Cada 21 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Alzheimer, una fecha establecida en 1994 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Alzheimer's Disease International (ADI) con el fin de aumentar la conciencia sobre la enfermedad, promover la detección temprana y ofrecer apoyo a quienes padecen esta condición, así como a sus familias.
A nivel mundial, más de 55 millones de personas sufren de demencia, y el Alzheimer representa entre el 60% y el 80% de estos casos, una cifra que obliga a reflexionar sobre los cuidados y la prevención. En esta jornada, el doctor Hugo Valderrama, médico neurólogo y máster en neurociencias, brindó algunas claves para entender esta enfermedad y cómo acompañar a los pacientes y sus familias.
Las primeras señales del Alzheimer: un diagnóstico temprano puede marcar la diferencia
El doctor Valderrama explica que, en muchos casos, los primeros síntomas del Alzheimer pasan desapercibidos, tanto por los pacientes como por sus familiares. “La enfermedad de Alzheimer comienza con una alteración sutil de la memoria, la orientación o el lenguaje, pero lo que más cuesta identificar son esos momentos donde la persona repite información, pero sigue manteniendo una conversación habitual. Eso es algo que ocurre cuando la enfermedad ya está avanzada”, comenta el especialista.
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Sin embargo, si el paciente percibe que está experimentando problemas cognitivos y decide acudir al médico por voluntad propia, eso es un buen indicio, ya que aún se encuentra en una fase de deterioro cognitivo leve, donde la autonomía no se ha perdido por completo.
Factores de riesgo y cómo prevenir el Alzheimer
El neurólogo también resalta los principales factores de riesgo para el desarrollo de Alzheimer, que incluyen hipertensión, diabetes, obesidad, tabaquismo y sedentarismo.
"La clave está en adoptar hábitos saludables, como la práctica regular de ejercicio físico, que no solo mejora la salud cardiovascular, sino que también ayuda a reducir el estrés y mejora la calidad del sueño", explica.
De hecho, una vida activa y un entorno social saludable son esenciales para mantener el cerebro en buen estado. Estos hábitos, además de mejorar la salud mental, ayudan a retrasar el progreso de la enfermedad y a mantener el bienestar general.
Investigación y esperanza en el tratamiento del Alzheimer
En cuanto a los avances recientes, Valderrama destaca que los tratamientos más prometedores son los fármacos que reducen la cantidad de beta amiloide en el cerebro, una proteína que se acumula de manera excesiva en los pacientes con Alzheimer y que contribuye al daño neuronal.
Aunque estos tratamientos han mostrado resultados positivos, sobre todo en la fase temprana de la enfermedad, actualmente solo están aprobados en países como Estados Unidos y algunas naciones de Europa.
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"Lo que estamos investigando ahora es el uso de estos medicamentos en personas que aún no han desarrollado síntomas, pero ya muestran altos niveles de beta amiloide. Esto podría ofrecer una nueva esperanza para retrasar la aparición de la enfermedad", afirma el especialista.
El impacto del Alzheimer en los cuidadores
El Alzheimer no solo afecta a quien lo padece, sino también a quienes los cuidan. Los familiares y amigos que asumen el rol de cuidadores informales pueden experimentar lo que se conoce como “burn out”, o agotamiento extremo, debido a la exigencia constante de atención y apoyo.
“El nivel de dependencia que se genera con el avance de la enfermedad puede ser abrumador. Por eso, es fundamental que los cuidadores reciban el apoyo adecuado y que se les brinde formación sobre cómo manejar los síntomas más complejos de la enfermedad”, explica Valderrama.
Consejos prácticos para acompañar a un ser querido con Alzheimer
Para las familias, el doctor Valderrama aconseja buscar la orientación de especialistas en Alzheimer, quienes pueden ofrecer un diagnóstico claro y guiar a las familias a través de cada etapa de la enfermedad. “Es crucial mantener la dignidad del paciente en todo momento, ofreciéndole los servicios profesionales necesarios para la higiene, la alimentación, el traslado y la seguridad. Al mismo tiempo, debemos estimular al paciente de manera constante, promoviendo actividades que lo hagan sentir bien y que generen la mejor calidad de vida posible”, agrega.
El Día Mundial del Alzheimer es una oportunidad para reflexionar sobre cómo podemos contribuir al bienestar de quienes sufren esta enfermedad y cómo los avances en la ciencia, junto con el apoyo adecuado, pueden mejorar la calidad de vida de pacientes y cuidadores.
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