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Política Deuda externa | Sergio Massa | Martín Guzmán

Deuda en dólares, un "obstáculo a remover" y agrodólares, el plan de Sergio Massa para sumar reservas

El ministro Sergio Massa negocia préstamos en dólares y seduce a las agroexportadoras para incrementar la cantidad de reservas, que están en un nivel crítico. ¿Cuál es el obstáculo que removió para acceder a financiación internacional?

El desafío más urgente del ministro de Economía Sergio Massa pasa por las reservas del Banco Central, porque si logra oxigenarlas en los próximos días y semanas será a la vez una muestra de fortaleza personal y de confianza en la nueva etapa del gobierno, en la que él es protagonista excluyente.

Su asunción la semana pasada aportó algún respiro en las cotizaciones del dólar, pero el Banco Central perdió más de 700 millones, principalmente por pagos de barcos de gas y gasoil importado. El país está comprando menos combustible que años anteriores, pero a precios exorbitantes a causa del conflicto internacional, lo que deja en estado crítico las escasas reservas monetarias.

El plan para recomponer ese frente lo esbozó el ministro en su primera conferencia de prensa: negocia un crédito en dólares con entidades financieras (Repo en la jerga financiera); ingreso de fondos vía préstamos de organismos multilaterales de crédito; y el plato fuerte serían 5.000 millones de dólares de las agroexportadoras. Massa lo anunció casi como si fueran hechos concretados, a pesar que llevaba tres horas en el cargo. Un intento por dar una señal de fortaleza que ahora deberá convalidarse en la mesa de negociación.

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En su primera conferencia como ministro, Sergio Massa explicó su plan para conseguir más dólares.

En su primera conferencia como ministro, Sergio Massa explicó su plan para conseguir más dólares.

El riesgo de la deuda en dólares

Un crédito tiene dos problemas. Uno financiero: más deuda en moneda extranjera y a tasa alta. Otro político: el endeudamiento financiero en moneda extranjera fue una objeción central que le hizo el Frente de Todos al pasado gobierno de Macri, no sólo por los 44.000 millones de dólares para intentar salvar el final de la gestión, sino también por los 5.000 millones que tomaron el ex director del BCRA Federico Sturzenegger y el entonces ministro de Economía Alfonso Prat Gay en 2016 con un pool de bancos.

En esa oportunidad salió bien, porque temporalmente las reservas se recompusieron, la señal de fortaleza que se buscaba dar se había cumplido y entonces el repago se hizo por adelantado, reduciendo el costo previsto del préstamo. En esta oportunidad se menciona el mismo mecanismo pero por 2.000 millones de dólares.

La diferencia es que en aquél entonces era un gobierno que recién llegaba, mientras que ahora es una gestión en la recta final con baja expectativa de acumular reservas por encima de las necesidades.

Organismos internacionales

Con respecto al Banco Mundial, BID y Corporación Andina de Fomento hubo un repentino cambio de actitud hacia la Argentina. Todos los analistas lo relacionaron a la llegada de Massa a Economía, pero falta la otra mitad de la historia: la salida del gobierno de Gustavo Béliz, uno de los adversarios internos que -junto con Guzmán, el cristinismo y el massismo- veían como “un obstáculo a remover” en el manejo de las relaciones con los organismos internacionales de crédito, que ahora concentra Massa.

Fuentes del Frente de Todos hacen notar que “una vez que se removió el obstáculo, todo cambió”, en relación al frente de conflicto que presentaba el presidente del BID Mauricio Claver-Carone que en cuestión de días hizo un giro de 180 grados sobre la posibilidad de prestar dinero al país. De decir que no podía dar más dinero a la Argentina si no estaba garantizado que vaya al fomento del desarrollo a dar el ok para un desembolso que llegaría hasta los U$S 800 millones con ese fin.

gobierno redes sociales Gustavo Beliz
Gustavo Béliz renunció apenas se conoció la designación de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía.

Gustavo Béliz renunció apenas se conoció la designación de Sergio Massa al frente del Ministerio de Economía.

La “remoción del obstáculo” fue obra de Sergio Massa a partir de sus conocidas relaciones con círculos de poder político y económico en Estados Unidos, pero el desgaste por goteo contra Béliz había comenzado en abril, con el mensaje que llevó una delegación de funcionarios bonaerenses que viajó a Estados Unidos (de la que participó el diputado santafesino de La Cámpora Marcos Cleri) y que se entrevistó con funcionarios argentinos ante los organismos de crédito.

El cristinismo tiene una mirada hipercrítica sobre el tándem Guzmán-Béliz: “Estaban en la propia, hicieron mucho daño”, solían referir y recordaban que ambos vivieron y tienen vínculos en Estados Unidos. Eso explica que automáticamente se conoció la salida de Batakis y la llegada de Massa al Ministerio de Economía, el secretario de Asuntos Estratégicos presentó la renuncia. Si no lo hacía, lo hubieran echado a pesar de ser un funcionario muy cercano a Alberto Fernández.

Prueba de que una de las primeras cabezas que pidió Massa al presidente fue la de Béliz, es el comunicado de la Casa Rosada que anunció su designación: ahí explicitaba de forma taxativa que el nuevo ministro concentraría la relación con los organismos internacionales de crédito, que hasta ahí coordinaban entre Guzmán y Béliz.

Para no perder perspectiva, hay que aclarar que los organismos internacionales liberarán créditos para infraestructura o reforma del Estado en cifras similares a las que el BCRA perdió la semana pasada (700 millones de dólares).

Con una brecha astronómica entre el dólar oficial y los demás, y sobreoferta de crédito a tasa subsidiada para el sector, ningún productor vende por más que se lo pida Alberto Fernández.

Los agrodólares de la cosecha argentina

Si bien todo suma, son los agrodólares que negocia Massa los que realmente mueven el amperímetro. Es cosecha que las agroexportadoras ya compraron por más que esté guardada en silobolsa en los campos.

Por el contrario, en el gobierno son realistas con respecto a la parte de la cosecha que todavía es propiedad de los productores. Mientras no necesiten liquidez no venderán, no porque sean antikirchneristas (que quizás lo sean), sino porque toman decisiones en función de la economía y no de las elecciones.

Con una brecha astronómica entre el dólar oficial y los demás, y sobreoferta de crédito a tasa subsidiada para el sector, ningún productor vende por más que se lo pida Alberto Fernández en 2022 o Elisa Carrió en 2018. Prefieren financiar la compra insumos para la próxima campaña vía crédito subsidiado y venden la soja (a precio dólar) a la hora de pagar el crédito.

Como la tasa de interés subsidiada está por debajo de la devaluación, a la hora de pagar tienen que vender menos soja para cancelar el crédito.