De esta manera se puede sintetizar el mensaje de "Robots con alma: atrapados entre la verdad y la libertad", el libro que acaba de publicar el periodista argentino Ricardo Trotti, quien durante más de tres décadas trabajó en la defensa de la libertad de expresión y hasta 2024 se desempeñó como director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP).
"Al menos hasta este momento, la inteligencia artificial no es otra cosa que un espejo de lo que nosotros somos. Pero en 5 o 10 años, veremos una IA diferente. Ojalá que exista un acuerdo internacional, entre gobiernos y la ciudadanía en general, para que se trate una IA mucho más vinculada con la verdad y la libertad. Como vamos, nos dirigimos hacia un destino poco feliz", afirmó Trotti.
Y añadió: "El problema somos los seres humanos. Pero la IA amplifica lo bueno o lo malo que los humanos hagamos. Por eso es momento de pensar cómo hacemos para que la IA del futuro sea mejor que los humanos del presente".
Mientras este fenómeno atraviesa de manera transversal a la mayoría de los países occidentales, la carrera por el control de la IA se profundiza entre dos grandes contendientes: por un lado, grupos de empresas de los Estados Unidos; por el otro, el poder estatal chino.
- Si bien se trata de una novela, el libro apunta de manera directa a conceptos como verdad, libertad, democracia e inteligencia artificial. ¿Estamos en problemas o no es para preocuparse tanto?
- Estamos en problemas. En problemas graves. La falta de verdad, la mentira, la desinformación, la coacción y la tiranía. Temas que se fueron desarrollando a través de los últimos años, en los que la mentira viene alimentando la falta de libertad. Estamos frente a un círculo vicioso.
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Ricardo Trotti, periodista argentino y director ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Prensa hasta 2024.
- Vos hablás de círculo vicioso, y en este sentido la inteligencia artificial se nutre de los contenidos humanos, de ese mismo círculo conformado entre la mentira y la falta de libertad.
Al menos hasta este momento, la inteligencia artificial no es otra cosa que un espejo de lo que nosotros somos.
Pero en 5 o 10 años, veremos una IA diferente. Ojalá que exista un acuerdo internacional, entre gobiernos y la ciudadanía en general, para que se trate una IA mucho más vinculada con la verdad y la libertad.
Como vamos, y volviendo al concepto de espejo, nos dirigimos hacia un destino poco feliz.
La verdad dejó de ser relevante para los humanos
- Mientras planteás tu preocupación por el futuro de la verdad, la libertad y la democracia frente a la IA; da la sensación de que en el presente la verdad dejó de ser un valor importante para gran parte de la sociedad. Si la verdad ya no es relevante para los seres humanos, ¿es realmente la IA el problema?
- El problema somos los seres humanos. Pero la IA amplifica lo bueno o lo malo que los humanos hagamos. Por eso es momento de pensar cómo hacemos para que la IA del futuro sea mejor que los humanos del presente.
Me refiero a que la pérdida de confianza de los humanos hacia las instituciones, la democracia, los gobiernos o el periodismo; alimenta este círculo vicioso o bucle con el que estamos alimentando a la IA.
No solo estamos alimentando a la IA con la mentira, sino con la institucionalización de la mentira, porque votamos a líderes que sabemos que nos mienten. En todos los países los líderes mienten, polarizan a la sociedad.
Todos nos estamos acusando de algo. Cuando en realidad es el momento de comenzar a asumir responsabilidades cada uno desde su lugar. Ya sean políticos, periodistas,
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Los medios de comunicación, durante las últimas dos décadas, brindaron información a Google y a otras tecnológicas de manera gratuita. Hoy, esas empresas utilizan los datos. Todo termina alimentando a la IA.
- Hablás de la prensa como parte del problema. Hasta hace poco tiempo, cuando una persona buscaba una noticia en internet, Google presentaba enlaces a distintos medios de comunicación. Pero hoy lo primero que muestra es una respuesta generada por IA. La gente ya no llega de manera directa a la fuente de la información, sino que es la IA la que te informa.
- Eso fue parte de una evolución dinámica de internet y de los medios de comunicación. Los periodistas y los medios no supimos ver el futuro. O tal vez tampoco conocían ese futuro Google o Facebook, porque todo es evolución.
Al principio los medios creíamos que internet era una forma de masificar nuestras audiencias. Y entonces le dimos nuestros contenidos gratis. Luego Facebook dijo que ayudaría a que esos contenidos lleguen a las personas adecuadas. Y los medios empezamos a utilizar Facebook como plataforma.
Un día, el señor Mark Zuckerberg se cansó y decidió dejar de lado a los medios. Mientras tanto, Google nos cambia los algoritmos de manera permanente. Entonces, los periodistas empezamos a escribir para Google a través del Seo (Optimización de Motores de Búsqueda)
Tampoco a los periodistas nos importó mucho la verdad. Y empezamos a darle a internet lo que internet nos pedía.
Así, los medios empezamos a perder el liderazgo de la agenda pública de la información ante el dios de la internet. Y ahora ese dios, a través de la IA, no solo nos chupa toda la información, sino que genera sus propias respuestas.
