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Política Acuerdo con el FMI | FMI | Deuda

Elecciones 2023: a cuatro meses de las Paso, el FMI pide lo mismo de siempre, devaluación

Nunca se terminará de pagar la deuda que contrajo el macrismo. La idea siempre fue condicionar la soberanía económica y política por décadas, gane quien gane en octubre.

Esas notas, como el acuerdo, ya cumplieron poco más de un año, es decir 12 meses durante los cuales (saldos comerciales favorables, multiplicación de dólares exclusivos para exportar, ajuste del gasto y la inversión, desembolsos y reperfilación de vencimientos mediante) las metas principales del acuerdo pudieron sostenerse; incluso sobrecumpliéndolas como en el caso del déficit fiscal y la estrechamente relacionada asistencia en pesos del BCRA al Tesoro nacional.

En otros flexibilizándolas, como quedó plasmado en el documento que presentó la cuarta evaluación del Directorio del Fondo, esencialmente para la acumulación de reservas que a diciembre 2023 debía alcanzar +u$s 12.125 millones, pero quedó en -u$s 1.400 millones. Esto supondrá el desembolso adicional de u$s 5.500 millones del organismo que el gobierno utilizará -como en el caso de los DEGs del servicio ampliado de asistencia- para cancelar obligaciones con el mismísimo FMI.

Es decir, pese al crecimiento de la economía y el empleo, no se muestra capacidad de repago de la deuda -no social con la propia base electoral del FDT- sino de la única que le importa a Kristalina Giorgieva y el Directorio que la ordena: los u$s 44.000 millones con los que ese mismo directorio, azuzado por Donald Trump, contribuyó a asegurar la sumisión geopolítica de la Argentina y garantizar la dependencia económica y política -la misma cosa finalmente- de cualquier gobierno que pudiese suceder al de Mauricio Macri.

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La carta de Argentina con que se solicitó el “arrears”, busca que el acuerdo (inflacionario y que declama en uno de sus considerandos “sentar las bases para un crecimiento económico sostenible e inclusivo”) no sepulte las chances electorales del FDT, sin importar quién sea el candidato ni el nivel de desmarque.

También enumera la suma de calamidades que es justo considerar, no sólo por parte del FMI sino de los votantes desencantados de la coalición peronista: el macrismo (prepandémico), la pandemia del Covid, la guerra Ruso-Ucraniana y la sequía más importante de los últimas décadas.

El costo de la guerra entre dos potencias alimentarias y energéticas asciende a los u$s 4.949 millones para nuestro país; el de la sequía lo cuadruplica: más de u$s 20.000 millones, casi la mitad de lo que estaba previsto recaudarse en 2023. Imposible acumular reservas ni financiar ninguna política de expansión productiva.

Y -como dice Álvarez Agis a través de PxQ y confirmó con mayor sutileza Martín Guzmán en el Vaticano hace menos de un mes- lo que el FMI hace es lo que siempre hizo, aportar soluciones incendiarias para profundizar la crisis, pedís un vaso de agua y lo que te ofrece (a Massa, al FDT, a país, a todes nosotres) es una caja de fósforos.

El fracaso número 23 en 77 años

Es importante decir que la idea nunca fue azuzar el fracaso de las negociaciones ni de la ejecución del acuerdo. Cada dato e interpretación subjetiva pretendió ajustar las decisiones al compromiso original del Frente y luego adecuarlo a una realidad esquiva, que incluía a la peor oposición realmente existente (no la que alucina el presidente) desde 1983. Dicho esto, veamos algunos párrafos en los que los tecnócratas de la Calle 19 que -contrariando el argumento de venta de hace un año atrás- se meten en decisiones de política económica decisivas y soberanas. Las mismas son ordenadas por gravedad (las negritas son del redactor, los párrafos textuales del FMI y las vaquitas siempre ajenas):

1. Moratoria Previsional: “Se deben tomar medidas tempranas y decididas para abordar de manera sostenible los costos fiscales de la aprobación imprevista de la moratoria de pensiones para asegurar los objetivos fiscales para éste año y los próximos”.

2. Tarifas: “Las autoridades planean continuar implementando un esquema de segmentación acordado, eliminando subsidios para los usuarios, residenciales de mayores ingresos a partir de mayo y para los usuarios comerciales a fines de 2023”.

3. Dólar Soja: “Las autoridades se comprometen a no utilizar reservas internacionales ni emitir instrumentos de deuda externa de corto plazo para intervenir en los mercados cambiarios paralelos. Las medidas cambiarias administrativas temporales no deben ser un sustituto de una política macroeconómica sólida”.

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Para el FMI permitir que casi un millón personas accedan a una jubilación mínima que los salve de la indigencia es “inesperado” e inconveniente. El FMI no aprende, los que debieran aprender son los argentinos y los gobernantes. Ahora hay que ajustar más el gasto público para compensar el “derroche previsonal”.

Se relanzará la invitación a desistir de subsidios energéticos, la primera vuelta se quedó corta y la segunda puede que también, incluso alcanzando al pleno de usuarios comerciales. No importa, ajustar es la palabra clave, sobre todo para economías periféricas y dependientes como la nuestra.

Se puede retomar un chiste tradicional con Troskopolitan, publicación de circulación imaginaria y marginal pero muy ingeniosa: el kirchnerismo es hoy básicamente Massa y sus 100 tipos de cambio. Nos divierte, pero no compartimos esa definición, aunque aún no se sepa qué es el kirchnerismo hoy (además del agrupamiento con mayor cantidad de votos del FDT, gracias a Cristina).

Pero habrá que dar de baja los dólares soja, Malbec, litio y todos que estimulan lo que los sectores con rentabilidad en dólares deberían hacer por ley: liquidar en tiempo y forma al dólar oficial. También se terminó el recurso de intervenir las cotizaciones ilegales con bonos y letras del tesoro, ni en pesos, ni en dólares. A cambio, el FMI repite como salida el término más escamoteado del memorándum de entendimiento: devaluar el tipo de cambio, no en cuotas, por debajo o en línea con la inflación mensual, sino de una sola y dramática vez (para quienes ganan poco y en pesos).

Cuadro Nota Javier Gatti sobre FMI.jpg.jpg
Fuente: CIFRA en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.

Fuente: CIFRA en base a datos del Ministerio de Economía de la Nación.

El perfil de vencimientos de la estafa consumada por el macrismo (pagar u$s 57.000 millones en tres años, a razón de 20 mil millones anuales) era impagable. El achatamiento de la curva de vencimientos prorrateada en 10 años que obtuvo el FDT (justo es decir que el kirchnerismo votó contra el arreglo) y que supone pagos por u$s 10.000 millones en promedio hasta 2026 y de más de 20 mil millones en adelante, también lo es.

Con una economía incapaz de retener como reservas los saldos positivos de balanza comercial (por la dolarización de su sistema productivo y la evasión y fuga de divisas), el acuerdo debe reformularse a un año de aprobado en el Congreso.

La flexibilización de metas a cambio de más ajuste, es tiempo que compra Sergio Massa para llegar sin sobresaltos graves al 22 de octubre. Cuando habrá que distinguir entre endeudadores irresponsables y pagadores forzados. Demasiada sutileza para quienes no pueden planificar su vida para llegar, no a fin de mes, sino al fin de semana.