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Sociedad Maternidad | mujeres | Pampita

Maternidad y puerperio: la realidad del posparto que no se muestra como una gran hazaña

Tras la polémica con Pampita y su regreso al trabajo a los días de ser madre, dos especialistas analizaron la problemática en torno a la presión de "parir y estar bien", las exigencias que se generan sobre las mujeres en proceso de puerperio y contaron sus experiencias.

Ya es costumbre escuchar y ver cómo algunas mujeres famosas recuperan su figura espléndida a las semanas o días de dar a luz, como si nada hubiera sucedido en sus vidas y en sus cuerpos. ¿Qué tipo de cuerpos posparto muestran los medios? ¿Qué mensaje están dando con el modelo de maternidad que ponen en relevancia? ¿Y cuáles otros quedan invisibilizados?.

Hace algunas semanas, Pampita fue noticia por una situación de estas características. Vale aclarar que la crítica no es hacia Pampita, sino que el caso resulta emblemático para pensar la violencia simbólica de los medios de comunicación sobre las mujeres. Para la psicóloga perinatal, Andrea Kreig, esto se da porque se invisibiliza las maternidades posparto: "Parecería que la maternidad es algo maravilloso cuando se gesta y cuando el bebé sale de cuerpo todo lo que pasa en el campo emocional de la mujer queda invisibilizado", dijo en conversación con Aire Digital.

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Ante las críticas, Pampita realizó un descargo y dijo

Ante las críticas, Pampita realizó un descargo y dijo "quiero decirles a todas las mamás que están en este momento con un bebito, ¿sabén qué? Cada una que viva su maternidad como le parezca, está bien sentirse mal físicamente, anímicamente, estar mal dormida, cansada, agotada, despeinada. Pero que cada una la viva como quiera. Yo no pretendo ser ejemplo de nada, ni quitarles nada de su maternidad, ni su licencia".

Luego del nacimiento del bebé, comienza un período conocido como puerperio, una etapa de adaptación en la que la mujer atraviesa nuevamente grandes transformaciones a medidas que se recupera del estrés físico del parto y se acostumbra a la nueva situación. Esta etapa se extiende el tiempo necesario para que el cuerpo materno —incluyendo las hormonas y el aparato reproductor femenino— vuelva a las condiciones pregestacionales.

En este sentido, Kreig afirmó que la sociedad en general tiene una idea desde esa maternidad idealizada, esa mujer multitasking que después de dar a luz vuelve a la vida, cuando la realidad es otra: "El cuerpo ya no vuelve a ser el mismo, lo que conlleva a un duelo, y surge esta necesidad de hacer nido, de estar con la cría, de dar el pecho, de cobijar. Hay una gran ambivalencia, por momentos hay cansancio agotamiento, enojo, y por otros, felicidad".

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Cuando se resalta a una mujer que luego de parir sale a la vida como si nada hubiera pasado, todo esto queda invisibilizado. El cuerpo lleno de estrías, gordo, con los senos con leche, se convierten en algo tabú. Desde su rol de psicóloga, nota que estos mensajes hace que las mujeres se comparen con las demás, y conduce a exigencias, a querer alcanzar ideales que generan padecimiento. "Esto lleva a las exigencias y a la frustración por querer alcanzar estereotipos falaces, lo que también afecta el vínculo con el bebé, porque es una mamá que está frustrada, sobre exigida, triste, que no puede conectar con las necesidades del niño", reflexionó.

Además reparó en que es un momento muy singular y de cada persona, depende de la situación en que cada persona se convierte en madre. "Veo muchas situaciones muy complejas, hoy hay mucha soledad por el aislamiento de la pandemia, y hace que muchas veces las mujeres estén desbordadas por tener un recién nacido, aislada, por el miedo, la distancia, por no tener la red de contención", dijo.

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Para Celina Gallo, representante de Doulas Feministas, una agrupación que milita en defensa de los derechos de las mujeres, a la mujer posparto se la grafica desde el lugar de la gran hazaña de seguir produciendo incluso a pesar de haber sido mamá. Estos mensajes que sugieren que si una referente de los medios puede hacerlo, entonces todas las demás también.

