Esperamos algo de nuestros padres, de nuestros amigos, de nuestros hijos y de cada persona que nos rodea y muchas veces nos sentimos decepcionados porque eso que esperábamos no sucedió.
Nos enojamos, nos frustramos, nos alejamos y a veces nos termina costando el vínculo. En esa pulseada entre expectativa y realidad es donde podés ubicarte de otra manera.
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¿Qué podés hacer para prevenir quiebres en tus vínculos por este desbalance entre lo que esperas y lo que sucede realmente?:
- Flexibilizá tus expectativas: la gente es como es, dejá que el otro actúe como realmente cree que debe actuar.
- Establecé expectativas realistas de acuerdo a la persona en cuestión.
- Evitá “medir” entre lo que vos hubieras hecho y lo que tendría que haber hecho la persona.
- Comunicá lo que te pasa, lo que te enoja, lo que necesitás.
- Dejá de enojarte por lo que no podés controlar.
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Muchas veces nos sentimos decepcionados porque eso que esperábamos no sucedió.
Esto no quiere decir que te resignes a no esperar nada, quiere decir que puedas ser más realista y con menos rigidez en tus vínculos. Puede que mejores tus vínculos porque te hace ver lo que el otro realmente es capaz de hacer y dar, como así también vas a ver lo que no te gusta o te hace mal, lo que va a permitirte alejarte o modificar el vínculo.
Si estás atravesando serias dificultades con tus vínculos podés recurrir a un profesional de la psicología para que te oriente y que juntos trabajen sobre las expectativas con tus vínculos.
Por Julieta Arolfo, Lic. En Psicología (M.P. 1423)
IG: @psicojulietaarolfo