menu
search
Salud cáncer de mama |

Las "peñas de la suerte": el relato de una sobreviviente del cáncer de mama que afrontó su tratamiento con optimismo

Lili transformó la adversidad en una oportunidad para mantenerse positiva, demostró que el optimismo y el amor son sus mejores aliados en la lucha contra la enfermedad.

Hoy con 67 años se anima a decir la palabra "cáncer" sin dudar. La enfermedad que le tocó atravesar le quitó todos los miedos, pero no afectó ni su alegría ni la manera en que encara las cosas: con fortaleza.

Fue en mayo de 2022, durante una ducha, Lili se palpó y encontró una dureza en su mama derecha, y aunque llevaba siete años evitando los controles médicos, supo que “no era nada bueno”.

LEER MÁS ► Nutrición y cáncer de mama: cómo llevar una dieta saludable

Especial cancer de mama_Liliana Romero_DSC01863_MTH_1200.jpg
 La enfermedad que le tocó atravesar le quitó todos los miedos, pero no afectó ni su alegría ni la manera en que encara las cosas: con fortaleza.

La enfermedad que le tocó atravesar le quitó todos los miedos, pero no afectó ni su alegría ni la manera en que encara las cosas: con fortaleza.

Lo que siguió fue "como un balde de agua fría". El diagnóstico confirmó sus temores, pero también le mostró una fuerza que ni ella misma sabía que tenía.

Al principio Lili decidió contarle solo a los más íntimos lo que estaba atravesando. No por vergüenza, sino por una cuestión de energía. "Quería estar enfocada en que todo salga bien. Y así fue”, cuenta.

Una vez que la operaron y le extirparon el tumor, comenzaron las sesiones de quimioterapia. “Lo encaré de una forma que ni siquiera yo sé cómo”, relata la mujer entre lágrimas. Nunca perdió el ánimo que la caracteriza, un aspecto que atribuyó a la Virgen de los Milagros, de la cual es devota.

Las peñas y lisos de la suerte con amigas

Con una actitud optimista, Lili convirtió su tratamiento en una aventura en la que el optimismo y la amistad fueron protagonistas.

Los miércoles antes de cada quimioterapia, se reunía con sus amigas para "la previa de la quimio". Entre risas y lisos, transformaba un momento desagradable en una celebración. "Era como que me traía suerte", recuerda con una sonrisa.

A pesar de que los médicos le advirtieron que podía atravesar días duros y con efectos secundarios, Lili desafió todos los pronósticos. "No estuve un día descompuesta. Nunca, nunca, nunca", cuenta relajada.

Su secreto no estaba en ningún medicamento milagroso, sino en una oración que le recordaba llevar su cruz como Jesús: con fuerza y dignidad.

La rutina, el amor de sus amigos y familia fueron los mejores aliados. Durante todo su tratamiento, Lili nunca dejó de cuidar a su nieto los lunes, miércoles y viernes.

Especial cancer de mama_Liliana Romero_DSC01873_MTH_1200.jpg
La rutina, el amor de sus amigos y familia fueron los mejores aliados. Durante todo su tratamiento, Lili nunca dejó de cuidar a su nieto los lunes, miércoles y viernes.

La rutina, el amor de sus amigos y familia fueron los mejores aliados. Durante todo su tratamiento, Lili nunca dejó de cuidar a su nieto los lunes, miércoles y viernes.

A pesar de que se negaba a compartir su historia con sus vecinos, una vez que comenzó con la quimioterapia tuvo que contarles porque los efectos del tratamiento se harían visibles. Sus reacciones confirmaron por qué había elegido el silencio inicial. "Se largaron a llorar", recuerda. "Esas cosas son terribles".

Es por esto que Lili aconseja afrontar la situación de manera optimista: "Cuando alguien te cuenta que tiene cáncer, hay que levantarle el ánimo. Nunca hay que decir 'ay, qué feo'. Hay que decir 'vas a sanar, ponete fuerte'. Aunque por ahí no te salgan, pero te tienen que salir para ayudar a esa persona".

La historia de Lili no es solo sobre vencer el cáncer; en sus elecciones se plasma encontrar risas entre las lágrimas y sobre el poder transformador de la actitud positiva. Como ella misma dice, con la voz quebrada por la emoción pero sin perder su característica fortaleza: "Tuve la suerte de nunca bajonearme. La Virgen me ayudó", repite.

Su tratamiento estuvo marcado por el amor de todas las personas que la rodean, sus hijos, nietos y amigas fueron los pilares troncales en todo momento. Otra de las claves que la ayudó a marcar la diferencia fue sostener una actitud positiva.

Embed

"Hay que hacerse los controles correspondientes y bueno si te toca, tomarlo de la mejor manera posible porque viste que el estado de ánimo en esta enfermedad es fundamental. Yo lo tomo así, hay que levantarse y ponerle pila", recalca.

Hoy Lili aconseja no tener miedo, y seguir adelante con una sonrisa y determinación en el corazón.