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Boyeros eléctricos, una clave para la ganadería sostenible en humedales

Durante el 1° Simposio de Ganadería en Humedales, expertos propusieron el uso de esta herramienta para optimizar la producción y evitar el deterioro de los pastizales naturales, ante la problemática del manejo extensivo.

Uno de los aspectos técnicos que se abordaron durante el 1° Simposio de Ganadería en Humedales, desarrollado en San Javier, estuvo enfocado en la necesidad del “manejo” en estos ambientes, ante una tendencia observada entre los produtores de hacer un uso extensivo.

Ganadería en humedales: tecnologías para la producción de carne sostenible

Sea en las islas o en la Cuenca de los Saladillos, humedales que configuran la mayor parte del suelo productivo en la región, los especialistas propusieron la administración del forraje mediante el apotreramiento. Incluso con boyeros eléctricos, algo inusual especialmente en las islas. No sólo para mejorar índices productivos, sino también para sacarle mayor provecho al pasto y evitar la degradación del recurso.

El ingeniero agrónomo Marcial Bugnon, Secretario de la Producción de la ciudad de San Javier, explicó a AIRE Agro que los humedales, las cañadas, los esteros y los campos bajos representan el 80% del suelo en la zona y son un recurso estratégico para la ganadería, “que tenemos que aprovechar mejor”.

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En el distrito, el 80% de los productores tienen hasta 200 cabezas. Tal como ocurre a nivel provincial, el índice de destete promedio ronda el 50% (un ternero cada dos vacas). En zona de islas, la tasa de extracción -aunque “es muy variable”- ronda los 40 kilos de carne por hectárea.

“Tenemos picos superiores”, aclaró, sobre todo cuando el clima acompaña. Pero de todos modos, “la abundancia de recursos es inaprovechable” y por eso la importancia del manejo. También incluyó suplementaciones estratégicas con alimentos balanceados; reservas de pasto mediante rollos o fardos e incluso silos (forraje conservado).

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Ayelén Muchiuti trabaja en la Cuenca de los Saladillos, donde no existe el habitual

Ayelén Muchiuti trabaja en la Cuenca de los Saladillos, donde no existe el habitual "reseteo" que se da en las islas.

El conocimiento del INTA: Impulsando la ganadería sostenible en humedales

Por su parte, la ingeniera ambiental Ayelén Muchiuti, integrante de la AER San Javier de INTA, se refirió a la Cuenca de los Saladillos, un área de 600.000 hectáreas, que integran la región del Espinal y en la que el 70% son humedales. La principal diferencia con las islas, es que “no tienen la posibilidad de reseteo” (ciclos de inundación que “reinician” el esquema forrajero y aportan nutrientes).

En este ambiente, señaló, “el manejo tiene que ser mucho más fino, porque si perdemos especies de pastizales naturales con alta digestibilidad, proteínas y demás, estamos perdiendo, además de la diversidad en sí misma, posibilidades de engorde de la vaca de cría.”

El apotreramiento, fijo o móvil con el eléctrico, es la “tecnología de procesos” señalada. “No es una cuestión menor, porque el apotrerar implica alambrado, personas que lo hagan, mantenimiento, y eso actualmente está realmente muy caro”, admitió la especialista.

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Especies útiltes. La Lagunilla (izquierda), muy nutritiva en la zona de islas; y el Pasto Horqueta (derecha), con presencia en la Cuenca de los Saladillos

Especies útiltes. La Lagunilla (izquierda), muy nutritiva en la zona de islas; y el Pasto Horqueta (derecha), con presencia en la Cuenca de los Saladillos

Sin embargo, donde se practica “encontramos menos porcentaje de suelo desnudo, mayor diversidad de especies forrajeras y perennes”, planteó. Y puso el énfasis en la importancia de las perennes, no sólo por estar disponibles por largos períodos de tiempo en el sistema, sino porque además “tienen raíces profundas y en casos de sequías como las que estamos atravesando pueden mantenerse mucho mejor”.

Pero también las anuales invernales “tienen muy buena proteína y son sumamente importantes en un periodo de bache (escasez)” del forraje natural.

“La mayoría de los campos de la cuenca no siembra forraje, entonces estamos aprovechando nuestros pastizales nativos, como los paspalum o el pasto horqueta, que son de una alta digestibilidad, tienen mucha proteína y alta apetecibilidad del ganado”, subrayó.

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Ganadería sostenible: El impacto de la tecnología en la producción de carne

Estas cuestiones también fueron abordadas en las disertaciones de los especialistas Carlos Rossi, de la Universidad de Lomas de Zamora, y Ernesto Massa, de INTA Paraná, en el panel “Manejo de la vegetación para optimizar la producción”.

