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Dietas y gordofobia en la televisión: el fracaso va más allá de la voluntad

Dieta y posterior aumento de peso es parte del espectáculo de Cuestión de Peso, publicitado como un programa que apunta a la salud. Al contrario, aprovecha las "recaídas" de sus participantes para profundizar el estigma, y ocultar que la restricción no funciona. La voz de las nutricionistas.

¿Una dieta resuelve una mala relación con la alimentación? ¿Por qué siempre fracasan? La cultura de las dietas propone soluciones definitivas que no son tales: el 95% de las personas que restringe su alimentación para bajar de peso, al tiempo lo recupera.

¿Qué dice el peso sobre la salud, la identidad y la calidad de vida de una persona? Poco y nada.

Por el contrario, profundiza la gordofobia: una forma de discriminación a las personas gordas naturalizada. Se habla de salud solo en términos de un número.

Todos los días, en el horario central de la televisión abierta argentina, Cuestión de Peso identifica a sus participantes con ese número: el que pesaron en la balanza cuando ingresaron.

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Cuestión de Peso identifica a sus participantes con el número que pesaron en la balanza cuando ingresaron.

Cuestión de Peso identifica a sus participantes con el número que pesaron en la balanza cuando ingresaron.

“Este reality show, que históricamente ha vinculado la salud exclusivamente al peso corporal y al uso de la balanza como medida principal, no solo estigmatiza a las personas gordas, sino que también distorsiona el ejercicio profesional de la nutrición”.

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Esta frase forma parte de una nota que la Federación Argentina de Graduados en Nutrición envió a las autoridades de Canal 13 en junio del año pasado.

El complemento de esa identificación es que, cuando una persona engorda, se la culpabiliza por su falta de voluntad para seguir adelante con la dieta.

Dieta y aumento de peso

“Camilota aumentó tres kilos en una semana fuera del programa”. El título del videograph lleva implícito que Camilota Deniz no cumplió con las normas de alimentación y movimiento que guían al programa, y por eso engordó.

Lo que nunca se pregunta ese programa es por qué los “fracasos” se repiten. La restricción calórica, conocida como dieta, es un arma de doble filo. “Se sabe hoy en día que las dietas para descenso de peso no funcionan”, expresa Aluhe Martins do Serro.

Esta nutricionista, creadora de la marca @nutriciosa y divulgadora “apasionada” sobre nutrición y salud integral, tiene un enfoque en la diversidad corporal y el bienestar inclusivo.

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Aluhue Martins do Serro, nutricionista que trabaja el enfoque de diversidad corporal.

Aluhue Martins do Serro, nutricionista que trabaja el enfoque de diversidad corporal.

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¿Qué es la diversidad corporal?

La atención de la salud integral a personas con cuerpos de cualquier tamaño. Esto no significa complacencia ni desentendimiento, sino una mirada de la salud que incluye el aspecto mental y social, entre otros.

Lo que muestran los estudios científicos es que más del 95 por ciento de las personas que hicieron dieta recuperaron el peso inicial en un período de entre dos a cinco años. Y el 66% subió más de lo que había bajado.

Los ejemplos sobran, tanto en exparticipantes del programa, como en la vida misma: hay personas que hicieron dieta toda su vida, pero nunca lograron esa quimera que es mantener el peso “alcanzado” con tanto esfuerzo.

“Si las dietas funcionaran, bastaría hacer una sola en toda la vida”, escribió la nutricionista mexicana Raquel Lobatón en su cuenta de Instagram, que tiene 295 mil seguidores. Lobatón es una referente internacional de la nutrición incluyente.

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Compensación y metabolismo

“Cuando se entra en el circuito de las dietas, hay que entender el mecanismo de restricción y compensación, que lleva al atracón”, señala Martins do Serro. Dietar y compensar son las dos puntas del mismo lazo, pero también hay una “adaptación metabólica frente a las dietas”, ya que el cuerpo identifica la restricción como una amenaza, aumenta el apetito y disminuye la tasa de gasto energético basal.

Sin embargo, lo primero que se hace -y no sólo en Cuestión de peso, que promueve ese tipo de discursos- es culpar a la persona por haber subido de peso. “Cuando una dieta ‘fracasa’ se culpa a la persona, como si fuese un tema de fuerza de voluntad, sin tener en cuenta los factores metabólicos, psicológicos. Se la estigmatiza”, sostiene la creadora de Nutriciosa.

Cualquier persona gorda que alguna vez pisó un consultorio sabe que es blanco de sospechas: que miente, que es perezosa, que su peso indica de por sí falta de actividad física y mala alimentación. Prejuicios que un programa como Cuestión de Peso profundiza.

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La música de suspenso en el momento que cada participante se sube a la balanza, la eliminación de acuerdo a los gramos que se hayan subido o bajado, son estrategias para fijar este mensaje: somos lo que pesamos.

Es esencial abandonar la idea de que la pérdida de peso es el único camino hacia la salud y adoptar una visión más integral del bienestar”, dice la carta de la FAGRAN.

La gordofobia afecta a la salud

Allí también indican que el enfoque centrado en el “peso ideal” “estigmatiza a las personas gordas y dificulta su acceso a una atención adecuada”. En 2022, el Ministerio de Salud de la Nación publicó una “guía de práctica clínica nacional sobre abordaje integral de la obesidad en personas adultas”.

En ese marco, se realizó un relevamiento de voces de 540 personas gordas, que respondieron a un formulario digital. El 90% de las personas encuestadas refirió haber sentido alguna vez discriminación o maltrato por el personal de salud, debido a su peso corporal.

“Soy donante de sangre, la última vez que fui la médica que hace la entrevista me obligó a pesarme a pesar que yo no quería y era evidente que peso más de 50 kg”, contó una mujer de 36 años, de La Plata.

En ese marco de discriminación, Martins do Serro considera un “horror” la vuelta de Cuestión de Peso al mainstream televisivo nacional y recuerda que un enfoque integral debe contemplar la salud mental. “Al programa se lo analiza como si tuviera buena intención, pero no es así, está muy lejano a eso, ya que sigue promoviendo la mirada discriminatoria”, afirma.

Su recomendación profesional actual es “dejar de dietar, dejar de buscar la solución mágica en una dieta más”. “Si realmente una persona quiere mejorar su salud, tiene que analizar múltiples aspectos, el físico, el mental, de sus vínculos, de los hábitos del sueño, del exceso de pantallas, el movimiento”, concluye la nutricionista.