Las principales sociedades científicas del país emitieron recientemente un documento conjunto alertando por la desinformación, los retrocesos pospandemia y el riesgo sanitario que implica la falta de inmunización.
En ese contexto, en diálogo con Santa Siesta, la profesional señaló que el desconcierto generado durante la pandemia dejó “un desconocimiento y un exceso de información”, sobre todo por la circulación de contenidos en redes sociales.
“El tema del sí vacunas o no vacunas fue algo especial, particular, y de ahí quedó el desconocimiento”, explicó Rabosto. Esta confusión –planteó– convive con la falsa sensación de que enfermedades como la tos convulsa o el sarampión “ya no existían más”.
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Sin embargo, la especialista remarcó que la disminución de las coberturas permitió que estos gérmenes vuelvan a circular “no solo a nivel local, sino a nivel global”. “Son enfermedades muy contagiosas”, advirtió.
Temores pospandemia y un relajamiento peligroso
La médica indicó que la caída en los niveles de vacunación es “multifactorial”, pero uno de los aspectos clave fue la disminución de controles y consultas. “Pudo haber quedado un temor en la gente y hasta se vio disminuida la consulta, el control de los niños”, dijo.
También observó que en los más chicos predomina “la falta de buena información” y cierta relajación social: “Como son enfermedades que hacía mucho que no se veían, baja la noción de riesgo”, consideró.
El calendario nacional es gratuito y accesible
Argentina mantiene uno de los calendarios de vacunación más amplios de la región, completamente gratuito. “Es de acceso gratuito y no hay que pagar extra. El objetivo es que sea accesible para todos”, remarcó la especialista.
Insistió en que cada alerta por sarampión o tos convulsa busca que la población y el sistema de salud “no pierdan oportunidad de vacunar”. Además, recordó que si una persona pierde su carnet, puede acudir a cualquier centro de salud o vacunatorio: “Está informatizado. No habría problema”.
Consultada sobre la resistencia a vacunar, afirmó que los casos de rechazo son pocos: “No me he encontrado con muchos casos de personas que no quieran vacunar. Informando no hay mayor oposición”, explicó.
Así, recordó que las vacunas del calendario tienen “años de experiencia y eficacia probada” y que su obligatoriedad responde a la necesidad de mantener la protección comunitaria: “Se necesitan coberturas del 95% para lograr ese efecto. Hoy tenemos coberturas que no llegan al 50%, por eso vuelve a surgir el riesgo”.
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Unicef estima que la vacunación previene 4,4 millones de muertes anuales.
La especialista alertó que la baja cobertura impide proteger a los lactantes, que no pueden vacunarse de inmediato. En ese sentido, destacó la importancia de la inmunización durante el embarazo: “Las mamás pueden vacunarse contra la tos convulsa a partir de las 20 semanas para pasar anticuerpos a los bebés”.
“Sin vacunación, reaparecen enfermedades ya controladas”
Finalmente, recordó que la Sociedad Argentina de Pediatría advierte desde hace años sobre la caída de las coberturas, y que en 2024 y 2025 se registraron incluso brotes de enfermedades como la hepatitis A, incluida también en el calendario obligatorio.
“La vacunación sigue siendo indispensable y es gratuita en Argentina. Si no se sostiene la cobertura, vuelven a aparecer enfermedades que creíamos superadas”, concluyó la especialista.
