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Política Javier Milei | Ley Bases | Senado de la Nación

Javier Milei se aferra al relato "anticasta" para capear las turbulencias de la gestión

Envalentonado por el apoyo que muestran las encuestas, Javier Milei defiende el ajuste fiscal y se aferra al relato “anticasta”, mientras el país toca fondo.

El presidente Javier Milei atravesó la semana más turbulenta en lo que va de su gestión. Y, para capear las turbulencias, se aferró como nunca al relato “anticasta”.

Arrancó con un duro enfrentamiento con su par español, Pedro Sánchez, que redundó en una crisis diplomática con el país ibérico y un fuerte reproche de las empresas españolas a la actitud presidencial.

No pudo avanzar en el Senado de la Nación con la Ley Bases y el paquete de reformas fiscales, ante la andanada de modificaciones reclamadas por la oposición.

La economía tampoco le depara buenas noticias: el dólar comenzó a trepar, mientras la actividad confirma su desplome con un 8,4% de caída interanual en marzo pasado.

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Como broche de oro, la semana culmina con fuertes versiones sobre la salida de Nicolás Posse, jefe de Gabinete, otrora hombre del riñón del presidente y ahora distanciado de su círculo íntimo.

Milei, con su histrionismo habitual, minimiza estas contrariedades y redobla la apuesta. Tras protagonizar un show de tintes electoralistas el miércoles pasado en el Luna Park, su próxima parada será en Córdoba este sábado, donde pretende celebrar un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo.

La incertidumbre sobre el tono que tendrá el acto inquieta a quienes, en su entorno, le aconsejan no embestir contra la “casta política” –como es su costumbre–, en momentos en que se definen en el Senado los dictámenes sobre la Ley Bases y el paquete fiscal.

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El avance de la Ley Bases se topó con la resistencia del Senado Nacional.

El avance de la Ley Bases se topó con la resistencia del Senado Nacional.

El presidente no disimula su fastidio con los senadores. En rigor, si el Senado demora la sanción de ambas iniciativas, no obedece únicamente a que los opositores más duros le retacean los votos. La especulación de algunos se combina con la mala praxis de los oficialistas que, en todo este tiempo, no supieron encauzar con interlocutores fiables la negociación con los bloques dialoguistas que, a medida que pasaba el tiempo, incrementaban sus demandas de correcciones.

La Casa Rosada acercó un primer borrador con modificaciones: accedió a ampliar el listado de organismos a ser excluidos de un eventual desmantelamiento por parte del Gobierno, como así también a retocar el cuestionado Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI) –al que la oposición considera demasiado concesivo para las grandes empresas en detrimento de las pymes y de la industria local–, como así también el capítulo sobre blanqueo de capitales. También se corregiría el texto para mantener vigente el monotributo social.

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Sin embargo, todavía no hay acuerdo en materia de privatizaciones –los opositores reclaman excluir a Aerolíneas Argentinas y al Correo–, como tampoco en el impuesto a las Ganancias: aquí los gobernadores patagónicos y sus representantes en el Senado insisten en incluir una adenda en favor de los trabajadores de la región, con un aumento del 22% en los pisos mínimos sobre los que se gravará el impuesto, al igual que las escalas.

Así las cosas, Milei se encamina a cumplir seis meses de gestión sin una ley propia en su haber. Esto, lejos de ser inocuo, genera ruido, sobre todo entre empresarios e inversores, que –si bien ven con buenos ojos el rumbo económico del Gobierno– dudan de su sostenibilidad y esperan a ver los primeros brotes de reactivación antes de desembolsar un solo dólar en el país.

Entre tanto, la recesión económica comenzó a dar sus primeros signos: en el primer trimestre del año dejaron de tener actividad casi 275.000 cuentas sueldo en el sistema financiero argentino, una cifra que representa entre el 2 y el 3% del total de cuentas bancarias destinadas a la acreditación de salarios. Esto se condice con datos privados que señalan una desaparición de empleos en una magnitud similar en los primeros tres meses del año.

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Milei relativizó el problema. “Ahora que estamos bajando la inflación, sí, claro, se genera desempleo. Obvio, si estamos limpiando la basura que se estuvo haciendo en los últimos 20 años”, sostuvo el lunes pasado frente a los empresarios reunidos en el Congreso Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF).

Envalentonado por el apoyo popular que le demuestran las encuestas, Milei se ufana del ajuste fiscal que ejecuta su gobierno. Mientras el país toca fondo, el presidente se aferra al relato “anticasta”, su única salvaguarda para atravesar el desierto de la recesión.