La reacción de una senadora tras una votación clave en el Senado generó una fuerte ola de comentarios y críticas en redes sociales.
El Senado rechazó por un voto la Ley de Ficha Limpia y la escena que protagonizó Alicia Kirchner se volvió viral: festejó el resultado con abrazos, sonrisas y sin disimular su alegría. El gesto generó una ola de críticas en redes sociales.
En una sesión tensa, el Senado de la Nación rechazó el proyecto de Ficha Limpia, que buscaba impedir que personas con condenas en segunda instancia por delitos de corrupción pudieran ser candidatas a cargos públicos. La iniciativa obtuvo 36 votos a favor, pero necesitaba 37 para ser aprobada. Y aunque el resultado por sí solo ya despertó polémica, lo que más indignación causó fue la actitud de Alicia Kirchner.
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La senadora y hermana del expresidente Néstor Kirchner celebró efusivamente el rechazo: se la vio sonriente, abrazando a sus compañeras de bloque y visiblemente satisfecha con el desenlace. El video del festejo no tardó en viralizarse y desató una fuerte reacción en redes sociales, incluso desde sectores que no suelen confrontar al oficialismo.
Desde la oposición no dejaron pasar la oportunidad para criticar el gesto. La Libertad Avanza publicó el video con una frase contundente: “Cuando ellos festejan, es que los argentinos de bien estamos perdiendo”. Martín Menem, presidente de Diputados, fue más directo: “Ahí los tienen festejando. Ya saben a quién no votar”.
Horas antes de la votación, Alicia Kirchner ya había anticipado su postura en X (ex Twitter): “Con el proyecto de Ficha Limpia buscan la judicialización de la política y la proscripción a su gusto de candidatos”. La frase fue interpretada como una defensa directa a Cristina Fernández de Kirchner, quien arrastra condenas judiciales y habría quedado alcanzada por la nueva ley si se aprobaba.
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El proyecto pretendía inhabilitar como candidatos a quienes tuvieran condenas en segunda instancia por delitos como cohecho, malversación de fondos, enriquecimiento ilícito, tráfico de influencias y negociaciones incompatibles con la función pública.
Para muchos ciudadanos, su rechazo significa un retroceso en la lucha contra la corrupción. Pero el punto más criticado fue el festejo de quienes impulsaron su caída, una señal que —para buena parte de la opinión pública— expuso el verdadero interés detrás del voto negativo.
Aunque el kirchnerismo lo vive como una victoria política, el costo simbólico e institucional que dejó la escena de los festejos todavía resuena en redes y medios.
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