Aún no está clara la razón de este cambio, y si esa supuesta "paz" entre los grupos criminales se mantendrá. En el Ministerio de Seguridad de la Nación se suben a los trazos positivos que aportan las estadísticas para exaltar los beneficios del llamado Operativo Bandera.
No es la primera vez que lo hace Patricia Bullrich, a quien nadie puede negar su ímpetu a la hora de mostrar su capacidad de reacción en Rosario, algo que valora el gobierno de Maximiliano Pullaro, que prefiere no subirse a ese ánimo de ansiedad –que en política es usual– para mostrar resultados que podrían cambiar o mostrar otro costado del terror rápidamente.
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De acuerdo a un informe del Gobierno nacional al que accedió AIRE, el año pasado se produjeron 100 homicidios en este periodo, y actualmente esa cifra descendió a 41. En los 18 días que lleva mayo se cometió un solo asesinato. El año pasado en este lapso se produjeron 19 crímenes.
Maximiliano Pullaro y Patricia Bullrich en Rosario al lanzar el Plan Bandera.jpeg
Maximiliano Pullaro junto a Patricia Bullrich, durante la llegada de efectivos de las fuerzas federales a Rosario.
Si antes la escalada en las cifras de crímenes mostraban el descontrol en los territorios dominados por las bandas, ahora estos números exponen un escenario distinto. Por lo menos se ve una baja de la violencia más extrema, porque también hubo un descenso marcado en los heridos de armas de fuego.
El Gobierno de Javier Milei interpreta que el descenso de los crímenes tiene que ver con el refuerzo de efectivos de las cuatro fuerzas federales, que suman actualmente 1750 efectivos en Rosario.
En el Gobierno de Santa Fe prefieren ser más cautos y esperar a que la tendencia de la baja de los asesinatos sea estable. Ya ocurrió en otros momentos, a lo largo de la última década, que el recorrido de las estadísticas varía porque la violencia recrudece.
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La crisis de seguridad que se desató a principios de marzo, cuando asesinaron a cuatro trabajadores al azar, algo que provocó que Rosario quedara paralizada con el miedo, mostró también algunos cambios en los métodos para generar, según califican ambos gobiernos, hechos de “narcoterrorismo”.
Las investigaciones que se iniciaron en la Fiscalía de Rosario apuntan a que estos cuatro asesinatos fueron cometidos por menores de edad –un chico de 15 años habría matado a dos taxistas y al playero de la estación de servicio Bruno Bussanich–, que recibieron órdenes desde las cárceles de Piñero y de Marcos Paz.
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En el Gobierno de Pullaro prefieren ser más cautos que Nación y esperar a que la tendencia de la baja de los asesinatos sea estable.
Se presume que en la primera fue Alejandro Nuñez, alias Chucky Monedita, quien dio las coordenadas para generar estos atentados, y que en la prisión federal, fue Esteban Alvarado, el que instigó estos crímenes que provocaron una fuerte conmoción y una reacción tanto del gobierno provincial como nacional.
A estos crímenes se sumaron otros golpes que no incluyeron muertes, pero que buscan provocar pánico, como la quema de autos, las balaceras a escuelas y jardines de infantes y las amenazas que aparecen casi de forma diaria.
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El gobierno santafesino apunta como estrategia que si logra mantener mayores controles en las cárceles y restricciones a los presos de alto perfil, cuadros medios de las bandas narco, podrá dominar la calle. La policía logró incrementar los patrullajes, pero aún resta modelar una fuerza que tenga mayor efectividad.
El principal desafío del gobierno de Pullaro es lograr desmantelar la constelación mafiosa que durante la última década se fortaleció a partir de la venta de drogas y hoy amplió su negocio a otros sectores, con las extorsiones y los pagos por “protección”. Según datos de la provincia, en lo que va de este año se secuestraron 336 armas de fuego, una cifra que es altísima de acuerdo a los registros. El promedio es de 30 armas por mes.
