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Política Javier Milei | Mauricio Macri | Elecciones

Javier Milei y Mauricio Macri ante las elecciones de medio término: ¿alianza o divorcio?

El posible acuerdo entre Milei y Macri inaugura una saga que promete ser larga e incierta: ninguna de las partes está del todo convencida de hacer una alianza.

Después de un cierre de año marcado por recelos y desconfianzas mutuas, el presidente Javier Milei y el líder del PRO Mauricio Macri abrieron la posibilidad de alcanzar un acuerdo electoral con vistas a las elecciones legislativas de octubre próximo.

Se inaugura así el primer capítulo de una saga que promete ser larga y de final incierto, pues ninguna de las partes está del todo convencida de la conveniencia de sellar un acuerdo.

Todavía sobrevuelan las dudas y las suspicacias entre ambas fuerzas. Tras la fuerte tensión que provocó entre el PRO y La Libertad Avanza la decisión del macrismo de desdoblar la fecha de elecciones porteñas de las nacionales y el cruce de acusaciones por un supuesto pacto del Gobierno con el kirchnerismo para trabar la ley de Ficha Limpia en el Congreso, el presidente Milei reiteró su intención de alcanzar un entendimiento con sus aliados naturales para enfrentar al kirchnerismo en las urnas.

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Macri redobló la apuesta y no solo respondió de manera afirmativa, sino que también lo apuró al presidente para que se conforme una mesa con dirigentes de ambas fuerzas para cristalizar ese acuerdo.

En rigor, la respuesta de Macri fue pensada para poner la pelota del lado de la cancha libertaria: si el acuerdo no se cristaliza no será por culpa del PRO, razonaron en la cúpula del partido, que el miércoles pasado se reunió para hacer una primera evaluación sobre la conveniencia o no de competir junto a los libertarios.

Las posiciones están divididas: un sector prefiere mantener la identidad amarilla, aunque le cueste una derrota al partido, mientras que una mayoría admite que la única manera de sobrevivir con una representación aceptable en el Congreso es con una alianza con el oficialismo.

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La respuesta de Macri a Milei fue pensada para poner la pelota del lado de la cancha libertaria: si el acuerdo no se cristaliza no será por culpa del PRO.

La respuesta de Macri a Milei fue pensada para poner la pelota del lado de la cancha libertaria: si el acuerdo no se cristaliza no será por culpa del PRO.

Más allá de las discusiones internas, en el PRO predomina la desconfianza hacia los libertarios. Observan que en el llamado “triángulo de hierro” que integran, además del presidente, su hermana Karina Milei y Santiago Caputo, hay un doble juego.

Por un lado, Milei, en el rol de “policía bueno”, invita al macrismo a un acuerdo electoral en todo el país para “arrasar con el kirchnerismo”, consciente de que la arenga fideliza en su figura el voto del electorado no K. Los otros dos vértices del triángulo, mientras tanto, hacen de “policía malo” y, por lo bajo, torpedean toda posibilidad de alianza: tanto Karina Milei como Caputo sostienen que no solo no les redituará significativamente en cantidad de bancas en el Congreso, sino que, además, podría condicionarle sus políticas de gobierno.

Con encuestas arriba de la mesa que ratifican que la imagen de Javier Milei sigue arriba de los 50 puntos, en la Casa Rosada no dan muestras de apuro para sellar una alianza con el PRO.

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Hasta ahora, su estrategia consistió en cooptar a primeras espadas de Pro –entre ellos los diputados Diego Santilli y Cristian Ritondo– para vaciarlo de dirigencia, mientras Milei le hacía guiños a Macri en público para contener al expresidente y satisfacer con gestos declamatorios al electorado.

El jefe del PRO es consciente del doble juego libertario y admite, por lo bajo, que le ha dado resultado. Allegados a Macri se muestran cautos después de que el ex presidente aceptara el convite de Milei. Evalúan el escenario en un clima de escepticismo ya que los últimos intentos del PRO y La Libertad Avanza por consensuar medidas terminaron naufragando. “Cada vez que nos convocaron a una mesa, nosotros fuimos. Le dimos los votos en el Congreso y defendimos los vetos o los errores no forzados”, enumeran cerca de Macri.

Sin embargo, la respuesta de los libertarios ha sido hasta ahora el ninguneo, aseveran las voces más críticas. En el entorno de Macri ven a Caputo (y también a Karina Milei) detrás de cada una de las críticas al líder del PRO y su gobierno. El último capítulo de esa saga fue la supuesta lista de empresarios kirchneristas que hizo la AFIP en tiempos de Macri y que para el Gobierno representaba un indicio de una protección non sancta.

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El jefe del PRO reaccionó furioso frente a lo que consideró una operación de Caputo para tapar el escándalo del jefe de la DGI, Andrés Vázquez, denunciado por no haber declarado propiedades suyas en el exterior ante la Oficina Anticorrupción y, como si fuera poco, promovió el ascenso de su pareja dentro del organismo recaudador de impuestos.

Entre tantas suspicacias y recelos, un acuerdo electoral entre macristas y libertarios suena hoy a quimera. El tiempo dirá si finalmente impera el pragmatismo de la unión para ganarle al kirchnerismo en las urnas o bien cada uno decide seguir su camino por separado.