos ecosistemas”.