Los resultados de las fuerzas federales en Rosario
A partir de esos episodios, que el gobierno catalogó como “terroristas”, la ministra Patricia Bullrich envió un refuerzo de fuerzas federales, que totalizan, de acuerdo a la información oficial, 1750 agentes, de los cuales 952 pertenecen a Gendarmería, 378 a Prefectura, 347 a Policía Federal y 78 a Policía de Seguridad Aeroportuaria. El informe elaborado por el Ministerio de Seguridad de la Nación indicó también que se usan en Rosario 172 medios logísticos, en referencia a vehículos, embarcaciones y aeronaves.
Desde el 2 de enero pasado, cuando comenzó el llamado Operativo Bandera, los efectivos se desplegaron en dos zonas calientes de Rosario, como los barrios Empalme Graneros y Ludueña, en el oeste, y La Tablada y Las Heras, en el sur.
Petri y Pullaro en Rosario
Entre todos los efectivos de las cuatro fuerzas federales, suman actualmente 1750 efectivos en Rosario.
A partir del recrudecimiento de la violencia, con el impacto que provocaron los cuatro crímenes, el Ministerio de Seguridad acordó con el gobernador Pullaro que a esas zonas se agregara la presencia de agentes federales en otras dos, focalizadas en Villa Banana, Triángulo Moderno y Vía Honda, en el sudoeste de la ciudad.
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En esos sectores de la ciudad, Gendarmería realiza controles de personas y vehiculares, como así también allanamientos y operativos puntuales, a partir de información judicializada y de inteligencia criminal.
Según la evaluación que realizaron en el Ministerio de Seguridad de la Nación, en lo que va de este año en esos sectores asignados a las fuerzas federales se produjo la detención de 376 personas y se retuvieron 1303 autos y motos. Se produjeron, además, 13 allanamientos en los que quedaron detenidas 66 personas.
Según la información de la misma cartera, en lo que va del año se secuestraron 107,20 kilos de cocaína en 367 procedimientos, que provocaron 304 detenciones. No toda esa cantidad de droga fue incautada en Rosario, sino que ese volumen incluye el resultado de operativos que se realizaron en otras zonas de la provincia, pero que –según la información oficial– tenía como destino final esa ciudad.
Petri y Pullaro en Rosario
Desde Nación destacan los operativos de las fuerzas federales de seguridad.
En ese lapso también se secuestraron 85 kilos de marihuana y 50.531 dosis de drogas sintéticas. En lo que respecta a los precursores químicos, algo que se está controlando actualmente, porque es clave en la elaboración ý estiramiento de la cocaína, se secuestraron 890 kilos de amoniaco, 14.225 kilos de hidróxido de potasio y 26.260 kilos de ácido clorhídrico.
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Por ejemplo, el 16 de diciembre pasado se secuestraron 25 kilos de cocaína en Ceres, en el norte de Santa Fe, en un operativo de control en la ruta que realizó Gendarmería. En ese hecho quedaron detenidos dos personas de nacionalidad boliviana y un argentino. Transportaban la droga en cajas metálicas que iban dentro de un ómnibus que provenía de Salta.
El 16 de marzo en otro operativo de control en la ruta 34, Gendarmería secuestró 27 kilos de cocaína que estaban ocultos en un doble fondo del tanque de combustible de una camioneta. Quedó detenido un hombre de origen boliviano, que en teoría transportaba la droga hacia Rosario.
En el listado de operativos “positivos” que enumeró en un informe Seguridad, incluyeron también la detención de uno de los alfiles de uno de los narcos más poderosos de Rosario, como es Esteban Alvarado, enemigo de Los Monos. El 11 de abril pasado, la Policía Federal detuvo a Jorge Benegas por un caso de narcotráfico, conectado con la banda del expiloto peruano Julio Rodríguez Granthon, que se encuentra actualmente preso en el penal de Ezeiza.