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Gritos de la Tierra Humedales | proyecto |

La Ley de Humedales entra en tiempo de descuento

Sin señales claras por parte del Ejecutivo nacional, el proyecto de ley va rumbo a perder estado parlamentario por tercera vez. Santa Fe es una de las provincias más afectadas.

A pesar de su demostrado valor como ecosistema clave en la lucha contra el calentamiento global y de la larga lista de servicios ecosistémicos que brindan, los humedales aún no tienen una ley nacional que los proteja y que ordene los usos humanos en esas tierras, que representan casi la cuarta parte del territorio argentino. Santa Fe es la provincia con mayor cantidad de humedales protegidos por ley internacional: tres. Se trata del Jaaukanigás en el extremo noreste, del área de Islas del Paraná en la zona de Puerto Gaboto, y de la laguna de Melincué en el sur.

La destrucción de casi la mitad del Delta del Paraná como consecuencia de incendios durante todo el 2020 y también a lo largo de este año, así como la bajante extraordinaria del río, pusieron a la protección de estos ecosistemas en el centro del debate social, político y mediático durante largos meses. Esto estuvo acompañado de una movilización ciudadana inédita que incluyó una remada de 300 kilómetros entre Rosario y Buenos Aires y decenas de marchas en diferentes ciudades de toda Argentina, que en estos días se repiten para intentar llamar la atención de los gobernantes.

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El Jaaukanigás se encuentra en el extremo noreste de la provincia de Santa Fe, con una enorme biodiversidad que debe ser protegida.

El Jaaukanigás se encuentra en el extremo noreste de la provincia de Santa Fe, con una enorme biodiversidad que debe ser protegida.

Pero a pesar de todo esto, la mayoría de la política sigue desoyendo tanto los pedidos de la población, como las evidencias científicas respecto a la urgencia de proteger estos territorios, que brindan agua dulce, aire puro, alimentación, medio de transporte y modos de vida. La decisión de incluir el tratamiento de esta ley en el período de sesiones extraordinarias corre a partir de ahora por cuenta del presidente Alberto Fernández, quien todavía no entregó ninguna señal positiva en este sentido.

Operativo clamor

En los últimos días unas 380 organizaciones socioambientales de todo el territorio nacional firmaron e hicieron pública una petición para que el proyecto de una Ley de Humedales se trate en un plenario, logre estado parlamentario y llegue a ser debatido en el recinto de la cámara de diputados de la Nación. “El proyecto de Ley de Humedales ya fue presentado en 2013 y en 2016 y en ambos casos no prosperó por falta de interés en el tema y como consecuencia del lobby económico", repitieron las organizaciones.

A mediados de año se logró llegar a un consenso y construir un texto unificado tras largos y plurales debates en la comisión de Recursos Naturales, de los cuales participaron representantes de organizaciones de todo el país, académicos y funcionarios. Pero el camino por delante aún contemplaba tres comisiones más: Agricultura, Intereses marítimos, fluviales y pesqueros y Presupuesto y Hacienda. Llegado al límite de tiempo de las sesiones ordinarias, queda la ventana de las extraordinarias para intentar que el proyecto prospere.

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Los dos intentos para que se apruebe la Ley de Humedales resultaron infructuosos.

Los dos intentos para que se apruebe la Ley de Humedales resultaron infructuosos.

¿Qué tiene que pasar para que el proyecto pueda ser tratado en sesiones extraordinarias? El presidente Alberto Fernández debe decidir incluir el proyecto en esa instancia de debate legislativo, que se va a extender hasta finales de diciembre. Hasta el momento, el presidente no se pronunció al respecto ni ha mandado señales claras de tener interés en avanzar con esta norma.

¿Qué propone la ley?

Lejos de ser una normativa que va en contra de la creación de riqueza o trabajo, el proyecto de Ley de Humedales busca establecer un marco de uso de esos territorios respetuoso con el ambiente, lo que va a favor tanto del ecosistema como de la salud humana. Además, establece presupuestos mínimos para su protección, una dimensión calve ya que sin recursos asignados no hay posibilidad de que luego se aplique de manera concreta.

En sus fundamentos la ley propone criterios de gestión, preservación y uso “racional y sostenible” de los humedales, así como valor su papel estratégico en la mitigación y adaptación al cambio climático. Para eso hay que avanzar con la creación de áreas naturales protegidas y corredores biológicos y culturales, así como en la restauración de los ecosistemas que ya hayan sido dañados. También se propone promover planes de ordenamiento territorial e impulsar la participación activa de los ciudadanos.

Los humedales tienen un enorme valor biológico, social, cultural y económico, pero se pierden y degradan cada día. La Convención Ramsar, una instancia global que busca la protección de estos ecosistemas, estima que en los últimos 300 años desaparecieron el 87% de la superficie de humedales a nivel global, con pérdidas del 35% desde 1970. En Argentina los humedales ocupan el 21,5% del territorio y tienen la función primordial de ser reservorios de agua, esponjas que, por su capacidad absorbente, mitigan las inundaciones durante las crecientes.

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