“Y un día me animé a la malla. Toda mi vida tomando pastillas y haciendo dietas para conseguir un cuerpo que nunca voy a tener. A mis 65 años tengo que empezar a disfrutar de la vida”, dijo una de las participantes. “Recién a mis 37 años me animé a la bikini, la mirada juzgadora y el comentario cruel, impidieron que me sintiera bien conmigo misma”, cuenta otra joven que envió su foto desde la plaza. “Este año me propuse disfrutar del mar y la pileta con mis hijos, algo que siempre me perdía por vergüenza a estar en malla”, relatan en otro testimonio.
La campaña “Hermana soltá la panza” del colectivo “Mujeres que no fueron tapa" (Mqnft) es una iniciativa que busca romper con estereotipos estéticos femeninos y vuelve a cuestionar qué sucede con las mujeres. El año pasado propusieron mostrar panzas reales para boicotear el “operativo bikini” y la idea se hizo viral. A fines del 2022 pusieron la lupa sobre otras fotos, ya no de las panzas, sino “las que no estamos porque preferimos evitar salir”.
Lala Pasquinelli, fundadora y referente de Mqnft, habló con AIRE sobre la iniciativa y lo que generó en las participantes. “El cuerpo de las mujeres es territorio opinable. En nuestra sociedad, cualquiera puede decir cualquier cosa y sentirse legitimado para opinar sobre ello, tengan 7 meses o 70 años. No importa si somos médicas, amas de casa o astronautas, siempre se nos va a demandar belleza y vamos a ser criticadas si no encajamos en determinados estereotipos. Porque parece que si no lo hacemos no somos buenas mujeres”, explica.
En este sentido indica que “el ideal de belleza nos exige juventud, delgadez, blanquitud, gestualidad sexualizada y sumisa, pelo largo y lacio, entre otras características físicas, y tiene una preponderancia muy grande en la construcción de lo femenino. Es decir que nuestras identidades de mujeres son construidas a partir de la necesidad de encajar en este ideal de belleza y es una demanda permanente desde que nacemos”.
Lo cierto es que este “ideal de belleza” marcó y sigue dejando huellas imborrables a través de generaciones enteras de mujeres. Y esto se advierte en los testimonios de cientos de ellas que decidieron contar y compartir sus historias. “Cuando está por empezar el verano, una época en la que los cuerpos se exhiben más aparece esta idea de que los cuerpos tienen que ser transformados y en general esto quiere decir achicados. Hay que reducirlos, hay que hacer dieta para bajar de peso y hay tonificarse”, explica Pasquinelli.
“Hermana soltá la panza” invita a “recuperar la dignidad de nuestros cuerpos, tengan la forma que tengan, recuperar el derecho al disfrute, a las vacaciones, a vestirnos como queramos, a salir de la vergüenza y a vivir en los cuerpos que tenemos. Para dejar de sentir que estamos rotas o falladas y que nuestros cuerpos no valen. Porque todas nosotras merecemos irnos de vacaciones, estar en una playa o simplemente vestirnos más frescas. Las invitamos a salir de la idea de que tenemos que hacer dieta y restringirnos en alimentos por motivos estéticos, y recuperar la posibilidad de vivir dignamente más allá de la forma de nuestro cuerpo”.
Por último, consultada sobre las repercusiones de la campaña, la fundadora de Mqnft expresó: "Para nosotras es hermoso recibir los testimonios de las compañeras que se animan por primera vez a lo que sea que tenga que ver con disfrutar y sentirse mejor porque el objetivo de la campaña es justamente abrir una conversación pública.
Quienes quieran conocer más sobre el colectivo que actualmente tiene 465.000 seguidores, pueden ingresar a www.mujeresquenofuerontapa.com o seguirlas en Instagram en @mujeresquenofuerontapa.