Hablar de barbies, princesas y cenicientas es evocar los cuentos del siglo XVIII. Es hablar de jóvenes dulces, dóciles y sumisas –además de obedientes y hermosas– que esperaban ser rescatadas por el amor de un príncipe azul. Pero, ¿qué les transmitimos a nuestras hijas cuando las describimos con estos adjetivos?
"Las niñas pueden ser otras cosas. Pueden ser fuertes, inteligentes, valientes y sagaces. Y es indispensable que empecemos a hablar de estas otras cuestiones en lugar de valorarlas sólo por su imagen”, explica Lala Pasquinelli, fundadora y referente de “Mujeres que no fueron tapa" (Mqnft).
¿Cómo logramos a través de la educación que las niñas lleguen a ser mujeres independientes, empoderadas y poderosas? ¿Qué podemos hacer las madres y los padres para que nuestras hijas crezcan sin tener “la presión” de seguir los estereotipos estéticos femeninos? ¿Qué cambios debemos hacer como sociedad y cuál es el camino posible? A estas y otras preguntas respondieron Lala Pasquinelli de Mqnft y Marcela Zeballos, una escritora y docente de nivel inicial de la ciudad de Santa Fe.
En nuestra sociedad, el ideal de belleza que exige juventud, delgadez y blanquitud tiene una preponderancia muy grande en la construcción de lo femenino. Las mujeres crecen con la necesidad y la “demanda” de encajar en este ideal de belleza, un ideal que marcó y sigue dejando huellas a través de generaciones enteras de mujeres.
De acuerdo a la referente de Mqnft, romper con estos estereotipos no es una tarea fácil y se trata de un tema complejo que tiene muchísimas aristas para abordar.
“Desde chicas incorporamos a través de publicidades en la calle y en todo tipo espacio público a mujeres desnudas –jóvenes y delgadas– que nos venden cualquier cosa. Son siempre los mismos cuerpos y las mismas personas”, indica. "Cambiar estos modos de pensar tiene que ver con políticas públicas que deberían ir en este sentido", explica.
Otro punto importante que atraviesa la educación tiene que ver con la ESI (Educación Sexual Integral). “Los estereotipos de género son contenidos que deberían darse en la escuela y de esta manera romper con lo que sucede actualmente. Sin embargo, sabemos que esta ley se aplica a voluntad de cada escuela y hasta de cada docente y no hay una real voluntad política del Estado de que se aplique la ESI en los establecimientos. Es decir que hay una parte en la educación de los niños que nos excede completamente”, señaló
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Sin embargo, Pasquinelli indica que hay cosas que sí pueden hacer los padres y las madres y tienen que ver, por un lado, con lo que decimos en relación a otros cuerpos, al propio cuerpo y al cuerpo de los niños o las niñas.
“Es fundamental no valorarlas por su imagen física, no hablar de sus cuerpos, no hacerles comentarios sobre lo que comen o dejan de comer o si son lindas o son feas. Las niñas pueden ser otras cosas. Pueden ser fuertes, inteligentes, valientes, sagaces. Y es indispensable que empecemos a hablar de estas otras cuestiones”.
En ese sentido recordó que durante la última campaña de Mqnft hicieron una encuesta sobre dietas y de 8.100 mujeres casi el 90% de encuestadas admitió que entre los 5 y los 17 años alguien de su entorno más cercano les dijo que tenían que hacer dieta por primera vez.
“Esto es lo que viene de los entornos familiares de la sociedad en que vivimos y que sostiene el ideal de belleza que antes mencionamos”, dijo. Esto dejó marcas en los cuerpos y cicatrices en muchísimas mujeres a lo largo del tiempo.
Otra cosa que a su criterio es fundamental es el ejemplo que le damos a las niñas, es decir “la forma en que nos vinculamos nosotras mismas con nuestros cuerpos es clave. Porque muchas veces vemos a nuestras madres sufriendo, haciendo dieta, hablando mal de su propio cuerpo, pesándose todo el tiempo, tapándose o sintiendo vergüenza de su cuerpo, y ahí es donde hay que empezar a cambiar y enseñarles otra cosa. Son temas centrales en la educación de las infancias y sin dudas falta mucho por hacer”.
Fortalecer la autoestima en la crianza de niñas fuertes y valientes
Marcela Zeballos, escritora y docente de nivel inicial de la ciudad de Santa Fe, explicó que si deseamos criar niños y niñas fuertes, valientes y sagaces debemos comenzar por favorecer su autoestima.
Sin embargo, aclaró que es “no consiste en elogiarlos contantemente, sino enseñarles a respetarse y valorarse a ellas mismas y respetar y valorar al otro. Ser conscientes de unos mismos y aceptarse como somos, abrazarnos y querernos y ser conscientes de lo que podemos y debemos mejorar”.
¿Y cómo se enseña esto?, pregunta la santafesina. “Respetándolos, alentándolos a superar sus miedos, temores, enseñándoles que deben ser responsables de sus actos y de poder mejorar, saber que pueden y deben pedir ayuda cuando no pueden solucionar algo con sus propios medios. Ayudarlos no significa que nosotros hagamos todo por ellos, sino que debemos orientarlos, pero muchas situaciones deberán resolverlas por sí mismos”.
En ese sentido, Zeballos cita al psicoterapeuta Nathaniel Branden: “Uno de los pilares de la construcción de la autoestima es aprender a ser asertivos, es decir que podemos y debemos expresar nuestras opiniones, nuestros derechos y deseos. Con respeto, enseñarles a los niños y niñas a decir no cuando algo o alguien los incomoda o les hace daño y enseñarles con el ejemplo a vivir en forma íntegra, es decir, promover la autoestima en los demás, es ser ejemplo, tratar a todo el mundo por igual, con respeto, no etiquetar ni juzgar a otras personas, ser claro con lo que queremos, aceptar al otro con la habilidad de poner límites cuando nos hacen daño”.
Y agrega: “No transmitirles que son los mejores, sí que son fuertes y valientes, pero al igual que el resto de las personas, nadie está por encima de nadie, no está por encima ni por debajo, sino que todos somos diferentes, ni mejores ni peores, nadie es inferior ni superior, solo diverso. Y esto se demuestra con el ejemplo, educando con afecto, con respeto y siendo nosotros mismos, los padres y educadores, los primeros que los respetamos a ellos y respetamos a los demás”.
"¿Cómo educamos a ser fuertes y valientes? Enseñándole a quererse y respetarse tal cual somos", concluye.