En este escenario, los medios ven quebrar sus economías.
- Vos hablás en pasado, pero muchos medios en estos momentos siguen generando contenidos pensando más en el algoritmo de Google, que en otra cosa. Es algo así como echar más leña a un fuego que nos quema.
- Es justamente lo que planteo en el subtítulo del libro: estamos atrapados entre la verdad y la libertad. Creemos hacer más a través de internet, que podemos empoderar a los ciudadanos con nuestra información, y en realidad, lo que estamos haciendo es enviar nuestros contenidos para que Google los empaquete a su criterio. No brinda toda la información, hace lo que quiere, no dirige a la gente a ver nuestros contenidos y los medios pierden sostenibilidad económica.
Es así que los medios comienzan a morir, los periodistas empiezan a desaparecer. Solo como ejemplo, en Estados Unidos se pierden tres medios cada semana. Medios que eran muy importantes en sus comunidades.
Miami tiene más de 6 millones de habitantes, y existe un solo diario que se interesa por los temas locales. Cuando ese diario desaparezca, porque está con graves problemas económicos, desaparecerá como supervisor de las entidades públicas y privadas.
Existe mucha evidencia que refleja que, cuando un medio de comunicación deja de existir, hay más corrupción, aumentan la injusticia y la falta de equidad.
Los medios y los periodistas, arrastrados por el fango de la política
- Mientras vos planteás esta situación, lo cierto es que los medios ya no son creíbles para gran parte de las personas. Cada vez que un periodista dice algo, es atacado desde la política y desde parte de la sociedad. ¿Cuál es la salida entonces?
- La salida es volver a los principios básicos del periodismo de la ética, la verdad y la libertad.
El periodismo, no todos, pero en general, hemos caído en lo que dice la letra de Cambalache, en eso de que todos estamos manoseados. Los políticos, beneficiados por la polarización, empezaron a acusar a los medios y a los periodistas.
Y han llevado a los periodistas al terreno de la política. Los periodistas se dejaron engañar y se metieron en el fango. Y se convirtieron en activistas políticos. Se inició una verdadera confusión sobre cuáles son los roles del periodismo y los de la política.
En Ecuador, en Argentina, en Venezuela, en Estados Unidos o en El Salvador, vemos cómo los políticos llevaron a los periodistas a ese terreno fangoso, los periodistas se quedaron ahí y empezaron a discutir con los políticos, contribuyendo a atomizar a la sociedad.
A todo esto, la gente vive dentro de burbujas de sesgos increíbles -internet, las redes y la IA, crean perfiles de acuerdo a los gustos, prejuicios y decisiones de cada uno-.
Esto hizo que socialmente hayamos perdido el sentido crítico y la tolerancia, ante las verdades que nos ofrecen otros. Muchos periodistas se convirtieron en activistas, olvidando el principio clave, que es la verdad.
Estados Unidos, China y el futuro de la IA
- Si la IA es un espejo poderoso de los seres humanos y frente a este escenario, ¿cuál es la salida?, ¿pensamos en mejorar como sociedad ahora o nos sentamos a pensar en una IA mejor en el futuro?, ¿empezamos por los humanos, o por la tecnología?
- Es verdad que tenemos que mejorar nosotros, como seres humanos. Pero también se debe pensar en un consenso mundial sobre el futuro de la IA. En estos momentos hay dos cabezas: Estados Unidos y China.
China, manejando la IA a través del partido que gobierna, y Estados Unidos a través de empresas privadas. Dos mundos tan separados como en el pasado, durante la Guerra Fría, estaban la Unión Soviética y Estados Unidos.
- Parece más fácil que un líder soviético y un estadounidense se pongan de acuerdo para evitar una guerra nuclear, que el Estado chino y las empresas norteamericanas logren un pacto sobre la IA.
- Totalmente de acuerdo. Pero se necesita una presión mundial para establecer ciertos parámetros. Debemos entender que la IA actual se desarrollará pronto en una súper IA. La IA creará sus propios parámetros para ser cuasi independiente de los humanos.
Lo que postulo en el libro es que no nos queda alternativa, que no sea sembrar en la IA los principios ecuánimes fundamentales de la filosofía y de la ética. Tiene que haber un abrazo para que se pueda sembrar.
¿Realmente vamos a dejar en manos del Estado chino y de empresas norteamericanas el botón rojo de la IA?
El bien y el mal siempre van a existir. Lo que debemos pensar es cómo dotar de mayor bondad a la IA, de mayor verdad y libertad.
- Volviendo a los conceptos iniciales, ¿la democracia dónde queda en este contexto?
- Es probable que surjan sistemas híbridos, diferentes. Al que llamaremos de otra forma. Pero no queda otra que seguir incentivando los valores del bien.
Retomando la situación del periodismo, no queda otra que recordar que la verdad es la meta más preciosa. No perder los puntos de referencia. No perder los principios básicos, humanos.
Sin verdad no existe libertad. Algunos sectores tienen mayor responsabilidad en esto, como los políticos o la Justicia. Pero también los periodistas.