El magistrado está siendo investigado por presuntas maniobras judiciales que habrían favorecido al narcotraficante Esteban Lindor Alvarado. Entre los cuestionamientos más graves se encuentran la reiterada negativa a autorizar intervenciones telefónicas al líder narco, y la existencia de vínculos con su entorno económico, en particular con el contador Gabriel Mizzau, quien habría intervenido en causas de lavado de dinero que pasaban por el despacho del propio Bailaque.
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También se defiende de las críticas por haber rechazado sistemáticamente los pedidos de escuchas al entorno de Alvarado. En el escrito plantea que “no todo pedido debe ser aceptado” y que es precisamente el rol del juez determinar cuáles solicitudes son válidas. Según su interpretación, no hubo contradicción alguna en sus decisiones.
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El magistrado está siendo investigado por presuntas maniobras judiciales que habrían favorecido al narcotraficante Esteban Lindor Alvarado.
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También se defiende de las críticas por haber rechazado sistemáticamente los pedidos de escuchas al entorno de Alvarado. En el escrito plantea que “no todo pedido debe ser aceptado” y que es precisamente el rol del juez determinar cuáles solicitudes son válidas. Según su interpretación, no hubo contradicción alguna en sus decisiones.
Uno de los hechos más resonantes que lo involucran es la llamada “cena del quincho”, en la que según los fiscales, se habría desarrollado una maniobra extorsiva junto a funcionarios y empresarios. Bailaque intenta desacreditar esa acusación diciendo que había un invitado más, de apellido Ariza, que puede ser testigo. “¿Cómo podríamos tramar una maniobra extorsiva delante de un tercero que no sería parte de la maniobra?”, pregunta retóricamente en el escrito, e incluso ofrece a su hijo como testigo de esa supuesta presencia adicional.
Uno de los hechos más resonantes que lo involucran es la llamada “cena del quincho”, en la que según los fiscales, se habría desarrollado una maniobra extorsiva junto a funcionarios y empresarios. Bailaque intenta desacreditar esa acusación diciendo que había un invitado más, de apellido Ariza, que puede ser testigo. “¿Cómo podríamos tramar una maniobra extorsiva delante de un tercero que no sería parte de la maniobra?”, pregunta retóricamente en el escrito, e incluso ofrece a su hijo como testigo de esa supuesta presencia adicional.
Con una defensa que evita confrontaciones directas y minimiza el peso de las acusaciones, el documento presentado por Bailaque busca deslegitimar las denuncias sin ofrecer pruebas contundentes a su favor. Ahora será el Consejo de la Magistratura el que deberá evaluar si las explicaciones son suficientes o si se avanza en el proceso de destitución.
