¿Se debe limitar?, ¿a partir de qué edad es conveniente comenzar a utilizarlo?, ¿cómo afecta al derecho del aprendizaje digital?, ¿qué efectos puede producir en la salud el mal uso de la herramienta?, ¿existen distintos tipos de usos de acuerdo a cada comunidad?, son solo algunas de las preguntas que surgen en una discusión que atraviesa al mundo y donde intervienen los expertos en educación, médicos, psicólogos y pedagogos.
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celulares en el aula CABA
Según la nueva resolución que adoptó Buenos Aires, los estudiantes de nivel inicial y primario tendrán prohibido el uso de celulares durante las clases y los recreos. En el caso de las escuelas secundarias, los teléfonos deberán permanecer guardados durante el horario escolar, a excepción de cuando se utilicen para actividades pedagógicas planificadas.
La principal finalidad de la normativa es “estimular la concentración” de los alumnos y “promover la socialización” durante los recreos, explicaron al momento de oficializar la decisión.
Teléfonos celulares en escuelas: qué pasa en Santa Fe
Hasta el momento, en la provincia de Santa Fe el uso de teléfonos celulares en las escuelas no está normado por el Ministerio de Educación y la decisión queda en manos de cada institución. En ese contexto, están aquellas que lo restringen de forma taxativa de acuerdo a las edades y otras que envían recomendaciones a las familias para limitarlo a determinados momentos.
Muchas veces son las propias familias las que, por ejemplo, por cuestiones de seguridad, piden a las escuelas que sus hijos puedan llevar los equipos a clases. A partir de allí, aparecen las diferencias entre quienes lo hacen y quiénes no, situaciones que pueden resultar como factor de conflicto entre los propios alumnos.
"La primera pregunta que nos deberíamos hacer es en qué contexto se inscriben las políticas: hoy es el del ajuste y desfinanciamiento a las universidades, por ejemplo. Hubo otro momento donde existió un plan de conectividad, entrega de tablet y celulares en lugares menos favorecidos, el Conectar Igualdad. Existía una estrategia digital para ser incorporada en algunos espacios de forma planificada", planteó Víctor Debloc, exministro de Educación de Santa Fe, en diálogo con AIRE.
Para Debloc, la clave está en para qué se utiliza la herramienta y el control que se pueda establecer del mismo en cada escuela y las distintas aulas. "Si no hay un proyecto institucional en la escuela para el uso pedagógico, claro que el celular se convierte en un objeto de distracción del proceso de aprendizaje y es donde entra a tallar el oficio de cada docente", agregó.
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A partir de qué edad se deberían usar los teléfonos celulares
"Desde primero a tercer grado el alumno debe estar centrado en la necesidad de aprender a leer y escribir con materiales analógicos que no incluyan lo digital y de cuarto a séptimo grado debería ser una decisión institucional de cada escuela hasta que el Ministerio resuelva una línea de trabajo, pero es complejo", reconoció Víctor Debloc. Y agregó: "La condición es que esté trabajado de forma coordinada"-
Por su parte, Claudia Balagué, exministra de Educación de Santa Fe coincidió en la utilización del celular de forma "controlada" respecto a los horarios, momentos y asignaturas. De todas maneras, indicó que no se debe dejar de tener en cuenta el derecho a la alfabetización digital.
"Usarlo controladamente, en determinados horarios, con supervisión del docente y donde la propia escuela determine una reglamentación es lo más adecuado, si no atrasamos respecto a la alfabetización digital que es una necesidad absoluta. Hoy hacemos todo con el celular", indicó Balague.
Al mismo tiempo coincidió con la mirada de Víctor Debloc de no facilitar el uso del celular en el momento de la educación inicial. "Tiene que ser para el último período de la primaria y por supuesto para la secundaria. Hay que centrarse en la lectoescritura y matemática, pero después hay un derecho a trabajar en digital y muchas cosas que se pueden aprender en internet con los sitios adecuados para los chicos".
Hay una gran diferencia entre los chicos de las ciudades grandes de aquellas pequeñas comunidades, marcó Balagué como otro argumento para a la discusión en relación a qué significa el celular para unos y otros.
“En las comunidades más pequeñas se manejan con más libertad, para ellos tener una pantalla les abre la posibilidad de conocer el mundo y es un derecho que no hay que quitarlo, si no quedan confinados a espacios reducidos de su vida cotidiana. Poder ver lo que pasa en otros lugares permite proyectar otras vidas posibles”, completó.