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En conversación con Aire Digital, Gallo afirmó que "esto invisibiliza la realidad de la mayoría de las mujeres. Volver tan rápido después de un parto a producir y a trabajar, es como si no hubiera sucedido. El puerperio tiene una razón fisiológica, que es para poder conectar con tu cría, con tu hijo, hay cuestiones hormonales que nos traen a hacer nido, y el sistema y los medios te presionan para hacer totalmente lo opuesto, entonces genera una crisis y una problemática social".

Desde Dulas aconsejan a la mujer recién parida que "haga lo que puede sin exigencias" y consideró fundamental liberarse de los mandatos. "Es tan fuerte el mandato con la teta, con volver a trabajar, con volver a producir, que pareciera que todo el valor está puesto en eso, y todo lo demás queda invisibilizado. Cuando en realidad en el puerperio la producción está puesta en la crianza y en ese bebé. Por eso pareciera que todo nos cuesta el doble y genera angustia, porque hay un desfasaje entre lo que nos pide la sociedad y lo que nosotras corporal, mental y emocionalmente podemos", reflexionó Gallo.

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"En el puerperio la producción está puesta en la crianza y en ese bebé. Por eso pareciera que todo nos cuesta el doble y genera angustia, porque hay un desfasaje entre lo que nos pide la sociedad y lo que nosotras corporal, mental y emocionalmente podemos", reflexionó Gallo.

Sus experiencias y el llamado a acompañar maternidades

Para Gallo el llamado a acompañar las maternidades viene de antes de maternar, pero al ser madre se lo terminó de confirmar. Según contó tiene cuatro hijas y con cada una de ellas el embarazo fue distinto, cada puerperio y experiencia de lactancia fue diferente.

La más grande de sus hijas tiene 18 años y la más chica cuatro. "Cada puerperio se vive diferente dependiendo del momento de la vida, nunca los embarazos son iguales y cada una responde al proceso que atravesaba". Además reparó en que no es lo mismo atravesar un embarazo deseado, acompañada, con una tribu alrededor, que hacerlo sola, que no sea deseado, o en circunstancias de violencia.

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"La maternidad nos atraviesa. En el momento en que decidimos ser madres es algo que te atraviesa, tu vida ya no va a ser la misma de antes. Incluso cuando tener un hijo es lo más maravilloso de la vida, el postparto sigue siendo un período delicado y casi nunca fácil de transitar, que a menudo está marcado por emociones intensas y contradictorias", afirmó Gallo.

Para Kreig, hay una mirada muy patriarcal en la que tanto Pampita como todas las mujeres terminan siendo funcionales a responder a un sistema perverso en el que quedan totalmente expuestas. Para ella, lo fundamental es romper estos estereotipos que son violencias simbólicas, visibilizando las vivencia y reivindicando la importancia de hablar con otras mujeres que atravesaron situaciones similares.

"Lo mejor es tratar de recuperar el placer, el deseo y trabajar sobre un vínculo saludable con el bebé, incorporar otras personas, a la pareja, compañera o compañero, tratando de generar acompañamiento en red", afirmó e hizo hincapié en que sobre todo es fundamental la cuestión de la conciencia social, poder mostrar que estos estereotipos son violentos y perjudiciales para las mujeres.

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En su propia experiencia, después de atravesar el nacimiento estuvo muy angustiada mucho tiempo y aún siendo psicóloga, no entendía qué le sucedía: "Nadie me habló de esto, el trabajo que significaba dar la teta, el dolor físico, el cansancio, el no dormir. Mucho tiempo estuve preguntándome qué hice mal, pensé que el bebé estaba en peligro y me culpaba de lo que me pasaba. Sentía que había algo en mí, que al fin tenía mi hija conmigo y no podía disfrutar", recordó.

Luego de ese difícil momento comenzó a formarse como psicóloga perinatal porque entendió que lo mismo le podía estar pasando a otras mujeres. "Empecé a formarme para acompañar mujeres en el proceso y conocí a muchas mujeres que desde otras profesiones tenía vivencias similares", concluyó.