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Para Carlos Rossi es

Para Carlos Rossi es "un disparate" pretender sembrar forrajeras en las islas.

Rossi, especialista en pastizales y producción silvopastoril, con cierto asombro contó a AIRE Agro que los productores suelen consultarle qué forrajera se puede sembrar en la isla. “Es un disparate”, afirmó, porque estos ambientes cuentan con plantas “iguales o mejores”. La principal ventaja, además, es que ya están adaptadas al ambiente.

Sostuvo que los ganaderos suelen desconocer el valor de las especies nativas, y explicó que sembrar implica fertilizar, controlar plagas y malezas; o volver a sembrar luego de unos años. “Una cantidad de cosas que en el pastizal natural no te hacen falta; la pastura tiene buena calidad y es gratis, porque te la da la naturaleza”. Sin embargo, advirtió, hay que cuidarlo.

El trabajo de Rossi ha sido analizar el contenido de proteína, energía y digestibilidad de las especies nativas, para comprender cómo pueden aprovecharse en la ganadería. Aclaró que no hay una que contenga todas las propiedades, sino que el balance se logra consumiendo distintas especies del pastizal. Y como “el animal elige”, dijo, es necesario el manejo con un apotreramiento para evitar que el recurso se degrade. “Si lo dejás que elija te va a comer las mejores y te va a dejar las peores”.

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De la isla.  El canutillo, una gramínea, y el porotillo, una leguminosa.

De la isla. El canutillo, una gramínea, y el porotillo, una leguminosa.

Según el especialista, no es costoso ni complicado el uso de boyeros eléctricos en zona de islas, por ejemplo recurriendo a paneles solares o varillas de madera con aislantes plásticos. En el Bajo Delta, donde trabaja hace muchos años, aseguró que se usa.

Sin embargo, el ingeniero agrónomo de INTA Paraná Ernesto Massa, orientado a la ganadería de islas, indicó a AIRE Agro que “no es la técnica más usada, pero se está empezando a pensar, por lo menos”.

Desde su lugar, indicó que lo primero para ganar eficiencia en la isla es “entender el comportamiento, las propiedades de las vegetación”. Luego, diseñar un pastoreo, “quizás no rotativo tradicional, pero sí rotacional”, como para darle descanso al recurso o mayor aprovechamiento en determinadas épocas del año.

Tecnología ganadera: boyeros eléctricos y producción de carne en humedales

A diferencia de Rossi, que analiza las propiedades de cada especie, su trabajo es estudiar la productividad de las comunidades botánicas, con el objetivo de mejorar la producción. Se trata de observar “cómo se reparten los manchones de la vegetación para tratar de demostrar que, complementando calidad con productividad se puede, en algunos momentos, tratar de utilizar los boyeros, sostuvo.

Señaló tres familias botánicas de alto valor, que son las gramíneas, las compuestas (como las margaritas de bañado, no tan útiles agronómicamente pero sí para el ecosistema) y las leguminosas, “muy importantes para la ganadería”.

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Para Ernesto Massa, complementando calidad con productividad se puede, en algunos momentos, tratar de utilizar los boyeros.

Para Ernesto Massa, complementando calidad con productividad se puede, en algunos momentos, tratar de utilizar los boyeros.

Entre las gramíneas, mencionó que los canutillares, por ejemplo Echinochloa, son una gran oferta forrajera en verano. “Es muy productiva” y se ubica en zonas topográficas más bajas.

De las compuestas, además de las margaritas señaló la Conyza, muy conocida en tierra firme bajo el nombre de Rama Negra, un verdadero dolor de cabeza para los agricultores. “No con mucha cobertura, pero está en la isla”.

Y de las leguminosas destacó el Porotillo (Vigna luteola), “que sobre todo está en los pajonales y las medias lomas, no en los lugares donde predomina el agua”.

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Por su parte, Rossi valoró especialmente la Lagunilla, una especie que -aseguró- “tiene la calidad forrajera de una alfalfa y el ganado la come, como también el carpincho, porque tiene un valor nutritivo altísimo”.

Por ello insistió en valorar el pastizal en su conjunto. “Hay que concientizar sobre el manejo, porque si el animal elige, va a comer siempre lo mejor; eso se va a ir agotando y van a proliferar las que no come”.

A modo de resumen, concluyó que para hacer un manejo del sistema se necesita “conocer el ambiente, qué te aporta y en qué época le sacás el mayor provecho”.