Salto del Pavón: la "cascada" de llanura que talló un bello "cañón" en el sur de Santa Fe

El salto tiene una caída de ocho metros y luego el arroyo circula encajonado entre enormes "paredones" de más de 20 metros de altura en el recorrido hacia su desembocadura en el río Paraná. Está a pocos kilómetros de Fighiera y muy cerca de la autopista Rosario-Buenos Aires.

POR GASTÓN NEFFEN

“Cascada de llanura”, “salto” y “cañón” son tres palabras que no parecen estar asociadas a la plana geografía santafesina pero están muy bien representadas en un hermoso rincón del sur de Santa Fe: el salto y la recta final del arroyo Pavón, entre Fighiera y Villa Constitución.

Los 3.000 metros que van desde la desembocadura en el río Paraná hasta la “cascada de llanura” son una bella aventura para hacer en kajak, piragua o en una pequeña lancha, cuando el calado y las restricciones de la pandemia lo permiten.

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En una bajante histórica en la cuenca del río Paraná, la más importante en medio siglo, en lancha este tramo del arroyo solo se puede navegar con un guía experto, como Jorge “Lucky” Ponce. Al principio, con el Paraná todavía cerca, es un típico arroyo pampeano con ranchos de pescadores en los dos márgenes de la costa, pero el curso progresivamente se va “encajonando” y unos 700 metros antes del salto se convierte en un bello cañón con “paredones” de tierra que tienen más de 20 metros de altura.

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En lo alto de las barrancas, los árboles potencian el “efecto cañón” en el paisaje y también ese pacífico murmullo coral en el que se fusiona el sonido de la corriente, los pájaros y el viento que mueve las hojas de los álamos y eucaliptos. Es un adagio contra el estrés.

Salto del Pavon

El cañón del arroyo Pavón se fue tallando siglo a siglo, con la lluvia que recoge una cuenca de unos 90 kilómetros que comienza al sur de Alcorta y que va “recolectando” el agua que “escurre” de algunos de los campos más fértiles de Santa Fe.

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“Cuando llueven más de 300 milímetros, la crecida del arroyo tapa la cascada”, cuenta Daniel Alemi, el dueño del complejo de seis cabañas que está al lado del salto del Pavón. Con bajante y sin precipitaciones, la “cascada” tiene una caída de unos ocho metros que precipita en un profundo semicírculo formado por el poder de la erosión hídrica y en el que nadie aconseja nadar.

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En YouTube hay varios ejemplos de temerarios kajakistas -seguramente con experiencia- que se tiraron por el salto, pero no es una buena idea para alguien que no sea un experto y lo más recomendable es recorrer el salto y el arroyo con un guía que conozca la zona. Es la mejor forma de evitar que un paisaje de gran belleza se convierta en una pesadilla.

Una buena noticia es que al lado del salto hay un complejo de cabañas, que se llama igual que el salto, y también el camping San Cayetano, que administra la Comuna de Fighiera y que cuenta con asadores, baños y proveeduría. “En el verano hay fines de semana que vienen más de 5.000 personas”, destaca a AIRE Rodolfo “Rody” Stangoni, presidente comunal una localidad en la que todos se conocen por sus apodos.

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Es que el salto del Pavón es un lugar conocido en el Gran Rosario y en las ciudades que están en este tramo de la autopista a Buenos Aires pero no tanto en el centro norte de Santa Fe. Hay otras “cascadas de llanura” en Santa Fe. Por ejemplo, el agreste salto que está cerca de la desembocadura del arroyo Colastiné en el río Coronda y el salto del arroyo Saladillo que está en una reserva en el sur del Gran Rosario.

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Los que visiten el salto y el cañón del Pavón pueden mirar las ruinas de un viejo molino, que se construyó en la década de 1860 para aprovechar la energía hidráulica de la “cascada” para moler trigo, y recorrer la zona de islas del río Paraná, que tiene preciosos arroyos e islotes en este tramo de su cuenca. Mucha gente viene a pescar. "Yo digo que Fighieras es la Itá Ibaté del sur santafesino”, asegura "Lucky". Las especies que más salen son: dorado, surubí, patí y muchas rayas.

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Desde el río se ven terminales portuarias de granos, muchas areneras y el canal troncal de la hidrovía por el que navegan cada año unos 2.600 buques que cargan granos en los puertos santafesinos.

Comuna de Fighiera

A los que le guste la historia, se van a acordar de dos momentos claves: el combate de Pavón (1820), que enfrentó a al brigadier Estanislao López con el gobernador de Buenos Aires Manuel Dorrego, y la batalla de Pavón (septiembre de 1861), que cierra el capítulo de las guerras civiles del siglo XIX con la misteriosa retirada del caudillo entrerriano Justo José de Urquiza, cuando parecía que derrotaba al general de las tropas porteñas, Bartolomé Mitre.