Una santafesina aspira al Premio Abanderados de la Argentina Solidaria por su trabajo social en un barrio de Rosario
Es de Rosario y es la única seleccionada de la provincia. Desde hace 15 años, con Orillas, genera proyectos educativos en el barrio República de la Sexta de Rosario. La votación está abierta hasta el domingo 16 de noviembre.
Carolina Roldán fue parte del grupo inicial de Orillas y, desde entonces, nunca dejó de estar.
Hace quince años, un grupo de amigas y amigos decidió armar una organización en el barrio República de la Sexta de Rosario para acompañar a chicas, chicos y familias en sus trayectorias educativas y en sus proyectos de vida.
Así nació Orillas, una ONG que hoy sostiene una extensión áulica de un EEMPA, talleres culturales, tecnológicos y laborales, y un trabajo cotidiano de acompañamiento que excede cualquier categoría formal.
Carolina Roldán fue parte del grupo inicial y, desde entonces, nunca dejó de estar. Por ese recorrido, y por la dimensión comunitaria que alcanzó Orillas, fue seleccionada entre los ocho finalistas del Premio Abanderados de la Argentina Solidaria 2025. Le dicen "el Martín Fierro de las organizaciones sociales". Y Orillas es la única organización de la provincia de Santa Fe que puede acceder a ese reconocimiento.
Para una organización pequeña, que sostiene sus actividades a fuerza de redes y gestión cotidiana, la posibilidad de acceder a esos premios abre un horizonte concreto. “Esperamos poder mejorar el salón. Ya es lindo, pero nos queda medio chico, queremos ver de qué manera poder ampliarlo un poco, comprar nuevas mesas, cuestiones así de equipamiento que a veces es difícil conseguir”, cuenta Carolina.
“Lo vamos haciendo porque vamos consiguiendo cosas, hablando con personas que te ayudan, pero no es lo mismo contar con ese dinero”.
Hoy Orillas está terminando de construir un estudio de grabación propio, un sueño que surgió a partir del taller de rap. “Estamos terminando de construir el estudio de grabación que habíamos ganado en un programa del Ministerio de Cultura, compramos los equipos y ahora lo estamos terminando de construir con el programa de la Facultad de Arquitectura”, explica.
“Se ponen a disposición para hacer los proyectos y después llevar adelante la construcción junto con las alumnas y alumnos que se suman y hacen las prácticas profesionales”.
De un tablón a la escuela propia
La historia empezó en el club Unión y Fuerzas, ubicado en Berutti 2080, muy cerca de la Ciudad Universitaria. “Al principio teníamos un tablón, ahí y trabajábamos con las chicas y los chicos haciendo distintos talleres, principalmente apoyo escolar, porque nos preocupaba la repitencia escolar”, recuerda Carolina.
La inquietud nació cuando eran estudiantes de la Universidad Nacional de Rosario. No entendían por qué las personas que vivían en ese barrio no tenían en su horizonte la posibilidad de estudiar en la UNR. Y se plantearon cambiar esa realidad.
Con el tiempo, fueron inventando soluciones y escuchando al barrio: actividades culturales financiadas con becas, talleres, padrinazgos, acompañamiento a intereses particulares y, más tarde, una demanda que empezó a llegar de otro lado.
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Orillas sostiene una extensión áulica de un EEMPA, talleres culturales, tecnológicos y laborales.
“Hace 5 años todos los chicos que venían empezaron a traer a las madres y padres a estudiar… había muchas personas que no terminaban sus estudios secundarios porque no podían cursar a la noche y, sobre todo, porque no podían ir a la escuela con sus hijas e hijos”, relata.
La organización inició gestiones con el Ministerio de Educación. “Las primeras respuestas eran ‘los puedo anotar en la EMPA’, y yo les decía que no podían asistir. Al año siguiente, nos asignaron Planes Fines y después, hace 4 años, nos dieron la noticia de que íbamos a ser extensión áulica de la escuela 1168”.
El nacimiento de la extensión propia del EEMPA dentro de Orillas cambió el mapa. “Las personas pueden ir con los hijos, los hijos también hacen actividades… se genera un vínculo, sabemos los problemas que tienen y los acompañamos para que puedan terminar. No se cursa en un ambiente igual a la escuela, porque muchas veces el sistema termina siendo expulsivo”, explica Carolina.
Hoy llevan 80 egresados de la secundaria, y el 60% continúa con estudios superiores. Enfermería, profesorado de educación inicial y programación son algunas de las carreras elegidas.
La educación cambia vidas
Ese acompañamiento también genera transformaciones profundas: “Varias de las mujeres que terminaron quinto, que hoy están yendo a la Facultad, terminaron separándose de los maridos… no les decimos ‘sepárense’, ellas solas hacen ese proceso y se dan cuenta que a lo mejor estaban viviendo en una situación que no era la mejor”.
Talleres, salud, tecnología y vínculos. Además de la escuela, Orillas ofrece una grilla nutrida de talleres que combinan lo cultural, lo educativo y lo laboral: “Los lunes tenemos artes y oficios, los martes herramientas de locución, los miércoles peluquería y barbería, los jueves robótica, los viernes herramientas digitales y ajedrez”, enumera. Todos están diseñados para ofrecer herramientas que puedan convertirse en una salida laboral futura.
El trabajo comunitario también incluye gestiones de salud y acciones concretas. “Hace un mes pudimos hacer una jornada con el centro de salud… treinta personas se hicieron los lentes para ver a través de un programa de la Municipalidad de Rosario, hacía un montón que no veían”, cuenta. “Si hay algo que me enseñó Orillas es a gestionar”.
Carolina trabaja además en la Municipalidad y da clases en la Facultad de Arquitectura. Lo de Orillas, sin embargo, ocupa un lugar central en su vida: “Yo digo que Orillas para mí es como una hija… estaba desde el principio”. Hoy el equipo está compuesto por unas quince personas más los docentes de la EEMPA.
La única santafesina entre los finalistas
Carolina se enterará del resultado el martes 18 de noviembre, en la gala transmitida por El Trece. “Somos los únicos de Santa Fe, no hay otra persona más… ya estoy recontenta por estar entre los ocho, pero nos gustaría ganar, obvio”, dice.
Este año, además, consiguieron un colectivo para que toda la comunidad de Orillas pueda viajar a la gala. “Algunos van a viajar por primera vez en su vida”, cuenta.
El proceso de votación es sencillo, pero tiene un paso clave: confirmar el voto por mail. “Hay que entrar, elegir Orillas, poner el nombre y mail, y después entrar al correo y confirmar… si no lo confirmás, no cuenta”, recuerda.
El Premio Abanderados reconoce cada año a personas que se destacan por su compromiso social. La postulación la realiza un tercero, un Jurado de Honor elige a los ocho finalistas con asesoramiento de Ashoka Argentina y se producen microdocumentales sobre cada proyecto, difundidos en El Trece, Clarín y redes. El público vota al Abanderado del Año, que recibe un premio económico para fortalecer su iniciativa. Los ocho finalistas son homenajeados en una gala televisada.
Con más de quince ediciones, el premio ha difundido más de dos mil minutos de historias, entregado más de 230 millones de pesos en fortalecimiento de proyectos y reconocido a 134 Abanderados de todo el país.
La votación está abierta hasta el domingo 16 de noviembre. Carolina dice: “Mientras más gente pueda votar, mejor… es un minuto y para nosotros puede significar muchísimo”.