Para muchas personas, el fin de año está cargado de expectativas que, si no se gestionan adecuadamente, pueden desencadenar estrés. “Es importante que cada persona identifique qué le genera estrés en esta etapa y adopte estrategias que protejan su bienestar emocional. Reconocer los factores que nos afectan, ya sean económicos, organizativos o familiares, es el primer paso para manejarlos”, explica Abdala a AIRE.
Entre los principales factores de estrés, la profesional destaca la presión económica asociada a los gastos extraordinarios en regalos y celebraciones. Además de todo lo que conlleva la organización de estos eventos puede ser una carga significativa, especialmente para quienes sienten que deben asumir todo por su cuenta.
“Aprender a delegar es esencial. No tenemos que hacerlo todo solos y pedir ayuda no nos hace vulnerables, sino más fuertes”, asegura la psicóloga.
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Entre los principales factores de estrés, se destaca la presión económica asociada a los gastos extraordinarios en regalos y celebraciones.
Estas fechas pueden ser especialmente difíciles para quienes ya enfrentan cuadros de ansiedad o depresión. “Es importante buscar apoyo, ya sea en la familia, los amigos o incluso en profesionales, para atravesar esta época con mayor serenidad. Las fiestas no tienen que ser perfectas para ser significativas”, destaca Abdala.
Cómo influyen las dinámicas familiares
Las dinámicas familiares también juegan un papel importante. Las separaciones, las familias ensambladas o la pérdida de seres queridos pueden hacer de las fiestas un momento emocionalmente difícil.
La organización de estos eventos puede ser una carga significativa, especialmente para quienes sienten que deben asumir todo por su cuenta.
Estos cambios requieren adaptaciones emocionales que no siempre son sencillas. “Pasar las primeras fiestas sin una persona que ya no está o afrontar la incorporación de nuevos integrantes a la familia puede ser complejo. En estos casos, comunicar nuestras necesidades de forma clara y establecer límites saludables son herramientas fundamentales para evitar conflictos”, recomienda la profesional.
A pesar de las dificultades que se pueden presentar, la psicóloga recuerda que las fiestas pueden ser también una fuente de alegría y conexión social. “Es un momento para valorar los encuentros que, durante el año, a veces son imposibles. Si centramos nuestra atención en estos aspectos positivos, podemos vivir las celebraciones desde un lugar más pleno y auténtico”, afirma.
Estar presentes y ser realistas
Para quienes sienten la presión de cumplir con todo, Abdala recomienda practicar la atención plena o mindfulness. “Estar en el aquí y ahora nos ayuda a concentrarnos en lo que realmente importa. Si estoy comprando regalos, estoy comprando regalos; si estoy descansando, estoy descansando. Es clave priorizar las tareas y dar espacio al descanso personal para evitar la sobrecarga”, explica.
Otra herramienta esencial es el balance realista y compasivo de fin de año. “Es natural hacer un balance personal en estas fechas, pero debemos evitar el autojuzgamiento. Preguntarnos qué logramos, qué no, y qué aprendimos nos permitirá establecer objetivos más constructivos para el próximo año”, reflexiona.
En su consulta, Abdala utiliza una metáfora sencilla pero efectiva: “A mis pacientes les pregunto qué le dirían a su mejor amigo en su situación. Esto les ayuda a ser más compasivos consigo mismos”.
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La verdadera invitación de las celebraciones es a disfrutar los pequeños momentos y conectar con los seres queridos.
Claves para cuidar el bienestar emocional
Para disfrutar de las fiestas sin que el estrés domine, Abdala recomienda estrategias prácticas que incluyen:
- Establecer límites saludables: ajustar los gastos a la realidad personal y evitar la presión de cumplir con expectativas ajenas.
- Delegar tareas: reconocer que no es necesario hacerlo todo solo. Pedir ayuda es una muestra de fortaleza, no de vulnerabilidad.
- Vivir el presente: practicar mindfulness o técnicas de atención plena ayuda a centrarse en el "aquí y ahora".
- Respetar tiempos personales: tomarse pausas para descansar, hacer ejercicio o simplemente disfrutar de un momento tranquilo.
- Afrontar conflictos con asertividad: Comunicar las necesidades de forma clara y evitar conflictos anticipados.
La verdadera invitación de las celebraciones es a disfrutar los pequeños momentos y conectar con los seres queridos.