Primero fueron unos pocos. Luego, decenas. Y en menos de una semana, alrededor de 500 personas comenzaron a llegar desde los más diversos puntos de la ciudad de Santa Fe para convertirse en socios de un club que muy pocos conocían.
Los vecinos de Francia al 2000, del barrio Sur, se convirtieron en testigos de una situación que en un principio no alcanzaban a comprender. Nadie entendía por qué motivo tanta gente, de barrios tan distantes –al parecer algunos llegaron desde la ciudad de Paraná–, había decidido masivamente asociarse a un club pequeño, desconocido y donde en los últimos tiempos casi no se realizaban actividades.
Pero pronto comenzaron a entender lo que sucedía: sectores de la política estaban pugnando por quedarse con el Club República del Sur, ubicado en Francia 2065, como una suerte de bastión en medio del barrio.
República del Sur nació hace 82 años como un punto de encuentro para los vecinos de un barrio en el que todos se conocían y buscaban construir un espacio en común para desarrollar actividades sociales, culturales y deportivas.
Historia del Club República del Sur
Las décadas pasaron y aquellas primeras generaciones fueron reemplazadas por hijos y nietos de los fundadores, que intentaron sostener el legado. Sin embargo, como sucedió con tantos otros clubes de los más diversos barrios de cualquier ciudad, los tiempos cambiaron y el espíritu inicial se fue apagando. Durante los últimos años, el club agonizaba.
La última actividad deportiva que funcionó en República del Sur fue una escuela de taekwondo, hasta que el profesor decidió dejar la institución y trasladarse a otro lugar de la ciudad porque el edificio no se encontraba en buenas condiciones.
Según pudo reconstruir AIRE a partir de diversos testimonios, esta situación hizo que el padre de uno de los alumnos se movilizara, tomara contacto con algunas personas con influencias políticas, y presentara un planteo ante la Inspección General de Justicia para que el club fuera intervenido.
El pedido tuvo respuestas. Desde la Inspección General de Justicia se designó a un "normalizador" para el Club República del Sur y, a partir de ese momento, comenzaron a desencadenarse los hechos que derivaron en el estado de alerta de los vecinos.
Avalancha de socios para un club que pocos conocen
Con el "normalizador" comenzaron a llegar personas desde lugares distantes para asociarse a un club que ni siquiera conocían. Y desde el sector que inicialmente había pedido la intervención del club, también empezaron a buscar nuevos socios. Fue una suerte de carrera por conseguir el mayor número de asociados posible, en condiciones de votar en futuras elecciones de una potencial comisión directiva.
Así, los vecinos de barrio Sur observaron que de repente llegaban a la zona decenas y hasta centenares de personas desconocidas. Algunas, ni siquiera sabían dónde se encontraba el club al que pretendían asociarse.
En el programa Creo, que se emite cada mañana por Aire de Santa Fe, habló una de las vecinas del barrio.
Verónica –su apellido se mantiene en reserva porque los vecinos están realmente atemorizados– lo explicó con claridad: "Hace un par de semanas empezamos a ver un movimiento irregular para lo que es esta zona, de gente que se acercaba al club... Gente que preguntaba dónde estaba el club, porque venían a asociarse a una entidad que ni siquiera sabían cómo encontrarla".
"No venía una persona... venían en grupos, mucha gente. Y en dos semanas ya eran unos 450 socios", insistió.
AIRE pudo corroborar que la cantidad de asociados ya se acerca a las 600 personas y que, algunos de los nuevos socios, llegaron desde barrios como Alto Verde, Chalet y San Lorenzo, entre otros.
Frente a lo que estaba sucediendo, los vecinos decidieron acercarse al club también para asociarse, ya que comenzaron a percibir que podían perder la institución en manos de estos grupos que pugnaban por conseguir la mayor cantidad de socios posible.
"Tenemos que pensar que hay una banda dedicada a quedarse con los clubes", dijo Verónica. Los vecinos aseguran que el interventor de República del Sur ya realizó procedimientos similares en otros clubes de la ciudad, entre ellos El Pacú, de Alto Verde.
"Tenemos mucha bronca, porque sentimos que nos están robando frente a nuestras propias narices", remarcó. Si algo llamó la atención de la gente de la zona, fue que los dos grupos que pugnaban por el club no se acercaran a los vecinos del barrio para pedirles que se asociaran.
En estos momentos, los vecinos del barrio temen por la inseguridad ya que, de un día para el otro, comenzaron a observar gente desconocida recorriendo la zona: "El club está al lado de nuestras casas y no sabemos quiénes son estas personas. Nosotros queremos que el club sea un club de barrio", insistió Verónica.
Y añadió: "Esto no puede ser... Creo que nuestros funcionarios políticos deberían bregar por el bienestar de la comunidad y lo que hacen es bregar por intereses particulares de algunos grupos... No vamos a permitir que nos saquen el club".
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