Es una proyección grosso modo que hace el equipo económico porque los números aún no están claros. Estiman en la Casa Gris que la reversión del impuesto a las Ganancias implicará una suba en la recaudación de unos 75 mil millones de pesos. Pero la baja en Bienes Personales, un tributo que pagan los 400 mil contribuyentes de mayor patrimonio en el país, supondrá una caída de unos 25 mil millones de pesos.
Si se tiene en cuenta el cálculo que hizo la Oficina de Presupuesto del Congreso de la Nación, la cifra se empequeñece aún más. Según esa fuente, la reducción en Bienes Personales equivaldrá al 40% de la mayor recaudación por Ganancias. Para la provincia de Santa Fe, entonces, quedarían sólo 30 mil millones netos para el resto del año.
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Para dimensionar el impacto del capítulo fiscal de la Ley Bases, que en rigor ahora está planteado como otro proyecto luego de la experiencia fallida del verano pasado, se puede comparar con el déficit de la Caja de Jubilaciones de la provincia, uno de los aspectos que más controversia genera hoy en la política santafesina.
De acuerdo a declaraciones periodísticas del secretario de Seguridad Social del gobierno de Pullaro, Jorge Boasso, el organismo previsional tuvo un rojo acumulado de 90 mil millones de pesos solamente en los primeros cuatro meses de 2024.
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El déficit de la Caja de Jubilaciones de la provincia fue de 90 mil millones de pesos en los primeros cuatro meses de 2024, señaló el secretario de Seguridad Social de Santa Fe, Jorge Boasso.
Es decir que los mayores ingresos para la provincia de Santa Fe en todo 2024, producto de las modificaciones tributarias propuestas por la gestión de Javier Milei, sólo alcanzarían para cubrir dos meses de déficit de la Caja de Jubilaciones santafesina. Y eso en el caso de que el proyecto no sufra cambios en el articulado referente al impuesto a las Ganancias para los asalariados, algo que hoy está sometido a un fuerte debate.
Vale recordar también que la reducción en Bienes Personales, un tributo cuya carga aumenta progresivamente en línea con el patrimonio del contribuyente, también trae aparejada una disminución de los recursos destinados al financiamiento del déficit de las cajas jubilatorias provinciales que no fueron transferidas a Nación en la década del 90, tal como advirtió AIRE hace un mes.
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Claro que esa arista hoy aparece difuminada ante de la decisión del gobierno central de cortar casi todo el flujo de recursos hacia los estados subnacionales de lo que se denominan transferencias no automáticas, o sea por fuera de la coparticipación. Se las suele calificar de “discrecionales”, aunque esa caracterización no se ajuste plenamente a la realidad.