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"Aprender a ser feliz": la Logosofía cumple 90 años en Argentina

Este 11 de agosto se cumple un aniversario más desde la fundación de la primera sede en Argentina. En Santa Fe, hace 10 años que la disciplina se estudia y practica.

La vida de Micaella Digenio cambió para siempre desde que a sus 18 años decidió comenzar con los talleres de Logosofía en su ciudad natal: Montevideo, Uruguay, uno de los centros logosóficos más antiguos (1932). En esos encuentros conoció a su actual esposo, también estudiante de Logosofía. Como él era Argentino se vinieron a vivir al país. Micaella aterrizó en Santa Fe y, aunque cambió de ciudad, no se modificó su afán por la Logosofía. Desde 2013 asiste al centro ubicado en calle 1º de Mayo 2912 en la capital provincial.

Según lo que explicó Digenio a Aire Digital, la Logosofía es una disciplina de la ciencia que brinda herramientas para el autoconocimiento y la superación de forma integral. Se trata de ser la “mejor versión” de uno mismo para luego servir al semejante. “Todo lo cultivado en los talleres, clases, charlas y la práctica de la Logosofía, se trata después de sacar hacia afuera”, indicó.

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“Yo recuerdo que era una adolescente cuando comencé con los talleres en Montevideo, entonces era una época en la que peleaba mucho en mi casa, con mi hermano, mi familia”, narró Digenio. “Una vez que fui cultivando en mí la Logosofía, aprendí a controlar esos impulsos, mis reacciones de ponerme de un lado u otro y buscar pelear, ir a choque”, agregó. Desde entonces, la vida de Micaella es un aprendizaje constante. “Obvio que no somos perfectos por estudiar la Logosofía, pero mejoramos en un montón de aspectos. Eso sí, de manera progresiva, con aciertos y errores”, aclaró la mujer.

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La disciplina llegó al país un 11 de agosto de 1930, cuando se instaló la primera Escuela de Logosofía en la ciudad de Córdoba, por el pensador, escritor y maestro, Carlos Bernardo González Pecotche. A Santa Fe tardó un varios años en llegar. En 2010 se instaló la primer sede con la orientación de la institución ubicada en la ciudad de Paraná que tenía mucha más trayectoria en el campo.

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Carlos Bernardo González Pecotche, quien instaló la Escuela de Logosofía en Córdoba.

Carlos Bernardo González Pecotche, quien instaló la Escuela de Logosofía en Córdoba.

El estudio de la Logosofía

La disciplina se estudia, trabaja y practica de manera individual y grupal. “Es como todo, vos para una clase de la universidad necesitas del estudio individual previo”, precisó. “Es necesaria la instancia grupal para poder compartir conocimientos, experiencias”, aseguró.

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A diferencia de una terapia, el estudio de la Logosofía utiliza un método científico para el autoconocimiento . Se trabaja sobre conceptos determinados, valores, según cada persona y lo que necesita mejorar o reforzar. “Siempre se hace hincapié en todo aquello que es bueno para la persona”, explicó Digenio.

Estudiar para la vida

Aunque resulta complejo entender el objetivo de la Logosofía, la cuestión es muy simple. Se trata de una disciplina de la cual el objetivo es lograr que las personas sean su mejor versión. “Es como estudiar para ser buena persona”, sostuvo Digenio. Justamente por ese motivo, es un camino que nunca acaba. “No es que te graduás de buena persona, es algo que se trabaja toda la vida”, indicó.

En Santa Fe, la sede de Logosofía ofrece diferentes actividades grupales, individuales, talleres y charlas totalmente gratuitas que durante la pandemia se realizaron de manera virtual. "Siempre colaboramos los miembros de la asociación con lo que podemos, pero toda la ayuda es voluntaria. No queremos cobrar nada porque intentamos que sea un servicio para la población", indicó.

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Micaella asegura que como toda disciplina científica la Logosofía tiene un objeto de estudio. En este caso, es uno mismo. “Se trata de investigarse a sí mismo, de ponerse bajo el microscopio”, contó.

Para Micaella se trata de un estudio “para la vida” Es como cualquier profesión, que se trabaja para lograr objetivos, nada más que el de la Logosofía es un camino sin final. Hay una pregunta que a Digenio le gusta formularse: “Para ser médico uno estudia, ¿pero para ser feliz?”, se interroga la mujer, quien asegura que siempre se puede ser mejor y por eso sigue los pasos de la Logosofía.

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